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Portugal

Lisboa, vieja ciudad llena de encanto y belleza

La capital portuguesa es la cuna del fado, género musical que la identifica. Una de sus máximas representantes es Amália Rodrigues, quien le cantó así: Lisboa, velha cidade, cheia de encanto e beleza, como se tradujo en el título. Un destino para conocer y querer.

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El tranvía. Uno de los paseos imperdibles para conocer todos los secretos de Lisboa. | CEDOC PERFIL

Como seguramente le ocurre a muchos cordobeses –y argentinos– Portugal no estaba en mi agenda de viajes. Pero, la vida te da sorpresas y me llegó la invitación de LATAM Airlines Group, que en septiembre pasado inauguró su ruta de San Pablo a Lisboa. Volar desde Córdoba a la capital portuguesa con una sola escala en San Pablo es un plan más que valedero para encarar el viaje.

Para conocer Lisboa, nada mejor que hacerle caso a Fernando Pessoa, el famoso poeta y escritor luso, a quien le gustaba pasear por las calles de la ciudad a la mañana, cuando no habían abierto todavía los comercios, con una premisa: “Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos”.

Así, para iniciar una ruta “pessoaniana”, habría que comenzar por el café A Brasileira (1905), en el Chiado, Rua Garrett 120, donde una estatua de bronce perpetúa la memoria del poeta.

Cabe alertar que Lisboa está levantada sobre siete colinas, por lo tanto la ciudad tiene una parte alta, El Alto, y una baja, La Baixa. En consecuencia, caminarla requiere buenas piernas y calzado cómodo. Por supuesto que, para quienes no puedan hacerlo, existen los buses que ofrecen city tours; los “tuk tuk”, carritos eléctricos como los del golf (€ 60/70 según el circuito), y los pintorescos, antiguos y cómodos tranvías que despiertan la nostalgia de este cordobés que los usó en su infancia.

Otro detalle que llama la atención y que obra como una odiosa comparación con la ciudad que nos toca vivir a diario, es el orden del tráfico; la limpieza de calles, veredas y espacios públicos; la ausencia de mendigos, homeless y limpiaparabrisas, y la inexistencia de perros callejeros. Los hay, pero todos con su collar, su correa y acompañados de humanos.

“Y como si esto fuera poco”, se puede caminar por las calles, de día y de noche, sin temor a sufrir un asalto. No significa que no haya hechos delictivos, algún carterista puede ejercer su habilidad, pero es una ciudad segura, con los cuidados obvios.

Una buena manera de comenzar a conocer Lisboa es desde la Plaza de Comercio, junto al río Tejo (que en España se llama Tajo), en la parte baja y donde se ubica el imponente Arco da Rua Augusta, símbolo de la ciudad renacida tras el catastrófico terremoto que la dejó en ruinas en 1755. Desde la terraza del arco se obtienen las mejores tomas en 360˚.

Desde allí, es obligatoria una caminata por la Rua Augusta que nace bajo el arco, una peatonal donde además de shopping, se puede hacer un alto en alguno de los bares con terrazas para saborear un rico café portugués con un pastéi de nata, tan típico como el vino verde.

En la misma plaza de Comercio se abordan los tranvías eléctricos, idénticos a los que supimos tener en Córdoba, con los que se accede al Alto, entre callejuelas empedradas por las que pasa el tranvía y los peatones deben pegarse a la pared para no ser rozados. Una cuota de adrenalina para aumentar el pintoresquismo del viaje.

Pero, como se dijo antes, la mejor manera de conocer Lisboa es dejarse llevar por los instintos, ser para ver. En ese ejercicio de perderse en el Alto, es obligatorio llegar al barrio más antiguo de la ciudad, Alfama, con sus callecitas empedradas y angostas, su bohemia de antigua morada de pescadores, sus costumbres de ropa tendida en los balcones y sus bares, cafés y restaurantes en los que vale la pena alargar la noche lo más posible.

Además, Alfama es la cuna del fado, la música popular portuguesa por excelencia, mezcla rara de melancolía y odas al mar, el amor y las costumbres lusitanas. Con algo de bolero, un poco de bossa nova, una pizca de soul y bastante de tango, el fado invade esas callejuelas saliendo de ventanas y puertas junto al aroma de las sardinas asadas.

Un lugar recomendable para cenar y escuchar buen fado en voces masculinas y femeninas, es la Mesa de Frades, en Rua dos Remedios 139.

Y allí cerca, en la Rua das Cruzes da Sé 29, la Sé de Lisboa, catedral de la ciudad del siglo XII que muestra tres estilos distintos: románico, gótico y barroco, coincidentes con las épocas en las que duró su construcción y reconstrucción, pues también fue afectada por el terremoto de 1755.

