Qué piensan en el Centro Cívico ante la chance de desembarco del villamariense en el Gobierno nacional. Además, el radical que se metió en la interna PJ y los macristas porteños que preguntan por Llaryora.
¿SE VA? Martín Gill con Gabriel Katopodis, quien lo convocó al ministerio de Obras Públicas. |
Cedoc Perfil
El trascendido de la semana, acerca de la posibilidad de que el intendente de Villa María, Martín Gill, se sume al ministerio de Obras Públicas nacional que encabeza Gabriel Katopodis desató todo tipo de conjeturas en el Centro Cívico. En primer lugar, por la orgánica villamariense que marca que si el plazo es menor a 180 días puede tomarse como licencia; ahora, si es mayor se transforma en permanente y se debería llamar nuevamente a elecciones. “Gill viene de retener el municipio con el 55% de los votos, no es ningún improvisado. Hay algunos que se hacen los rulos con un llamado a elecciones y que ‘el Gringo’ (Schiaretti) mande a jugar a (Eduardo) Accastello. Hay que esperar, es difícil”, razonó una fuente de El Panal.
En Buenos Aires preguntan por Llaryora
Un radical con peso en la interna que se viene estuvo en Buenos Aires en los últimos días del año viendo de qué manera se definía el nuevo esquema nacional del partido. Reuniones, conversaciones y una semana de estadía en Capital Federal con mucho café de por medio le dejaron algo de preocupación al hombre. Sobre todo, por los encuentros que mantuvo con algunos dirigentes del PRO, aún socios en la estructura de Juntos por el Cambio. Después de las charlas con los amarillos, el desencanto del radical vino porque varios de los macristas con los que se reunió le preguntaron por Martín Llaryora. “Estos tipos, que supuestamente son socios nuestros, me preguntaron más por el peronista que ahora gobierna la ciudad que por los problemas que tenemos nosotros en el radicalismo de Córdoba”, se despachó el dirigente boina blanca y quedó más preocupado cuando aún un interlocutor le hizo saber las charlas entre el intendente y el PRO cordobés.
Mantener “vivo” a Mestre
El final de la semana con sesiones extraordinarias en el Concejo Deliberante superó la térmica que por esas horas se adueñó de la ciudad. Entre el jueves y el viernes el Legislativo municipal fue un hervidero que dejó varias “perlitas”; entre ellas, el fallido del jefe del bloque oficialista, Juan Domingo Viola, cuando en su exposición dijo que “la intención es que quién más tiene, pague menos”, que le valió el pedido de corrección del radical Rodrigo de Loredo en la taquigráfica y el guiño agradecido del peronista. Entre tantos, hubo otro hecho que soslayó un edil opositor en los pasillos y mientras se trataba la emergencia: “acá hay una intención del PJ de mantener ‘vivo’ a (Ramón) Mestre y es claro. Todavía no le sirve al peronismo un Mestre en el recuerdo; y esa es una orden que viene de arriba”, se despachó el concejal.
El radical que se metió en la interna PJ
Uno de los escenarios de disputa en medio del clima de confrontación por lo bajo que mantiene el peronismo se desarrolla en Punilla. Departamento donde uno de los referentes es el expresidente del partido, el senador Carlos Caserio, distanciado hace algún tiempo de la estructura del Gobierno provincial. El que se refirió a este fuego amigo que se vive en el PJ fue un radical, el exintendente de Villa Carlos Paz, Carlos Felpeto, quien en una entrevista en el programa Realidad ’19 que se emite en la villa serrana dijo que “hoy la injerencia del peronismo en Carlos Paz se produce a través de (Carlos) Massei y no de Caserio”.
