Los economistas lo llaman “el semestre del hielo” y tan errados no están. El congelamiento de inversiones, obras y producción, más la depreciación del salario, los vaivenes del dólar y los recortes que no cesan, parecen echar por tierra aquello de que “lo peor ya pasó”.
Aunque muchas veces se parezca demasiado a una burbuja, el fútbol –de eso estamos hablando- no está al margen de las tácticas y estrategias que aplican los técnicos del gobierno, siguiendo los designios (claro) de “los dueños de la pelota”. Los clubes de Córdoba saben muy bien de qué se trata: entre frustraciones, descensos y quiebras, son varios los inviernos que tuvieron que “pasar”.
“Las crisis son para todos y no vamos a escaparle”, sostiene Armando Pérez, director ejecutivo y hombre fuerte del Club Atlético Belgrano. “Hay que equivocarse lo menos posible, porque las consecuencias pueden ser muy graves; y esto vale para una casa, un club o un país”, añade.
En Alberdi, está claro, la intención es llegar lo más lejos posible en términos deportivos pero sin fundirse en el intento. El mismo razonamiento hace Talleres, al que el Grupo Pachuca le aplicó su propio ajuste hace rato, metiéndolo en la encrucijada de vender para poder comprar (¿chau Olaza?), o buscar nuevos “aliados estratégicos”, como Boca. Mientras tanto, convencido de que no hay dos sin tres, Instituto se arma con más ingenio que dinero para poder lograr el objetivo postergado de volver a Primera.
Un mercado de pases muy austero
No hay nombres rimbombantes en la lista de incorporaciones de los equipos cordobeses. Belgrano quiso traer al delantero Fernando Zampedri, pero las pretensiones de Rosario Central echaron por tierra la negociación. El Plan B es Adrián Balboa, de Patronato. Llegaron Gastón Gil Romero (Estudiantes), Miguel Martínez (Querétaro), Sebastián Olivares (Godoy Cruz), Martín Rivero y Matías Nani, y volvió César Rigamonti. Cristian Lema, que emigró al Benfica de Portugal, es la baja más sensible.
Talleres también eligió la austeridad (“necesitamos vender para poder comprar”, dijo el presidente Andrés Fassi) y hasta ahora sumó al ex Boca y Defensa y Justicia Andrés Cubas (foto) y al colombiano Diego Valoyes. Santiago Silva y Matías Pisano se fueron del club. Instituto, por su parte, sumó casi un equipo completo: De Bórtoli, Canever, Flores, Moyano, Guzmán, Navarro, Affranchino, Ellacopulos y Vegetti. Mientras mira de reojo los movimientos de Juventus respecto a un posible pase de Dybala.
La pasión no se devalúa
El amor por los colores no sabe de ajustes. O eso parece. Belgrano fue el primero que lanzó su campaña de socios y abonos, y en un par de semanas ya agotó las ubicaciones para las plateas Cuellar Baja y Celeste. La intención es colmar los 30 mil lugares del Gigante de Alberdi. En ese caso, a un promedio de $800 por abono y de $275 por cuota social mensual, lograría un ingreso semestral de 73,5 millones de pesos. Por el momento la contrapartida es Instituto, que en el último mes cobró 1.100 cuotas sociales.
El plus de jugar una Copa
En la Libertadores 2019, Talleres cobrará u$s 400 mil por jugar la fase 2 y duplicará ese ingreso si pasa a la fase 3. Si logra clasificar a la etapa de grupos, embolsará u$s 1.800.000 más. La dirigencia albiazul comercializará aparte las entradas en ese torneo. Para la Superliga, la expectativa de la “T” es jugar cada partido con 45 mil personas en el Kempes, lo que -promediando $2.200 por abono y $200 por cuota mensual- le dejaría una ganancia anual de $203.518.000.
El reparto de la TV y la Superliga
En la temporada 2018/2019, Talleres y Belgrano cobrarán un canon fijo de 72 millones de pesos, monto que surge del reparto de los dineros que aportan las productoras televisivas Fox y Turner y los principales sponsors de la Superliga. Además, los clubes recibirán un “extra” según la ubicación en la tabla de posiciones del campeonato anterior: $30,5 millones la “T” (5º) y $20,7 millones la “B” (13º). A Instituto le tocará una mensualidad de $1,3 millones, más 300 mil pesos extras de un “fondo solidario” que se solventa con los dineros que aporta TyC Sports, la señal que televisa la Primera B Nacional.
Bragarnik, el cuarto en concordia
A Christian Bragarnik -abogado, 47 años, hincha de Vélez y dueño de la empresa Score Fútbol S.A.- le dicen “El Señor de los Pases”. Es el representante que todos buscan para hacer buenos negocios en el fútbol argentino, y los clubes cordobeses no son la excepción. Hace rato que hizo pie en Belgrano, donde colocó a tres DT (Madelón, Méndez y Bernardi) y a varios integrantes de su staff de futbolistas, dentro del cual pueden distinguirse claramente –según la cara del cliente- las primeras marcas y el outlet. Bragarnik también trajó a Córdoba a Darío Franco y Juan Pablo Vojvoda, los respectivos DT de Instituto y Talleres, y en barrio Jardín suena como un potencial “reemplazo” del Grupo Pachuca.