Esto es solo una muestra, pequeña, reducida, de todo lo que hay para ver en Lisboa. En sus alrededores, hay mucho más para conocer y sorprenderse y se lo contamos en la página siguiente.

Datos de Portugal

* Población total: 10 millones.

* Lisboa: 500 mil; Gran Lisboa, un millón.

* Producciones: textil, calzado, corcho, vino, aceite de oliva, turismo.

* Productos típicos: artesanías en corcho, cerámicos, pastéis de nata, vino verde, otros vinos de la zona del Duero y Porto, al norte.

* Salario mínimo: € 590.

* Fumadores: hay por lo menos dos restaurantes, Bica do Sapato (propiedad de Catherine Deneuve y John Malcovich) y Sud Lisboa, ambos con mesas en espacios para fumadores.

Lo que hay que conocer

* Arco de Rua Augusta, entrada a la Plaza de Comercio, dispone de un mirador con fantásticas vistas sobre la Baixa, río Tejo y la misma plaza.

* Baixa (baja), barrio más céntrico y comercial de la ciudad.

* Plaza del Rossio, zona con abundantes bares y restaurantes, situada en el barrio de La Baixa, en uno de los extremos de la Rua Augusta.

* Elevador de Santa Justa, antiguo elevador que conecta La Baixa con el barrio Chiado.

* Chiado, barrio bohemio y elegante, llamado el Montmartre de Lisboa. Dos calles para recorrer: do Carmo Garret.

* La Alfama: uno de los barrios más antiguo y tradicionales, cuna del fado.

* Mirador San Pedro de Alcántara, en la cima del Alto, ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad.

* Elétrico (tranvía), el medio de transporte más emblemático, con cinco líneas que cubren todas las zonas de interés.

* Sintra, pequeño pueblo a 30 minutos de Lisboa, que conserva su aire tradicional, con calles estrechas y muchas tiendas de artesanías. Punto turístico ideal para pasear. Allí se levantan el Palacio Nacional, construido en el siglo XVI y que perteneció a la familia real portuguesa, con una mezcla de estilos de construcción y decorativos, y el Palacio da Pena (peña), Patrimonio de la Humanidad, situado en lo alto de la montaña y que fue residencia de la familia real portuguesa.

* Cascais, a 30 km de Lisboa, antiguo pueblo de pescadores reconvertido en un lujoso balneario de descanso para las clases altas, pero no solo portuguesas. Como Portugal fue territorio neutral durante la Segunda Guerra, allí se refugiaron familias reales y ricas de otros países. ¿Quiénes viven en Cascai? Portugueses de alto poder adquisitivo; franceses ricos; británicos y alemanes ávidos de mejor clima, y descendientes de la aristocracia europea.

* Belém, barrio ubicado en la desembocadura del Tejo, donde se encuentran algunos de los monumentos más visitados, como el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belem, desde donde partían las naves hacia los mares del mundo. También es la cuna de uno de los productos típicos: los pastéis de nata, pastelitos de masa hojaldrada con un relleno de crema.

* Óbidos, situado al norte de Lisboa, es un pueblo medieval con un centro histórico perfectamente conservado, rodeado por una muralla y con un castillo. Allí se pueden encontrar souvenirs de corcho y cerámica (azulejos) también consideradas artesanías típicas.

* Nazaré, Alcobaça y Batalha, son tres pintorescos y bonitos pueblos, cercanos a Lisboa, con centros históricos muy bien conservados.

* Navegación por el río Tejo, un imperdible paseo por el río, a bordo de un catamarán de Palmayachts. Se obtienen hermosas vistas del skyline de Lisboa y existe la posibilidad de cenar una parrillada a bordo de la nave.

Apuntes

- Transporte: LATAM Airlines Group inauguró el pasado septiembre su ruta directa San Pablo (Brasil) / Lisboa (Portugal). Desde Córdoba los vuelos salen lunes y jueves a las 9.50, llegan a San Pablo a las 13.55 y a las 17.20 parten hacia Lisboa, con arribo a las 5.05. De regreso, los vuelos salen los martes y miércoles a las 7.55, llegan a San Pablo a las 16.40 y parten hacia Córdoba a las 0.05 con arribo a las 2.20. La otra aternativa es Ezeiza / San Pablo. Tarifa: desde US$ 1.241, precio final.

- Alojamiento: Hotel Dom Pedro (5*), avenida Duarte Pacheco 24, en el corazón de Lisboa, www.dom-pedro-palace-lisbon.com

- Recepción y servicios: Turismo de Portugal. - Acompañamiento guiado: Luis Fonseca, [email protected], teléfono +351 914 661 873. - Transfer de turismo: Gonzalo Matías de Sousa, [email protected], Whatsapp +351 918 736 111 - Navegación: Palmayachts, Rui Palma, [email protected], teléfono +351 937 065 280.