Los dirigentes empresariales nucleados en la Unión Industrial Argentina son de los que mejor parados quedaron tras las elecciones. Y es que, con algunos gestos, como la reunión/foto que compartieron en Tucumán Alberto Fernández, el gobernador Juan Manzur, la CGT y Miguel Acevedo –presidente de esa central empresaria– los industriales jugaron un pleno. A principios de octubre movieron de nuevo: Acevedo y Fernández salieron riéndose tras una reunión de dos horas en la que se habló del Plan Productivo 2023 de la UIA. Con el resultado de las urnas esos movimientos cotizaron alto. ¿Qué están viendo y haciendo hoy los industriales? Por ahora, mucho trabajo en dos capas, una interna tratando de difundir y reforzar entre pares, proveedores, clientes y sindicatos los ejes del plan productivo de la entidad, otra externa y más decisiva, dialogando con parte de los equipos técnicos que estarán en las carteras de Producción, Industria, Trabajo e Infraestructura.
Dos referentes. Uno de los nombres que aparece como referencia obligada para los industriales es el de Gabriel Katopodis, intendente de San Martín y exministro de Desarrollo Social de la Nación en la gestión de Néstor Kirchner. Con él y sus segundas líneas los industriales hablan seguido. Katopodis podría sumarse a un Ministerio de la Producción, aunque también se lo menciona en una cartera de Infraestructura. También hay mucho diálogo con el economista Fernando Peirano, exfuncionario de Cristina Fernández y asesor de la UIA y de los metalúrgicos de Adimra. Junto a ellos aparecen otros nombres, como el de José Ignacio ‘Vasco’ de Mendiguren, un hombre de la casa para los industriales ya que fue presidente de la UIA y antes había ejercido como ministro de Producción de Duhalde. Además, se menciona a Sergio Woyecheszen, economista, yerno de Agustín Rossi y exsubsecretario de Industria, Comercio y Minería de la Provincia de Buenos Aires en la gestión de Scioli.
Agenda. “Amén de que hay muchas cuestiones de corto plazo, porque hay una agenda de emergencia que hay que instrumentar, también hay que empezar a pensar en la agenda estructural que es la que siempre nos falta. Ya estamos en diálogo y tendiendo redes de contacto y trabajo para influir en los planes productivos. Paradójicamente, con muchos de los que van a ocupar cargos y con muchos de las futuras segundas líneas compartimos más cosas en común que con los que están hoy”, remarcó un empresario con silla en el Comité de Unión Industrial. Hay dos grandes tópicos a tratar con urgencia para los ejecutivos de UIA. Uno es el tema estructural de deuda. Cómo va a ser recibida la nuestra estrategia por parte de los mercados y cómo van a reaccionar los mercados en relación con la confiabilidad de Argentina.
Y el segundo gran punto es la política productiva: la gran duda entre los empresarios es si la próxima gestión podrá realmente poner a mover la economía. “Lo hemos hablado con los futuros funcionarios. Si no solucionan algunas variables que nos hacen imposible trabajar será difícil. Caso tasa de interés. Es muy difícil que los voluntarismos tengan resultado en la economía real. Si a mí me rinde más un bono de corto plazo que poner plata en capital de trabajo de la empresa difícilmente tengamos una salida en materia de empleo y economía circular”, razona un referente local.
Una fecha clave. Mientras miraban la cumbre que el viernes concretó Alberto con los referentes de la CGT, los empresarios repasaron su calendario. La fecha que les importa es el 28 de noviembre. Ese día se celebrará en Campo Norte, en Buenos Aires, la 25° Conferencia Industrial. Para cerrar el evento está invitado el presidente Mauricio Macri, pero también se diagramó, antes de ese cierre, una “disertación especial” de 30 minutos para la que está invitado el Presidente electo. En la UIA ya tienen el temario de la disertación que debería dar Alberto: “La Argentina del futuro. ¿Cuál es el modelo necesario para lograr que el país integre exitosamente a la sociedad promoviendo la agregación de valor? ¿De qué manera participan los actores sociales en este proceso para hacerlo sostenible en el tiempo?”
Pacto y cheque. En off, por la sensibilidad y tensión que hay en muchos sectores, un dirigente industrial afirma: “Estamos alineados con la necesidad de generar un acuerdo con todos los sectores. Acá no hay posibilidad de que sea un solo sector el que tenga la solución mágica y traccione solo. Si no nos aglutinamos todos va a ser muy difícil, porque el desafío de la economía argentina, para ponerla a funcionar, es enorme. Y las variables están todas al límite. Si no hay un acuerdo va a ser muy difícil. Creemos que el cheque en blanco es corto, si bien hay consenso y hay espera, el cheque es trimestral”.
-¿Van a apoyar una recomposición salarial?, preguntó este medio a un industrial del interior.
-Una cosa es el voluntarismo y otra el realismo. Hoy para las empresas es imposible que extraer recursos para recomponer salarios, básicamente porque las cajas de todas las estructuras productivas están recontra estresadas. Creo que ahí el Estado va a tener un rol clave y muy fino en la administración de las variables y en generar algo de consumo sin que se descontrole el tema inflacionario y otros indicadores ya distorsionados. Es una ecuación difícil.
Reforma no, modernización
¿Está fuera de agenda la reforma laboral? Aunque la posición pública es no tocar ese tema como prioritario, lo cierto es que los industriales nacionales y cordobeses lo tienen en agenda de mediano plazo para tratar con la próxima gestión. “No se va a hablar en el corto plazo, pero sí se está hablando muchísimo de trabajarla, no como reforma ni como flexibilización, sino como modernización. Hay que hablar de las necesidades del mundo laboral de hoy y que la legislación está obsoleta en su aggiornamento. Pero está planteado y se está hablando con el sector sindical. No es un tema tabú”, remarca un dirigente local.