Juan Filloy nació el 1 de agosto de 1894 y murió el 15 de julio de 2000, cuando faltaban días para su cumpleaños número 106.
Dueño de un bajo perfil debido a que publicaba sus libros de manera privada y los hacía circular en su entorno más cercano, estudió derecho, fue juez y camarista.
Participó de la Reforma del 18, intercambió cartas con Bertold Brecht y Sigmund Freud y hablaba entre 6 y 7 idiomas.
En 1920 se trasladó a Río Cuarto, donde pasaría 64 años de su vida. Estuvo 28 años sin publicar, aunque siguió escribiendo ininterrumpidamente.
Amante de los palíndromos y de los títulos de siete letras -Periplo, Estafen, Aquende, Ol Oloop, Caterva, Ignitus, La Potra, son algunos- hasta (Horacio) Oliveira, en Rayuela, se preguntó por él: “¿Qué será de Filloy, che? Naturalmente la Maga no podía saberlo, empezando porque ignoraba su existencia. Hubo que explicarle por qué Filloy, por qué Caterva”.
A 20 años de su muerte, una serie de homenajes se suceden en torno a su figura: se acaba de estrenar en Córdoba el documental Don Juan, se reestrena Trílogo Filloy y Eduvim cuenta con una biografía de más de 800 páginas del escritor.
Don Juan. El jueves pasado se realizó la primera exhibición pública de Don Juan en Córdoba (Unquillo), un documental escrito y dirigido por Mempo Giardinelli, que espera llegar este mes a la sala que el Incaa tiene en el centro de la ciudad. “No hay un cronograma detallado todavía. Es una época de muchos estrenos, voy consiguiendo salas y exhibiéndola; quiero que la vea la mayor cantidad de gente posible por eso la idea es que también circule en centros culturales y universidades; entre gente que aprecia la literatura”, explica.
Giardinelli había leído Don Juan, Caterva, Ol Oloop y estaba fascinado con ese escritor del que nadie sabía nada. Por ese entonces había fundado y dirigía la revista Puro Cuento y viajó a verlo. “Tomé un colectivo y me fui a Río Cuarto, me recibió con mucho afecto. En el segundo o tercer viaje le hice un reportaje muy largo. En uno de esos viajes, me acompañó un estudiante de cine con una cámara y lo filmamos. Filloy debía andar ya por los 90 años. Pasó el tiempo, nunca pensé hacer nada hasta que un día me encontré con Julio, este amigo que filmaba y nos pusimos a buscar; encontramos unas cuatro horas de crudos, algunas echadas a perder. Rescatamos un par de horas y quise hacerle un homenaje, que se lo conociera”, recuerda.
DON JUAN. Con idea, guión y dirección de Giardinelli, el documental fue filmado entre 1986 y 2018 en Córdoba, Río Cuarto y La Carlota.
Giardinelli, quien ha prologado varias ediciones nuevas de los libros de Filloy, señala que su literatura es compleja pero convence por la calidad y el lenguaje. “Lo que lo define es una erudición apabullante. Hay que entender al personaje. Don Juan no era una persona común, tenía mucho conocimiento de mundo. De hecho, Periplo (su primer libro, 1929) es de viajes. Hablaba seis o siete lenguas con total naturalidad y mantuvo correspondencia con gente muy importante de su época. Cultivaba su propia cultura, se jactaba de conocer todos los vocablos de la lengua castellana y forzaba de alguna manera al lector a tener una competencia lectora: era un adelantado. Al mismo tiempo era magistrado. Se obligó a una vida muy discreta y recatada”, destaca.
Los primeros libros de Filloy fueron publicados en la década de 1930 y luego estuvo 28 años sin publicar. Al respecto, Giardinelli señala: “En el ‘39 tuvo un ascenso en su carrera y consideró que como camarista podía sentirse limitado en su libertad creativa. Pero no iba a dejar de escribir. Nunca me lo dijo, pero me lo dio a entender por lo que resolvió el conflicto y jamás dejó de escribir un solo día, pero durante 28 años hasta que se jubiló optó por no publicar su obra”. El quiebre se produce cuando aparece La Potra, la gran novela del período final del escritor: “Entonces, empieza a publicar libros que había escrito durante todos esos años que no publicó”, completa.
Se repone Trílogo Filloy. La obra, a cargo de la Comedia Cordobesa, con dramaturgia de Ariel Dávila y bajo la dirección de Sergio Osses, fue estrenada en marzo del año pasado en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española (Cile) y fue la encargada de abrir el 12° Festival Internacional de Teatro Mercosur, también en 2019.
Ahora, este homenaje a la palabra de Juan Filloy abrirá la temporada de los Elencos Estables del Teatro Real; será del 13 al 15 de marzo. “Filloy es nuestro gran autor literario cordobés del siglo 20 por su vasta obra y llevarlo al teatro oficial por primera vez era una materia pendiente”, destaca Dávila.
La propuesta hace dialogar tres obras de la historia de Córdoba y de períodos diferentes del autor: Caterva (1939), Ignitus (1971) y L'ambigú (1982).
TRILOGO FILLOY. De la mano de la Comedia Cordobesa vuelve al Teatro Real el homenaje poético musical a la palabra de Juan Filloy, que debutó en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española.
Si bien Filloy nunca escribió teatro, L ́ambigú se parece a un texto dramático porque está escrito en diálogo; Ignitus es una especie de evocación a la tragedia griega y Caterva, llena de situaciones absurdas, políticas e hilarantes, es un texto muy “teatralizable”, según señalan desde el Real.
Una bio para entrar al mundo Filloy. Editada por Eduvim y tras un proceso de dos años de investigación por parte de Ariel Magnus, la editorial Universitaria de Villa María publicó un libro de más de 800 páginas con la vida y obra de Filloy.
“Hay un trabajo de mucho tiempo con archivos, fotos y escritos inéditos que culminaron en un libro muy intenso que se encarga de desmitificar cuestiones vinculadas al escritor, como por ejemplo que él no era campeón mundial de palíndromos ni tampoco fue fundador de Talleres. Creo que esta biografía es un arma imprescindible para entrar al mundo de Filloy, donde Magnus define con un ‘atleta de las letras’ a un Filloy obsesionado por los números, ciertos tips y hasta su manía por las siete letras de los títulos de todos sus libros”, cuenta Carlos Gazzera, director del sello editorial.
El libro fue escrito por el novelista argentino Ariel Magnus y su precio de tapa es de $ 960 en librerías.
Filloy en el Kempes
CARICATURAS CON LA T. El álbum recorre los pasos del club en su primera gira internacional.
Si bien en el imaginario popular ha quedado la idea de que Juan Filloy fue fundador de Talleres, lo cierto es que esto fue desmentido por el propio escritor, quien sí fue testigo de la fundación del club. También fue designado como presidente de Talleres en la primera gira internacional del club, a Chile.
Como prueba de este hecho, un álbum donado por Filloy integra hoy el patrimonio del Museo del Kempes. “Fue en 1923. Y él, como homenaje a ese nombramiento, hizo un álbum que está lleno de recortes de lo que hizo el club en Chile. Y como le quedaban espacios libres, los completó con caricaturas hechas en témperas. Ahí esbozó el actual escudo del club, que no tenía una insignia fija. A partir de lo que se ve en ese álbum aparece el nuevo escudo, pero nadie sabe a ciencia cierta si es de Filloy. Tampoco nadie reclamó su autoría nunca”, rememora Gustavo Farías, director del museo.
En efecto, en la tapa del álbum, hizo confeccionar otro escudo que usa la camiseta alternativa de Talleres actualmente y cuyo original está en el museo.