Mucho amor propio ante la adversidad, y por eso los aplausos del final en el Monumental. Pero Instituto sigue sin ganar, y eso es motivo de preocupación. Ya van seis fechas del torneo de la Primera Nacional y los dirigidos por Mauricio Caranta suman cinco empates y una derrota.
Esta vez igualó 2-2 ante Ferro en un juego que se presentó complicado, ya que perdía 0-2 y debió remarla desde atrás.
Le cuesta hacer pie a Instituto en el torneo. Y el primer tiempo fue una muestra. Comete errores que son capitalizados los rivales. Así abrió el marcador Ferro a los 13 minutos, tras una falla de Marcos Enrique que David Gallardo aprovechó y definió certero para el 1-0. A los 22’, el “Verde”, con un golazo de Brian Fernández amplió la diferencia. Ferro atacó dos veces y convirtió. Cien por ciento de efectividad.
La “Gloria” con muchas falencias, sin claridad, pero con orgullo buscó el descuento, dejando espacios. Y sobre el final de esa etapa, Lucas Landa de cabeza, tras un tiro libre, logró descontar. Más amor propio que juego.
Pero Instituto salió con otra mentalidad a jugar el segundo tiempo. El ingreso de Damián Arce fue fundamental para que el equipo tenga mejor distribución de la pelota y claridad en los ataques...jugara mejor. Y a los 10 minutos, otra vez Landa, otra vez de cabeza, marcó el empate.
El elenco de Alta Córdoba dominó el trámite del juego y de los espacios, pero le costaba lastimar, y cuando lo hizo le faltó efectividad.
A los 36 minutos se fue expulsado Jorge Carranza, que tuvo que salvar otro error defensivo. Lo tuvo que reemplazar el juvenil Emanuel Sittaro, que tuvo dos atajadones.
Fue igualdad y los “allegados” despidieron al equipo con aplausos, más allá de que el equipo sigue sin ganar en el torneo.
- BAJO LA LUPA
- * El cabezazo ofensivo de Landa le dio vida a Instituto. Ganando en las alturas y con firmeza para vencer en el área rival, y así convertir.
- * No hay dudas que hay mucho de valor testicular en el equipo albirrojo. Con eso logra empates. Pero el equipo necesita ganar.
- * Los errores defensivos los paga caro. Los goles de sus rivales, en todo el torneo, fueron producidos por fallos propios.