Medardo Ligorria, la máxima autoridad del deporte cordobés, asegura que es necesario “protocolizar, legislar y controlar” las actividades de los clubes que albergan en sus instalaciones a jóvenes deportistas. El funcionario aboga por una acción “urgente” en tal sentido, con el objetivo de “no complejizar la resolución” de los casos de abuso, como los que salieron a la luz en Independiente, River Plate y la Federación de Gimnasia.
“Son hechos lamentables y tienen que ver con cuestiones que nunca debieron dejarse de lado. Muchas instituciones reclutan juveniles sin estar preparadas para poner a disposición todo lo necesario para llevar adelante un proceso de desarrollo y de cuidado de los deportistas”, señala Ligorria.
“Hay aspectos que no son tenidos en cuenta y uno de ellos es la edad. Muchos clubes reclutan niños y no jóvenes, siendo que no tendrían que llevarlos hasta los 18 años, por cuestiones de desarrollo psicológico, afectivas y familiares. También hay muchas cosas que no se respetan, como las características de las pensiones, la infraestructura o la capacidad del personal a cargo de los chicos”, puntualiza el funcionario.
“Esto es un severo llamado de atención para todos los que tenemos responsabilidades, tanto en la formación de los deportistas como en el resguardo de la sociedad. Es un problema de los adultos y nos obliga a estar atentos. Cualquier situación debe ser denunciada de inmediato”, enfatiza.
Respecto a protocolizar, legislar y controlar, Ligorria enfatiza que en el tema de las pensiones en el albergue del Kempes, con capacidad para 70 personas, “no hay deportistas de manera permanente” y que los grupos que se alojan lo hacen bajo “un estricto protocolo de seguridad”, que incluye una base de datos digitalizada. Asimismo, el funcionario despegó a la Agencia de la organización de un curso para jueces de gimnasia que en marzo de 2017 dictó en el estadio mundialista el entrenador Alejandro Sagreras, a quien el Comité Olímpico Argentino denunció la semana pasada por supuestos casos de abuso.
En el mismo sentido que Ligorria, la legisladora provincial Liliana Montero, del bloque Córdoba Podemos, retomó en los últimos días dos iniciativas tendientes al resguardo de niños y adolescentes en relación a posibles delitos de integridad sexual y
otros tipos de violencias.
¿Qué hacen los clubes de Córdoba?
Belgrano, Instituto y Talleres son los clubes cordobeses que albergan la mayor cantidad de futbolistas juveniles en sus pensiones. Entre los tres suman 165 jóvenes a cargo, según el relevamiento de PERFIL CORDOBA.
Seguridad y contención. "Belgrano no ajustó nada, porque hace años que tiene un protocolo o manual de procedimientos”, sostiene Daniel Primo, coordinador de las inferiores del Celeste, cuya pensión funciona en barrio Inaudi y alberga a 50 futbolistas
de entre 14 y 19 años. “Allí hay 14 personas trabajando en forma permanente, incluidos un encargado, dos psicólogos, dos trabajadoras sociales y dos tutores que hacen apoyo escolar. Contamos con personal de seguridad las 24 horas y funcionamos con un sistema de permisos para cuando los chicos necesitan salir fuera de los horarios habituales”, añade el exmediocampista. “No estamos exentos de nada, pero en Belgrano hay mucha gente involucrada en la formación de los pibes y mucha seguridad y contención”, afirma Primo.
Preocupados y ocupados. Instituto optó por explicar el funcionamiento de su pensión a través de un comunicado. La entidad tiene 35 juveniles (14 a 19 años) viviendo en La Agustina, donde -según el texto- “hay permanente tránsito de personal profesional, además de control de ingreso a personas ajenas al predio”. Se especifica que los jugadores “conviven con cuatro celadores, dos cocineros y un personal en lavadero”, y que “siempre tuvieron a disposición un psicólogo”, aunque al respecto se aclara que actualmente el club “se encuentra en período de cambio de profesional”. “Los tiempos de los deportistas están muy congestionados entre actividades escolares y entrenamientos, aunque en sus tiempos libres pueden salir (previa autorización familiar) pero solo de día y con horarios estipulados de regreso”, se precisa. “Se trabaja en la implementación de cámaras de monitoreo, lo que permitirá mayor control y seguridad y brindará más tranquilidad al club y a la familia, ya que no solo nos preocupamos sino que nos ocupamos del cuidado de sus hijos”, concluye la misiva.
Sensible e importante. En Talleres no hubo manifestación formal. “Decidimos no salir a opinar porque no hay una situación particular y porque creemos que el contrapunto no suma. El club tiene una política de total apertura, así que no tenemos problemas en exponer, en conversar o en mostrar lo que sea necesario. De hecho, todas las actividades del fútbol juvenil están reflejadas en nuestros canales de difusión”, explica el vocero Miguel Cavatorta. “Tenemos un reglamento y un equipo interdisciplinario de 20 personas. Hacemos hincapié en la contención. Además del deporte y el estudio, hay actividades culturales, recreativas y sociales. Y trabajamos mucho con los padres”, enfatiza el encargado del área Comunicación Institucional. Sobre las denuncias de abuso, Cavatorta refiere: “Es un tema sensible e importante, que está siendo tratado en la Superliga. Nosotros no tuvimos ningún caso pero siempre hay un margen de probabilidad y por eso hay que hacer ajustes constantes”. El Centro de Formación de Talleres funciona en un hotel céntrico y alberga a 80 chicos, de 13 a 19 años.
Un antecedente lejano
El caso más reciente que registra el fútbol cordobés respecto a denuncias de abusos a juveniles, se remonta a dos décadas atrás. Fue en 1997 e involucró a un extécnico de las divisiones inferiores del Deportivo Colón, la fusión de los clubes Escuela Presidente Roca y Avellaneda que se formalizó en 1986 y se extendió hasta 1998. El denunciado, apodado “Yacaré”, estuvo en prisión y fue liberado tras un juicio que determinó su sobreseimiento.