Perfil
CóRDOBA
COMUNIDADES

En Córdoba los pueblos Comechingones también enfrentan sus propias batallas

El caso de Santiago Maldonado, militante de la causa mapuche, expuso el reclamos de los pueblos originarios.

COMECHINGONES
RESTITUCIÓN. En Alberdi la comunidad comechingona reclama una casona que perteneció a un antiguo “curaca”. | Fino Pizarro

El caso de la desaparición de Santiago Maldonado, que la justicia aún intenta resolver, expuso a nivel nacional el reclamo de los pueblos originarios a lo largo y ancho del país. Córdoba no es ajena a este tipo de batallas. En nuestra provincia las tribus comechingonas luchan por mantener su identidad y conservar espacios que consideran propios mediante batallas legales, soportando desalojos, maltrato y discriminación.

En el barrio de Alberdi, a pocas cuadras del centro de la capital provincial, se encuentra la comunidad aborigen “Pueblo La Toma”, denominación que recibía la zona oeste de la ciudad, debido a la existencia de una toma de agua del río Suquía que alimentaba las acequias del lugar .

Hugo Ferrer Acevedo es uno de los líderes de la comunidad y en su sangre lleva orgulloso el linaje su tatarabuelo, Lino Acevedo, quien fuera el último curaca (cacique) visible de Pueblo La Toma. Con el río Suquía de fondo, Ferrer Acevedo recibió a PERFIL CORDOBA y aseguró que sigue atento todo lo que pasa con las comunidades del sur y que comparte las ideas de los Mapuches aunque no los métodos. “La lucha armada terminó hace ya tiempo. Mucha sangre se derramó por esta vía”, expresó preocupado y explicó que una de las luchas principales de la comunidad que representa se centra en la restitución de una antigua casona ubicada en la calle León Pinelo 32 de barrio Alto Alberdi, la cual perteneció al curaca Belisario Villafañe. La propiedad fue entregada a comodato a la policía provincial que instaló allí una comisaría que luego fue expropiada por la dictadura militar, para luego pasar a manos de la provincia. 

Cuesta entender el rechazo del pedido. La propiedad se encuentra en total estado de abandono con vidrios, rejas y puertas tiradas en el piso. Paredes que encierran dolor, sufrimiento y calabozos víctimas del vandalismo y la desidia urbana. “Aquí hay un algarrobo al que llamamos ‘el abuelo’. Creemos que tiene más de 700 años, es previo a la colonización y es el lugar donde a veces entramos para hacer nuestras ceremonias. Queremos que nos devuelvan este espacio y poder hacer un lugar para la cultura aborigen comechingon porque no nos dejaron siquiera un espacio físico. Se podrían hacer encuentros, talleres de tejido, artesanías y todo alrededor de este árbol”, contó Acevedo emocionado. “Hay constructoras muy importantes que se apropiaron de todas nuestras tierras y expulsaron a los últimos originarios que quedaban. Nos queda poco por reclamar, con excepción de esta casona y no vamos a bajar los brazos”.

El reclamo de los integrantes. La Toma no es el único en la provincia ni tampoco están solos. En Alta Gracia, la Comunidad Comechingona de Paravachasca busca el reconocimiento del gobierno y considera sagrados y propios varios de los terrenos aledaños a la actual ciudad serrana. Elvio Altamirano es el naguán (líder) de la comunidad y reconoce que el mes de agosto es uno de los más intensos debido a la gran cantidad de actividades vinculadas a la Pachamama. “Nos cuesta encontrar quienes son comechingones debido a que se nos bautizaba con el nombre de los dueños de la tierra. Nos hacían lo mismo que al ganado que lo marcan para que se sepa la propiedad. En los registros de mi familia figura que son Comechingones naturales. Antes generaba vergüenza este mote, ahora es un orgullo para mí”, reconoce Altamirano.

“Algunos años atrás un manual de estudio describía en la fauna a todos los animales de la zona y a los indios comechingones como parte de esa fauna. ¿Quién podría haberse reconocido como tal con semejantes hechos?”, pregunta sin esperar respuesta. “En Paravachasca estamos tramitando la personería jurídica y luego se verá de recuperar territorio ya que hay lugares que son muy sagrados para nuestro pueblo. Hace 400 años que estamos siendo colonizados y es muy distinta nuestra realidad respecto a la de otros pueblos como los mapuches o los del Gran Chaco en donde la colonización es de fin del siglo 19. Sin embargo en Córdoba hay una toma de conciencia y estamos fuertes y unidos de cara al futuro”, completó.