Hay metas que no se sueñan o hay sueños que nos sorprenden. Cuando Martín González era un niño, soñaba con jugar la Liga Nacional de Básquet y ser protagonista. Vivía a unos metros de la cancha de Atenas y admiraba a las leyendas que jugaban en
esa época en el ‘Griego’. Era un pibe que con la ‘naranja’ imaginaba grandes cosas. El sueño tardó, pero lo conquistó. “Cuando empecé a jugar, de chiquito, me crié a una cuadra y media de Atenas y quería formar parte de eso, de estar en la Liga. Como jugador no tuve la posibilidad, pero el sueño siguió siendo el mismo y ahora lo cumplo como entrenador. Es el mismo sueño pero con diferente vehículo”, le confesó a PERFIL CÓRDOBA el técnico que hizo historia con Independiente de Oliva y que sorprende a más de uno en la LNB.
—¿Qué significa Independiente de Oliva en tu carrera?
—Hace 10 años que estoy en Independiente. Vine a dirigir el U19, pero después, con el correr del tiempo, surgió la posibilidad de dirigir en Primera por la renuncia de un entrenador. Al principio no quería saber nada cuando me lo ofrecieron. Quedaban dos meses para que terminara el año, siempre había trabajado con juveniles y había venido a trabajar con ellos, pero los dirigentes me dijeron que estaba difícil conseguir entrenador, que agarrara hasta el final de temporada y al año siguiente lo veíamos. Me convencieron. Y después me plantean de seguir. Les propuse continuar el proyecto con los chicos de inferiores. El primer año no jugamos nada, después encaramos dos provinciales, torneos federales, la Liga Argentina, cuando ascendimos el primer año, y ahora estamos en Liga Nacional. Pasé por todas las categorías en esta década.
—Cuando arrancaste era una locura imaginar estar viviendo este momento.
—Había que ser muy optimista para decir hace 10 años que hoy íbamos a estar jugando Liga Nacional. Pero por otro lado, nosotros, los dirigentes y los jugadores nos preparamos. No sabíamos cuándo se iban a presentar las oportunidades, por lo que teníamos que estar preparados para cuando surgiera la posibilidad. Y así trabajamos, por eso creo que los saltos de una categoría a otra no se notaron. Siempre intenté trabajar de la manera más profesional posible, aunque jugáramos en la liga local o provincial. Es estar preparado para cuando surjan las posibilidades, pero a esto no lo soñamos.
—¿Cómo vivís este presente?
—Estoy contento, tratando de disfrutarlo y de aprovecharlo al máximo, porque es una experiencia nueva, tanto para el club, para los dirigentes, el cuerpo técnico y la mayoría de los jugadores. Salvo Fernando Martina, el resto estuvo como U23 o juveniles con poca participación y hoy tienen otro protagonismo. Por eso para la mayoría es la primera vez en Liga y tratamos de aprovecharlo.
—¿Se trabaja de manera especial esto de que sean debutantes?
—No sé si de manera especial, pero lo hemos remarcado mucho: son posibilidades que se nos presentan y tenemos que hacerlo de la mejor manera para estar a la altura. No sabíamos cómo nos íbamos a acomodar en la categoría, había cierta incertidumbre. Creo que hemos sido competitivos ante todos los equipos. El primer objetivo es mantener la categoría y el equipo ha mantenido una base de la temporada pasada, algo que no se da habitualmente. Como segundo objetivo es ser competitivos. Falta mucho pero estamos cumpliendo esos objetivos.
—¿Cómo toma Oliva esta presentación de Independiente en LNB?
—Es un impacto grande para toda la zona y para toda la gente que le gusta el deporte, incluyendo a todos los clubes, no solo a Independiente. Es algo muy lindo. Cada vez se está acercando más gente a la cancha y espero que venga más. En el día a día, en la calle, la gente te pregunta por el equipo, hay mucho interés y eso está bueno, porque después se traslada a las inferiores. Hay que aprovecharlo.
—¿Seguís soñando?
—Sí, sigo soñando, pero con la cabeza puesta en el presente, tratando de hacer todo de la mejor forma, que así se presentan las oportunidades en el futuro.