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CóRDOBA
DEFINICIONES PARTIDARIAS

La crisis y la gestión posponen las disputas internas en el justicialismo

Schiaretti y Fernández ordenan moderar las disputas internas y priorizar la gobernabilidad. Se aguardan definiciones entre el presidente y el gobernador después de asumir.

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UNIDOS TRIUNFAREMOS. El trabajo coordinado entre distintos sectores peronistas se propone mantener la calma y distribuir cargos provinciales y nacionales. | Cedoc Perfil

A menos de un mes del comienzo de los nuevos mandatos, corren tiempos de descuento para las definiciones políticas que marcarán el rumbo, al menos inicial, de las distintas gestiones.

Desde el 10 de diciembre habrá una nueva configuración del espacio peronista en Córdoba con elementos que marcan diferencias con lo que venía ocurriendo en los últimos años y que se irán desarrollando y modificando de manera paralela buscando un equilibrio entre la gestión y la construcción política.

El gobernador Juan Schiaretti iniciará su tercer mandato con varios frentes que atender, la crisis económica y social que afecta a la provincia como al resto del país, su relación política e institucional con el nuevo gobierno nacional, la gestión y su relación con el nuevo gobierno municipal justicialista, la interna partidaria por su sucesión en la gobernación y la compleja relación de fuerzas entre el peronismo provincial “tradicional” y la construcción de los sectores ligados al nuevo gobierno federal.

Cara a cara

Muchos de los temas más importantes que involucran a la administración provincial y la nacional serán definidos por el propio gobernador Schiaretti y el presidente Alberto Fernández.

Luego de las tensiones políticas y personales entre ellos generadas por la posición de “prescindencia” adoptada por el cordobés en las elecciones nacionales, hace tiempo que no volvieron a reunirse cara a cara, algo que se espera con cierta ansiedad por la dirigencia y la militancia de ambos sectores para terminar de definir algunos aspectos que por el momento son difusos.

Desde los círculos cercanos a ambos, ratifican que después del 10 de diciembre se producirá el encuentro que marcará los lineamientos de la relación también entre la dirigencia y la militancia y aseguran que “es de esperar que poco a poco se vayan viendo “gestos” públicos de mayor acercamiento por parte de ambos dirigentes”.

Trabajo conjunto

Tanto desde el peronismo provincial cómo desde las distintas vertientes del justicialismo afines a Alberto y Cristina Fernández, admiten que la órden es trabajar en los armados de equipos y en la construcción política sin generar cortocircuitos importantes.

“No es momento para disputas fuertes por cuestiones sectoriales o internas

de tribus. Las prioridades están claras; la gestión de gobierno para enfrentar la crisis y la reconstrucción de la economía y el entramado social son los temas urgentes”, aseguran desde el albertismo cordobés para graficar el momento que se vive.

En la misma línea, desde el kirchnerismo y el oficialismo provincial le bajan el tono a las posibles disputas internas en estos primeros meses. “Lo que no significa que se resignen lugares, cargos o ideas políticas”, advierte sin embargo un veterano dirigente peronista ante la consulta de este diario.

“Estamos trabajando de manera coordinada, desde el kirchnerismo cordobés hay desde hace tiempo una buena relación con muchos dirigentes de Hacemos por Córdoba y eso se ha profundizado. Creo que hay conciencia de la necesidad mutua de trabajar en conjunto porque Córdoba y la Nación no tienen margen para disputas sin sentido”, aseguró una dirigente que mantiene contactos fluidos con el nuevo gobierno nacional.

La amalgama peronista en Córdoba

Mientras se termina de configurar el armado final de los gabinetes y los lugares de poder de cada gestión, las distintas vertientes del peronismo cordobés conviven en un escenario de relativa calma mientras se terminan de negociar y configurar todos los casilleros del futuro esquema de poder.

Uno de los desafíos del peronismo será tratar de avanzar hacia la unidad del justicialismo y tanto en el peronismo provincial como en el nacional hay gente dispuesta a hacerlo.

“Tenemos que hacer borrón y cuenta nueva, los cordobeses debemos reconciliarnos con el peronismo nacional. Si Alberto logra representar otra etapa del kirchnerismo y los sucesores de Schiaretti y De la Sota así lo entienden, estamos frente a un escenario muy interesante”, reflexionó un dirigente de dilatada trayectoria en el justicialismo cordobés.

En ese sentido, ya hay avaces entre las distintas vertientes que apoyaron la candidatura de Alberto Fernández: el sector del peronismo provincial que lidera el senador Carlos Caserio junto a un importante grupo de dirigentes, legisladores e intendentes; el kirchnerismo tradicional de Córdoba más ligado a Cristina Fernández con varios dirigentes y legisladores de peso; el albertismo cordobés referenciado en el partido ParTE que lidera Enrique Asbert y Natalia De la Sota, que representa una suerte de nexo importante dentro del peronismo.

Esta nueva realidad de trabajo conjunto, aseguran que se verá reflejada en hechos concretos cuando se den a conocer quiénes ocuparán los cargos nacionales en Córdoba lo que marcará una clara diferencia con lo ocurrido en otras oportinudades.

“Aunque aún no hay definiciones, pero las conversaciones para determinar quiénes tendrán responsabilidades en entidades nacionales en Córdoba está siendo discutida de manera conjunta”, aseguran desde el albertismo.

Definiciones provinciales

El gobernador Juan Schiaretti tiene en el futuro inmediato que terminar de definir su nuevo gabinete y quienes integrarán el bloque de la legislatura y los demás puestos claves del esquema de poder provincial.

La tarea no es sencilla si se tiene en cuanta que deberá contener la disputa por su sucesión, equilibrar el poder de los dirigentes con “juego propio” y retener a quienes puedan migrar hacia otros espacios.

Sin embargo, quienes lo conocen, aseguran que una vez que eso ocurra tendrá margen para pensar con más detenimiento en un proceso de integración del peronismo, mientras tanto, con el pragmatismo que lo caracteriza aseguran que “la orden es trabajar en la gestión y bajar el todo de las discusiones internas”.-