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Corrientes

Esteros del Iberá, reino del agua que brilla

Navegar los canales del Iberá; avistar yacarés, carpinchos, ciervos de los pantanos o monos carayá; alojarse en el casco de una antigua estancia, o hacer una caminata por la selva virgen, es un programa para descubrir otro mundo, el de los esteros.

Esteros del Iberá
El paraíso correntino. El paisaje imperdible de Esteros del Iberá. | Federico Rodríguez

Un viaje para conocer los Esteros del Iberá, en Corrientes, puede ser un buen programa para un fin de semana largo pero, por una cuestión de logística, conviene hacerlo en dos etapas, la primera de ellas hacer noche en la capital correntina y a la mañana siguiente emprender temprano la marcha hacia los esteros.

En la ciudad de Corrientes, el alojamiento sugerido es La Alondra Casa de Huéspedes, un hotel boutique en el que el lujo y en confort van de la mano con la calidez de la atención, los servicios y la gastronomía.

Al otro día, temprano, se inicia el viaje hacia el próximo destino: Puerto Valle, a 255 km por la ruta nacional 12. Si todo va bien, en tres horas se arriba a una de las entradas a los Esteros del Iberá (agua que brilla, en guaraní).

Una vez en Puerto Valle Hotel de Esteros, ubicados en las espaciosas y confortables habitaciones y desligados del equipaje, la invitación es, a bordo de una lancha y después del almuerzo, navegar los canales de los Esteros del Iberá y la laguna Valle.

Las expectativas eran descubrir a los habitantes de los esteros: yacarés, carpinchos, ciervos de los pantanos y algunas de las miles de aves que viven por allí. La fauna del lugar también comprende a venados, lobitos de río, zorros y otras especies que han sufrido la caza furtiva hasta casi su extinción, como el yaguareté y el oso hormiguero, que afortunadamente están siendo reingresados a su hábitat.

Y tuvimos suerte, ya que a poco de navegar por el canal que nos llevaba hacia la laguna, descubrimos los primeros yacarés. Como buenos reptiles, tienen sangre fría y, en consecuencia, salen del agua y se tienden tomar sol y calentarse. Así, es fácil acercarse para fotografiarlos.

Luego de la experiencia tipo Cocodrilo Dandy, continuamos la navegación hasta la laguna Valle. Como para bajar un poco el nivel de adrenalina, el guía nos lleva junto a un deck flotante y baja un par de canastas y una conservadora. Picnic en medio de la laguna, con chipá (pancitos de mandioca y queso), mbeyú (tortilla de harina de maíz y grasa) y mate.

Nuevamente en la lancha, navegamos cerca del borde del agua y aquí vale aclarar: no es la “costa”, porque ello connota un terreno sólido, de tierra, arena o piedra. En este caso la superficie es vegetal, con juncos, raíces “tejidas” entre ellas y sedimentos, pero por debajo, fluye el agua de los esteros.

Al día siguiente, la actividad programada era navegar por el Paraná, que a esa altura ya forma parte del embalse de Yacyretá y se asemeja a un mar. Debido a que soplaban fuertes vientos, el programa se vio alterado y esa experiencia quedó en suspenso, para otra visita.

Caminata en la selva

Dormir en los esteros tiene un encanto particular. Allí no escuchará bocinazos, motores, frenadas o sirenas, sino el “canto” de la selva a cargo del coro local: animales, insectos, pájaros y el rumor del agua cercana.

El amanecer es otro espectáculo aparte: las habitaciones miran hacia el este, por lo tanto, la salida del sol es inolvidable. Luego de un suculento desayuno, la idea es recorrer la reserva natural cercana al hotel, en una caminata en medio de la naturaleza virgen y vigorosa de la zona.

Primer objetivo: a la caza (con cámaras fotográficas, se entiende) de los monos carayá (o aulladores). A poco de andar los encontramos, hábilmente escondidos entre las ramas de los altos árboles y en parejas, el macho negro y más grande y la hembra marrón. No son agresivos, tampoco muy amigables, pero si les molesta la presencia de intrusos los bombardean con sus heces.

El sendero se va haciendo angosto, luego se ensancha, viene una especie de túnel y aparece ante la vista un pantano del cual, en cualquier momento, emerge el monstruo (El monstruo del pantano, película de culto de 1982).

Más información

Aéreos: Aerolíneas Argentinas (www.aerolineas.com.ar / @Aerolineas_AR)

Producción: Destino Argentina (www.destinoargentina.com.ar / @destargentina

Logística: Turismo de Corrientes (turismo.corrientes.gob.ar / @TurismoenCtes)

Alojamiento: La Alondra Casa de Huéspedes (www.laalondra.com.ar /@LaAlondra) y Puerto Valle Hotel de Esteros (www.puertovalle.com.ar / @PuertoValleEst)