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GUSTAVO SANTOS *

La humanidad no dejará de viajar

El exministro de Turismo de la Nación analiza la situación del sector en el marco de la pandemia de Coronavirus.

Gustavo Santos
Gustavo Santos, exministro de Turismo de la Nación, analizó la situación del sector en el contexto de la pandemia. | CEDOC PERFIL

El sector turístico mundial está siendo destrozado por la pandemia del COVID-19.

No hay nicho de nuestra actividad que haya podido sustraerse a esta colosal crisis.

Fronteras clausuradas, aviones en tierra, hoteles y restaurantes cerrados, cero prestaciones y atracciones y los intermediarios que comercializan esos servicios sin actividad alguna.

El sector ha registrado estrepitosas caídas en sus ingresos y carece de reservas financieras suficientes para protegerse.

Los efectos sobre el empleo serán inimaginables. Uno de cada 10 empleos del mundo estaban vinculados al turismo. El 80% de los servicios turísticos son brindados por pymes. Millones de puestos de trabajo se perderán irremediablemente.

Las empresas aerocomerciales que no sean socorridas por los Estados quedarán en el camino.

Los antecedentes de otras crisis no nos aportan demasiada experiencia. Ni las Torres Gemelas o los otros ataques terroristas en España, Francia, Alemania o Egipto. Ni el tsunami de Tailandia. Ni el Sars, el Ebola o la gripe N1H1. Ni siquiera la gran depresión de la ‘burbuja financiera’ de 2008/2009.

Nunca antes una crisis había afectado a todos los países al mismo tiempo.

Cuando pase el temporal podremos saber qué ha quedado en pie, qué está dañado y qué se ha perdido para siempre.

Nada será lo mismo después del COVID-19, sin embargo la humanidad no dejará de viajar. No tengo duda alguna al respecto. Aunque modificará sus conductas de consumo.

El miedo paraliza y nos conduce al aislamiento, pero también existe una poderosa conciencia  de libertad en la especie humana que nos impulsa a desafiar cualquier obstáculo para ejercerla.

El principio de proximidad regirá fatalmente en los primeros tiempos. Los viajes de largo alcance quedarán para el final del proceso. La cultura del viaje poscoronavirus será un proceso constante en el que nos iremos animando a viajar más lejos a medida que pase el tiempo.

Este 2020 está prácticamente perdido.

Desde el lado de la oferta, ¿cuáles  serán los destinos y productos que se recuperarán  más rápidamente? La respuesta me parece evidente: los que reaccionen primero, los que demuestren tener mayor capacidad de adaptación al nuevo paradigma.

El trabajo de los gobiernos será indispensable. La interacción público-privada deberá alcanzar niveles de desarrollo superior a los conocidos hasta ahora.

Las decisiones de viajes no serán ajenas a las conductas de las comunidades residentes que pueden radicalizarse en sitios donde ya existían conflictos con los turistas.

Los medios de transporte verán transformada su actividad y su servicio con respecto al pasado.

Los agentes de viaje personalizados que nos den confianza posventa tendrán oportunidad de recrearse y recuperar terreno.

Todo deberá ser más amable con el consumidor, más seguro, más confiable, más cercano.

El desarrollo cualitativo se impondrá al cuantitativo.

Aquellos destinos que sean auténticos, que garanticen la sustentabilidad natural y cultural, se convertirán en un polo de atracción para un turismo responsable creciente.

Existirá un nuevo concepto de productividad turística. Más alejado de la mera masividad y cada vez más comprometido con el desarrollo local.

Importará menos cuántos turistas y más cómo colaboran en el desarrollo integral de la comunidad que visitan.

Creo que la era del turismo sostenible, del que tanto hemos hablado, llegará finalmente.

El turismo renacerá, como el Ave Fenix, pero debemos ser realmente mejores.

Mejores. Los turistas y los destinos.

 

* Exministro de Turismo de la Nación

Expresidente del Consejo Ejecutivo de la OMT