Sobraron los gestos en la semana que pasó en Córdoba, con la llegada de los dos principales candidatos a Presidente de cara a las elecciones de octubre. Por caso, el viernes por la mañana en el Complejo Forja, en el lanzamiento formal de la campaña para la reelección de Mauricio Macri, el propio mandatario desde el escenario y al ritmo de Ulises Bueno (polémica incluida por la letra de Ahora mírame) y también desde abajo, donde algunos se animaron a contar que esta vez no queda otra: Juntos por el Cambio no puede tener fisuras como sucedió el 12 de mayo, cuando las disputas internas hicieron implosionar a Cambiemos y Schiaretti logró un apabullante 57% de los votos.
Esta vez habrá que esconder las diferencias y hacerse los distraídos. Lo saben en el radicalismo, en el juecismo y en la Coalición Cívica, porque está en juego la reelección de Macri y la orden de Casa Rosada fue clara: el Presidente se puso al frente de la campaña en una provincia que le sigue otorgando un amplio respaldo -en Forja se habló de que Macri lograría el 50% de los votos, con una diferencia de más de 30 puntos con la fórmula de los Fernández- y desde el comando de campaña que encabeza Marcos Peña no quieren sorpresas.
Es más, van a fondo y no quieren revivir la pesadilla de un balotaje porque sienten que (tal vez) esta vez el resultado no sea el esperado. Será por eso que algunos se mostraron sorprendidos por la frase de Macri para dar por superadas las diferencias entre los socios de lo que fue Cambiemos: “Los necesito a todos, por más que haya habido algunos problemitas con la tropa, así sana sana, colita de rana…” Pragmatismo al 120%.
“Eso significa que Macri está más tranquilo y no quiere darle más trascendencia al tema. Sabe que se va recuperando y las planillas que le acercan muestran mejores números, no tanto acá sino en Buenos Aires, donde hay un dato para tener en cuenta: los Fernández se han estancado y el tan esperado aporte que llegaría de Sergio Massa no es significativo como esperaban”, decía un radical en el acto.
Otros se sorprendieron con la frase que Pichetto en modo Frank Underwood le dedicó a Mestre (“Nene, arriba el ánimo, en política se gana y se pierde”). “Mejor dejá todo como está”, decía un radical ante la frase del aplaudido Pichetto. Igual, Mestre agradeció vía Twitter porque definitivamente son otros tiempos.
El otro motivo de tranquilidad que se llevaron los macristas de Córdoba, es que pudieron constatar cierta decepción que tuvo Alberto Fernández tras su reunión con Schiaretti. “Es verdad que logró la foto. Pero esa foto la tienen todos”, decía un macrista, quien se encargó de remarcar que el gobernador le dio el mismo trato a Alberto que a Pichetto. Esa percepción se confirmó apenas un día después, cuando desde el comando de campaña de Fernández confirmaron que el candidato llegará a Córdoba esta semana.
“Estará dos días, se reunirá con los candidatos a diputados de su espacio y tendrá una agenda más sólida. Fue floja su visita del lunes pasado: la disputa con la prensa terminó copando la escena y eso no suma”, añadieron.
Fiel a su estilo, el gobernador jugó para él. No estuvo en Córdoba el viernes cuando aterrizó Macri y habrá que ver cómo se mueve en las próximas visitas que realizarán ambos candidatos en lo que queda de campaña. Será otro gesto para tener en cuenta. Más, si se tiene en cuenta que las Paso se han convertido en la ‘primera vuelta’ y en octubre ponen todas las fichas ambos candidatos.
“Octubre es a todo o nada. Pero de verdad”, dicen desde los comandos de campaña. Habrá que ver si la ‘san polarización’ alcanza para que uno de los dos sea Presidente el mismo 27 de octubre.