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CóRDOBA
La pesadilla de Kosovo

“Lo que pasé fue horrible, quiero recuperar la pasión por el fútbol”

Gonzalo Zárate, flamante refuerzo de Racing de Nueva Italia, le contó a PERFIL CÓRDOBA su reciente experiencia en un club del país balcánico. “Nunca me pagaron, no se hicieron cargo de la rehabilitación cuando me lesioné y me amenazaron con mandarme a la policía si no rescindía contrato”, relató el jugador. La intervención de la FIFA y el fortuito desembarco en la Academia.

Gonzalo Zárate
DE REGRESO. Gonzalo Iván Zárate Fagiuoli vuelve al fútbol cordobés luego de jugar en Macedonia y Kosovo. | CEDOC PERFIL

“En tierra de nadie” es un filme que retrata la Guerra de los Balcanes (1991-2001) y que recibió un Oscar, un Globo de Oro y el premio mayor en los reconocidos festivales de Cannes y de San Sebastián. Kosovo es uno de los lugares por los que trascurre la trama dirigida por Danis Tanović, que cuenta en clave de tragicomedia el conflicto en la antigua Yugoslavia.

El futbolista cordobés Gonzalo Zárate (27) anduvo los últimos seis meses en territorio kosovar y bien podría hacer una película con sus vivencias, aunque el género estaría más emparentado con el terror. En diciembre pasado se sumó al KF Ulpiana pero una lesión le jugó en contra a su ilusión de llegar a la Champions o la Europa League, los más cotizados torneos del Viejo Mundo. A lo que vino después, el mismo lo define: “Fue horrible”.

Zárate es un volante ofensivo que acaba de sumarse a Racing de Nueva Italia. Se inició en Universitario y en nuestro país también jugó en Belgrano, Boca, Huracán de Parque Patricios, Peñarol, Argentino del Norte de Formosa y Juventud Unida Universitario de San Luis. En el exterior tuvo una primera experiencia en Colombia, con el Boca de Cali, y luego militó en el Borec de Macedonia y el KF Ulpiana de Kosovo.

“Kosovo fue la peor experiencia que tuve en mi carrera de futbolista”.

“Rescindí contrato en Macedonia porque me salió lo de Kosovo, que era una oportunidad mucho mejor en lo económico y en lo deportivo. Cuando llegué, todo bien: firmé, empecé a entrenar, jugué amistosos e hice goles. Después comencé a sentir una molestia en una rodilla, no podía jugar y me costaba recuperarme; ahí empezaron los problemas”, relata el jugador.

Zárate UlpianaDE SUEÑO A PESADILLA. Zárate se vinculó al KF Ulpiana a fines del año pasado. Nunca le cumplieron y debió acudir a la FIFA para poder volver. 

“Los dirigentes dijeron que yo había llegado lesionado y que ellos no se iban a hacer cargo de la rehabilitación. Me recuperé con un kinesiólogo particular y volví a entrenar, pero no me pagaban. Un día me llamaron para firmar un papel, supuestamente la baja temporaria para que el club pudiera disponer de mi cupo de extranjero; cuando le saqué foto y lo empecé a traducir, me di cuenta de que era una rescisión unilateral que liberaba al club de toda obligación, ¡me quería morir!”, cuenta Zárate.

“Estoy feliz por volver a Córdoba. Toda mi familia es hincha de Racing”. 

“Después jugué unos partidos, aunque mucho no me querían poner. Y en un momento me empezaron a tratar mal y a amenazar con que, si no rescindía contrato, iban a mandarme a la policía. ¡Una locura! Como el club no me había tramitado la visa de trabajo, yo estaba ilegal en el país. Fue allí que pedí asesoramiento legal e intervino la FIFA”, puntualiza.

“Por suerte tenía departamento y comida y me pude manejar con algunos ahorros”, cuenta el flamante refuerzo de la Academia. Ya en Córdoba, aguarda la resolución sobre el conflicto legal con FC Ulpiana y no duda en afirmar que la de Kosovo fue “la peor experiencia” que le tocó en el fútbol.

Final feliz

Gonzalo cuenta que volvió al país el 18 de mayo, “cansado del fútbol y sin ganas de entrenar”. Y que llegó a Nueva Italia casi de modo fortuito. “Viajé a La Rioja para visitar a mi papá y justo Racing jugaba allá por Copa Argentina. Pasé por el hotel, porque tengo conocidos en el plantel, como ‘Ema’ Giménez, ‘Cali’ Rodríguez, ‘el Mono’ Blanco y ‘Leo’ Fernández, y ellos me contaron que el club buscaba mediocampista. Me presentaron a un directivo, que justo lo conocía a mi papá, y ahí empezaron las tratativas”.

“Soy muy creyente y sé que fue obra de Dios”, sostiene sobre la forma en que se gestó su arribo a Racing. “Estoy feliz por haberme sumado a un club que está haciendo muy bien las cosas. Mientras espero el pase, me estoy poniendo en forma. Ahora quiero recuperar la pasión por jugar al fútbol”.