Perfil
CóRDOBA
PANORAMA ELECTORAL

La inseguridad pone en aprietos la campaña electoral del peronismo

El arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, se convirtió en un referente que representa la impotencia de la sociedad ante el crecimiento del narcotráfico y la violencia social en la ciudad de Córdoba. Inseguridad y narcotráfico son un solo tema y por estas horas ambos tópicos lideran la agenda ciudadana de problemas graves sin resolver. Los otros son la educación y la salud pública.

llaroyraacto15-04-2023
EN AGENDA. En el encuentro provincial de Hacemos por Córdoba encabezado por Schiaretti y Llaryora, el actual intendente habló de “solucionar los problemas de inseguridad”. | CEDOC Perfil

La salida de Carlos Ñáñez del Arzobispado de Córdoba le trajo un problema de magnitud al gobierno provincial: Juan Schiaretti dejó de tener un aliado en la Iglesia de Córdoba. Amigo y compañero de estudios en el Liceo Militar General Paz, el gobernador y el purpurado mantenían diálogos imprescindibles cada vez que la situación social indicaba que debían hacerlo.

Pero Ñáñez dejó su puesto y el reemplazante, Ángel Rossi, llegó y no ocultó que tiene otro perfil y otro temperamento. “El nuevo obispo es un discípulo del Papa, eso no hay que dejarlo de lado”, comentó una fuente eclesiástica que conoce los pasos que dio el anterior jefe de la Iglesia de la provincia y también los que da el sucesor.

Rossi se formó con los jesuitas al igual que Jorge Bergoglio, con quien trabajó en 1976 en San Miguel. Allí, el pontífice se convirtió en mentor del sacerdote cordobés, que hacía poco tiempo se había ordenado en la capital provincial.

La marcha realizada contra el crecimiento de la droga y de la violencia el pasado 27 de marzo tuvo ribetes singulares: primero, porque se realizó en la propia Catedral de la ciudad capitalina y aunque estaba, en principio, dirigida contra las autoridades provinciales, a la misma asistieron el ministro de Gobierno Julián López, el intendente y candidato a gobernador, Martín Llaryora y el viceintendente y candidato al Palacio 6 de Julio, Daniel Passerini.

Luis Juez le dijo a la prensa en ese momento que él estaba camino a la manifestación pero cuando se enteró que estaban Llaryora y López pegó la vuelta. En paralelo, voces opositoras anticipaban casi a los gritos que Rossi estaba muy ofendido con el gobierno por la presencia de funcionarios políticos en la manifestación.

El viernes pasado, voces de la Iglesia pusieron paños fríos. Sin brindar demasiados adjetivos sobre la situación, dijeron que no había tal enojo y de paso recordaron que el obispo de Córdoba se reunió con el ministro Julián López antes de la marcha y que también hubo un encuentro de Rossi con el Comipaz y el ministro de Gobierno y Seguridad.

Cuando se le preguntó a la fuente sobre si el obispo sabía de la presencia de los funcionarios políticos en la manifestación contra la droga y la violencia, la respuesta no dejó dudas: “Sí”.

Fiel a su estilo, en la Iglesia trataron de morigerar las cosas pero reconocieron que tras la protesta contra la inseguridad, Rossi visitó a Schiaretti en El Panal, en un encuentro que no fue informado a los medios de comunicación.

Lo concreto es que inseguridad y narcotráfico son un solo tema y por estas horas ambos tópicos lideran la agenda ciudadana de problemas graves sin resolver. Los otros son la educación y la salud pública. Ninguno necesita justificación o argumentación que los sostenga que en esa posición.

El jueves último, el gobierno provincial recibió otro cachetazo en las redes sociales luego de que una mamá se quejara desesperadamente por los robos que se dan a diario en la zona de colegios de la Recta Martinolli. La falta de policías permite que los ladrones hagan su negocio con extrema facilidad y que se muestren armados sin ningún prurito, lo cual enerva a la gente, además de hacerla sentir cada vez más desprotegida.

Un día después, se vieron policías ubicados al frente de los establecimientos educativos, aunque los padres y madres pedían que “ojalá sigan” y recordaban: “Siempre pasa lo mismo: el día después de la difusión de robos viene la Policía, pero a los pocos días se van y todo vuelve a ser tierra de nadie”.

