Es la primera vez que nuestro país participa del London Design Festival, un evento de diseño que se realiza durante nueve días, cada septiembre, y que fue ideado por Sir John Sorrell y Ben Evans CBE en 2003.
Si bien el festival está más enfocado a empresas de diseño y no tanto a galerías de arte, la cordobesa The White Lodge fue seleccionada para participar del envío oficial que hará Cancillería argentina. “Lo que sucede es que la propuesta que nosotros tenemos es muy amplia, abarca lo artesanal, el diseño, el arte y cuadramos porque el festival tiene como eje la sustentabilidad, algo que nosotros trabajamos mucho en la galería”, empieza contando Georgina Valdez.
Así, con una selección de 20 marcas que trató de abarcar distintas regiones, para llevar referentes de todos los rincones de Argentina, The White Lodge viajará junto a otra cordobesa: Casa Capital, una empresa dedicada al diseño de vanguardia.
Las artistas de The White Lodge. Claudia Santanera y Sheila fueron seleccionadas no solo por el Gobierno argentino sino también por el equipo curatorial del festival e irán con sus obras a representar a Córdoba. “Para nosotros es muy importante porque este es el festiva l número uno del mundo a nivel diseño. Desde la galería nos entusiasmamos mucho porque ellos entienden el diseño desde una perspectiva muy elevada: como tendencia, como expresión artística y como una permanente innovación”, reflexiona Valdez.
La propuesta. El eje curatorial del festival es la sustentabilidad y desde la galería señalan que los proyectos que llevan están anclados en biomateriales y reutilizables, sobre todo de origen orgánico y mineral. “Claudia Santanera trabaja con artesanos del pueblo de Copacabana, en el norte de Córdoba. Ella trabaja lo orgánico y lo sustentable pero también lo social. Es un tipo de trabajo que desarrolla en su taller en Villa Allende, con un eje mixto y cruzado: lo artesanal con una perspectiva de diseño y de arte porque produce piezas de diseño y artísticas para museos, esculturas e instalaciones”, explica la referente de la galería.
En este sentido, la línea de la galería que representa Valdez trabaja con artistas que buscan llevar a las artes aplicadas valores que no tienen los productores industrializados. “Esta idea de la mano de obra, del espíritu del objeto, del concepto artístico de lo que hacemos, nos enseña a consumir de una manera más consciente, más lógica y con muchísima más calidad artística. No es la misma experiencia gastronómica la que uno puede tener con una vasija hecha con tierra de tu región, a la que puedas tener con algo hecho de materiales que no sabés de dónde vienen. Hay un fuerte mensaje detrás de estas nuevas formas de consumir y de enseñarles a las personas cómo, a través de los objetos diarios, deben tener una mentalidad sustentable. Es volver a reflexionar acerca de nuestros consumos diarios a través del arte, que es el eje que tenemos desde 2013 en nuestra galería”, sostiene.
Por su parte, Sheila, la otra artista que será parte de esta comitiva a Londres, trabaja con biocerámica, un tipo de material que está en etapa de experimentación alrededor del mundo. “Es una cerámica que en vez de ser de base mineral es de base vegetal. Ella hace esculturas con cáscaras de huevo, yerba mate o café. Son esculturas compostables. Lo interesante de esto es que no tiene la lógica del arte tradicional, que usaba materiales como bronce o fundiciones que estuvieran diseñadas para durar toda la vida, sino que intentan no dejar huella”, dice Valdez.
Las obras que viajarán a Londres
MADRE NATURALEZA. Un tejido realizado con Palma Caranday, que tiene forma de útero, se convierte en lugar de reflexión y soledad.
Se trata de tres obras de gran porte, que tiene un carácter inmersivo para que el público interactúe, y piezas objeto que estarán dispuestas en la residencia del embajador. “Tenemos una sala exclusiva para Córdoba y para nuestra galería. Las piezas que llevamos van a estar interactuando con la decoración del espacio, jugando entre lo orgánico y lo histórico”.
Apostando a la experiencia sensorial, estas obras fueron diseñadas para ser disfrutadas a través del tacto y del aroma. Una de las obras de gran porte, Madre Naturaleza, es un tejido realizado con palma Caranday, que tiene forma de útero: “Te podés meter adentro y ahí hay una idea de soledad y de reflexión; también habrá dos grandes mantas en el piso en las que la gente podrá sentarse, sacarse los zapatos, tocarlas y sentir que está en contacto con ese tejido y con el olor tan particular de la palma”.
Durante el festival se realizará además el ‘Open House’, una suerte de ‘Noche de los Museos’ pero de edificios históricos, que incluye también la casa del embajador. “Estamos muy entusiasmados porque se estima una cantidad de participantes de alrededor de un millón de personas entre los dos eventos”.