PERFIL CORDOBA entrevistó a la especialista Ana Claudia Santano, autora del libro El financiamiento de la política: teoría general y experiencias en el Derecho Comparado. En sus opiniones advierte que la falta de transparencia en la gestión de campañas y partidos políticos provoca heridas profundas en la democracia y la sociedad.
—¿Cuáles son los síntomas de corrupción en la financiación de la política?
—La captura del Estado por intereses privados va en contra de los valores democráticos. La cosa pública debe sobreponerse a la conducción interesada por parte de algunos grupos. El problema de la corrupción por medio de la financiación de la política es que hiere la legitimación democrática que resulta de la celebración de elecciones, volviendo el poder económico un factor determinante. Uno de los síntomas es cuando hay señales de favorecimiento a algunos grupos o personas en el Estado, cuando el parlamentario atiende a pedidos de estos grupos y que eventualmente violen reglas vigentes, o cuando hay lo que se entiende por la “venta” de políticas públicas, todo muy enredado con la opacidad de datos y falta de transparencia.
—¿Es posible eliminar el circuito de dinero en negro en las campañas?
—Sería mejor pensar que es posible disminuir, y mucho, la corrupción por medio de la financiación de la política, o el dinero en negro. Eliminarla por completo involucra también cambiar la naturaleza del ser humano ante el poder y me temo que no es posible un resultado absoluto. Sin embargo, lo que se puede- y se debe- hacer es aplicar leyes que hagan que los resultados de la práctica de corrupción no valgan más que el respeto a la ley. Se deben aplicar elementos disuasorios sobre los agentes, que sientan que hay punición y que no hay ventajas en practicar corrupción. Y eso no sólo en la financiación de la política, sino en todas las ramas del Estado. Lo importante es la transparencia en la rendición de cuentas, la más poderosa herramienta para dicha disminución.
—¿Cuál es el riesgo de las sociedades con políticos financiados por la corrupción y el narcotráfico?
—El gran problema es la captura del Estado por el poder económico, por otros poderes, incluso ilegales como el crimen organizado, dejando a a la sociedad sin amparo. Eso desvirtúa completamente los valores democráticos por los que tanto luchamos.
—Qué dice ante el argumento muy difundido en nuestra región: es imposible eliminar la corrupción porque es el único modo de financiar la política…
—Esa es una idea muy difundida en Latinoamérica que para nada es correcta. Es cierto que los sistemas requieren ajustes, pero esta declaración refleja una contaminación de la sociedad con la manera más “tradicional” de hacer política por aquí.
—¿Cómo calificaría el sistema argentino?
—No lo conozco en profundidad, pero como está en el contexto latinoamericano, puedo afirmar que hay problemas de aplicación de la ley, no en la ley en sí misma. Es el momento de aplicarlas con rigor.