La novela de la fecha y de los aliados. El intendente Martín Llaryora, fiel a su estilo, sigue sin dar demasiadas pistas sobre la fecha de los comicios para exasperar los ánimos de sus adversarios en las urnas, aunque éstos tampoco le destapan las cartas de las candidaturas. Ahora hay tres fechas posibles: 23 o 30 de julio y 6 de agosto.

En tanto, desde el peronismo se hacía correr la versión que indicaba que Soher El Sukaría acompañaría a Passerini y Gustavo Santos a Llaryora. El 26 de este mes se terminarán muchas de las especulaciones cuando deban formalizarse las alianzas ante la justicia electoral.

En Juntos por el Cambio se sugiere seguir con algún detenimiento los pasos que dará Encuentro Vecinal, la agrupación que lidera Aurelio García Elorrio. El juecismo y García Elorrio rubricaron una sociedad electoral si se quiere sorpresiva en la ciudad de La Calera. Esto encendió las luces rojas y muchas voces opositoras empezaron a sugerir que se podría dar un entendimiento similar en todo el ámbito provincial.

Cerca de Elorrio también le quitaron brillo a la versión y dieron a entender que el acuerdo es sólo para La Calera y no hay que creer que eso será una prueba para extenderlo a toda la provincia.

Un colaborador del exlegislador decía que Encuentro Vecinal “pondrá en aprietos al PJ porque se presentará como candidato a gobernador y será un filtro”. Y se explicó: “Los sectores antijuecistas del radicalismo votarán por Aurelio y no por Llaryora. De modo que le resta votos de manera indirecta al frente que comanda el justicialismo”. Una postura opinable y que puede generar adhesiones y rechazos.

Se vienen meses álgidos y a partir de ahora comienza a forjarse la intención de voto de todos los candidatos, para que los encuestadores se froten las manos. Eso desespera a todos menos a Rodrigo de Loredo, quien parece dispuesto a no dar el brazo a torcer y a no dar a conocer qué hará o qué boleta de Juntos por el Cambio integrará. El sistema de partidos de Córdoba juega una ficha por la postulación como vicegobernador, dejando de lado la intendencia. “Ojo que con Rodrigo nunca se sabe”, se atajó un vocero del radicalismo. Sin embargo, casi todos los caminos conducen a la llamada fórmula conjunta, esa que ni Juez ni el diputado nacional de la UCR habían descartado allá por septiembre del año pasado. Parece que pasó una eternidad, pero no es así. Fueron sólo unos meses.

 

Política caliente. El viernes pasado, Juntos por el Cambio se presentó como alianza con la firma de la UCR, el Frente Cívico, ARI-Coalición Cívica y otros partidos más acotados. Una curiosidad: justo cuando se firmaba la alianza arreciaban los rumores sobre el ofrecimiento del peronismo a Gustavo Santos para que sea, supuestamente, compañero de fórmula de Martín Llaryora, y a Soher El Sukaría para que secunde a Passerini.

“Hay que aflojar las cosas, no hubo ningún ofrecimiento formal. Me parece que eso es más una jugada del peronismo de Córdoba para hacer un poco de ruido en esta coyuntura”, dijeron algunos referentes del PRO.

Otras voces del liberalismo juzgaron que se trataba de otra mala jugada del expresidente Mauricio Macri, que hoy por hoy puso en riesgo a sus dos principales bastiones: Córdoba y Capital Federal. Sin embargo, otros informantes manifestaron que es arriesgado dar por terminada la etapa de Macri y mandarlo a Boca Juniors, como si se tratara de un premio consuelo. El exjefe de Estado volverá a tener poderío interno, ya que Patricia Bullrich pidió licencia como presidenta del PRO mientras dure el proceso electoral. Y su lugar será cubierto por Federico Angelini, hombre del riñón del actual dirigente de Fifa.

O sea que dar por resentido el poder del actual dirigente de Fifa es caer en un reduccionismo importante. Lo que sí está claro es que en Córdoba Macri ya no es el que era o, mejor, no tiene el poder de otras épocas, ni tampoco la influencia sobre la sociedad que hace unos pocos años lo convirtió en un líder que no se discutía. Hoy no pasa lo mismo.