Mañana se cumplen tres semanas desde que quedó conformada la Comisión de Transición Municipal compuesta, según establece en su artículo 1° la ordenanza 12.523, por 10 miembros, cinco designados por el intendente en funciones y cinco por el intendente electo. Dicha Comisión tiene la misión de “recabar, sistematizar y procesar toda la información que se considere por las partes de utilidad para el traspaso e inicio de las funciones gubernamentales, lo que deberá plasmarse en un Informe Final de Transición, que será entregado por el intendente en funciones al electo con un plazo 10 días previos a la asunción de este”. Por lo que se avanzó hasta ahora, y según apreciaciones del equipo y del entorno del intendente electo Martín Llaryora, no está trabajando en el sentido propuesto: los equipos de Mestre y Llaryora están lejos de tener un intercambio fluido de información detallada.
“La Comisión de Transición no es tal, simplemente se generaron una serie de reuniones individuales donde se presentaron consultas, preguntas sobre cada área. Han sido respondidas algunas, otras no. La verdad es que se respondieron las que sabíamos que se responden fácilmente, las más complejas no”, remarcó un asesor llaryorista. Entre las consultas que, según el equipo del intendente electo, aún no se respondieron están los dos ejes centrales que más dudas generan en toda transición: el reporte integral de recursos humanos y la situación económica y financiera. “De Personal, nombramientos, recategorizaciones, horas extras, no respondieron nada. Y de Finanzas se respondieron algunas cosas”, señalan los funcionarios electos, y destacan que “se empezó con un primer listado de preguntas y todavía estamos ahí, a la espera de respuestas. No hay una Comisión de Transición como tal. El trabajo no es fluido. Y el punto es que nos responden lo que ellos quieren, no lo que preguntamos, por eso no avanza”.
Emergencia. La falta de información y la previsión de que podrían encontrarse con un panorama de finanzas municipales en frágil condición opera para que en el gabinete del intendente electo abran algunos paraguas. Las nuevas emisiones de letras que definió la actual gestión, y deberán abonarse en los primeros días de la próxima administración, también colaboran a un tablero de control que comienza a mostrar numerosas luces de alarma. El equipo de Llaryora ya tomó nota que a fines del mes pasado se emitió deuda por $160 millones a 90 días, es decir que deberá abonarse a fines de diciembre , un mes particularmente caliente para las arcas municipales porque deben afrontarse salarios y aguinaldos. “En general, no sabemos con lo que nos vamos a encontrar el 10 de diciembre después de casi tres semanas de trabajo de esta Comisión. No lo sabemos”, remarcan.
En esa línea, hoy el equipo del intendente electo cree es muy probable que deban asumir y dictar una Emergencia Económica municipal. La definición de esa y otras medidas trascendentales ganará o perderá fuerza si llegan datos precisos y puntuales en el marco del trabajo de la Comisión, aunque los llaryoristas no confían en que esto suceda: “Para nosotros esto todavía no arrancó y la verdad es que no tenemos muchas expectativas en lo que surja de esta Comisión. El día de la verdad va a ser el 10 de diciembre cuando asumamos y veamos con qué nos encontramos. Ahí vamos a tener el verdadero panorama”, afirman.