Con formato aún sin definir pero con la claridad de quien tiene experiencia en contar historias, Flavio Lo Presti ocupa parte de sus días en un trabajo que culminará en la biografía del controvertido poeta cordobés Vicente Luy.
La idea surgió a raíz de un perfil sobre el poeta -de quien Lo Presti no tenía mayores noticias- que le pidiera la publicación COSO. A partir de ahí, la curiosidad hizo el resto: “Me crucé con un conocido que me había vomitado la historia de Luy como personaje insoportable; fue en 2010 cuando ya Luy estaba muy caído. Fue entonces que me empezó a caer simpático: por el repudio de esta persona”, recuerda Lo Presti.
Así nació el proyecto sobre este personaje que sacudió la Córdoba de los años 80 con sus intervenciones y su poesía. “Pedí una beca al Fondo Nacional de las Artes, me la dieron y en enero empecé a hacer entrevistas; entonces apareció un editor -Francisco Garamona, de la editorial Mansalva, que tiene publicadas varias biografías de escritores argentinos marginales o malditos- que era en quien yo había pensado para publicar la biografía y me ofreció publicarla”.
Una primera versión estará lista en enero pero conseguir la versión final le demandará no menos de seis meses a partir de entonces.
Si bien aún no tiene decidido qué quiere hacer con el libro, sí tiene en claro que quiere que tenga que ver con su propia escritura: “Va a ser mi primera biografía, ya que me he pasado los últimos 15 años escribiendo crónicas y no ficción. Quiero pensar, a través de Luy, cuestiones como el dinero, el amor, la orfandad, la ciudad de Córdoba, con la que Luy tuvo una relación muy compleja y que a mí me interesa particularmente porque es una relación de pertenencia absoluta pero extremadamente crítica, como si hubiera tenido la voluntad de hacer despertar a la ciudad”.
Entre las entrevistas que lleva realizadas, se encuentran muchos de los amigos de Luy del Athletic Club; a Pablo Folino, un amigo de los Verbonautas; a Flopa, la cantante de Flopa Manza Minimal, a quien le produjo el primer disco; a Hernán, que editó todos sus libros incluido el póstumo; a Héctor ‘Perro’ Emaides y muchos otros. “También he entrevistado gente de antes que él fuera público, porque Luy no consiguió en vida la fama que esperaba, ahora sí tiene un poco; el suicidio produce un morbo automático de atracción”.
Sobre su poesía, el escritor rescata el ingenio en su obra: “Hay un poema de Luy que dice: ‘El día que sorbete destronó a pajita, ¿dónde estabas?’. Me da mucha gracia que haya percibido ese paso y lo haya planteado en esos términos deportivos. El era un deportista tiempo completo, jugaba al fútbol, al tenis, al golf. Era bueno a pesar de un cierto desgarbo y que el cuerpo no le jugaba del todo a favor”.
Atravesado por una orfandad estructural (ver recuadro) Luy no era un poeta académico ni un lector sistemático, sino más bien un catador de rock y de la cultura popular. “Como escritor era un obsesivo capaz de trabajar durante horas para que el fraseo del poema tuviera el efecto que buscaba o para que las páginas dieran en espejo el efecto que quería. Era hiperdetallista”, reseña Lo Presti.
¿El último de los malditos? “No lo tengo del todo claro -reflexiona Lo Presti- porque cuando pienso en poetas malditos pienso en tipos que le pegaron un tiro en la mano a otro, por ejemplo. No creo que encaje ahí, tampoco quisiera calificarlo ahora porque está la tentación de decir algo que te gane un aplauso que no querés verdaderamente. En lugar de poeta maldito diría que es un poeta huérfano; pero tampoco quiero decir eso, es algo que estoy descubriendo mientras escribo y quizás no lo pueda circunscribir a un adjetivo”.
TALLER
Para entender a Luy
Dictado por Hernán, el sábado 18 y el domingo 19 de mayo se llevará a cabo un taller en el que se repasará la obra completa del poeta. Serán dos encuentros de cuatro horas cada uno -de 16 a 20-, que recorrerán los 10 libros publicados por Vicente Luy. Con un valor de $ 1.800, el evento se realizará en Mostro Bar (Rondeau 616) y contará con material audiovisual en el que podrá verse a Luy leyendo, recitando y hablando de poesía y de sus libros.
El suicidado por la sociedad
Luy nació en mayo de 1961. Tuvo que sortear una infancia y una adolescencia muy complicadas: cuando tenía solo cinco meses sus padres sufrieron un accidente aéreo que lo conminaron a pasar de familia en familia hasta que su abuelo -el poeta español Juan Larrea- lo acogió y lo indujo en la lectura de César Vallejo, Huidobro y los malditos.
Empezó a escribir a los 14 años y cuatro años después su abuelo también partiría. Fue uno de los fundadores de Los Verbonautas, un colectivo poético integrado también por el Palo Pandolfo.
En la década de 1980 salía en un R12 a hacer pegatinas con sus amigos: Primatesta, Menéndez, el Punto Final y la Obediencia Debida eran algunos de los objetivos contra los que lanzaba sus afiladas provocaciones.
Pasó por el Borda y tras varios intentos de suicidio, finalmente el 23 de febrero de 2012 logró su cometido arrojándose de un séptimo piso, en Salta.
PROVOCADOR. Con ‘Lo esencial es invisible a los ojos’, afiche con el que empapeló la ciudad de Córdoba, provocó un verdadero escándalo en la sociedad.