Considero que el rol que debe desempeñar el Estado para superar las recurrentes crisis de la Argentina, es el de planificador del desarrollo, tanto urbano, regional y rural, así como de los recursos estratégicos de que dispone, basado en información estadística seria y confiable de modo que contribuya a la formulación de políticas públicas de mediano y largo plazo, con la participación activa de las principales fuerzas políticas que actúan en el país. Ello evitará la permanente vocación fundante que tienen las autoridades electas que, al asumir sus cargos, por lo general tienden a desaprovechar los logros y resultados de las administraciones anteriores, procurando marcar su impronta antes que revalidar las buenas prácticas y aciertos políticos conseguidos. El principal obstáculo que se debe superar es el de la formación pertinente para la correcta administración de los recursos públicos. En ese marco, en el seno de los partidos políticos -células del sistema democrático- debe instituirse con carácter permanente la formación de técnicos de la administración pública, ya sea a través de escuelas de gobierno o sistemas semejantes, que permitan la transmisión de saberes específicos a quienes tienen una definida vocación de servicio a desempeñar en la administración pública. El desafío es la institucionalización del diálogo entre los distintos actores políticos que se desempeñan en las diferentes fuerzas partidarias, de forma permanente, consciente, madura, propositiva, que eleve la calidad de las conversaciones, como presupuesto básico para la construcción de consensos necesarios. Entiendo que ese es el mejor aporte que puedo realizar desde mi función de dirigente político, como forma idónea para contribuir a realizar aportes valiosos en la formulación de políticas públicas entre diversos actores, de modo que quien sea elegido popularmente por la ciudadanía disponga de las mejores herramientas para trazar un futuro pensado, planificado y legitimado por todos los que contribuyen a realizarlo. Estas acciones sostenidas en el tiempo, tornarán a la política en un círculo virtuoso que erradique para siempre al actual ciclo vicioso que nos ha llevado a décadas de fracaso.
(*) Diputado nacional