“Empezó la cuenta regresiva de 59 días para que venza la actual ley nacional de Biocombustibles 26.093. ¿Por qué no se vota en Diputados la prórroga que en octubre salió por unanimidad de Senadores?” El tuit del ministro de Servicios Públicos de la Provincia, Fabián López, es una clara muestra del malestar que existe en el Gobierno de Córdoba respecto a la (por ahora) no confirmada continuidad de la norma.
En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, López sostuvo que “la prórroga fue votada por unanimidad en Senadores y se viene retrasando en Diputados. Y la verdad es que hay fuertes sospechas e indicios de que se estaría trabajando en un proyecto alternativo. Más que indicios, hay declaraciones de algunos diputados, en particular Sergio Massa en una reunión con la UIA que nos sorprende mucho. No se discutió sobre la prórroga en dos años y acercándonos al final de la vigencia de la ley, surge esto”.
López fue más allá al afirmar que “entre gallos y medianoche quieran desempolvar un proyecto del que nadie sabe qué implicancias pueda tener en la producción de biocombustibles y en la rueda que se mueve a través de la bioeconomía”.
En el Gobierno provincial no salen de su asombro ante la negativa a tratar la prórroga o, lo que es peor aun, avanzar con otra ley sin mantener ningún contacto con representantes de una de las provincias que mayores inversiones concretó -junto a Santa Fe- para el desarrollo de la industria. “Hay cientos de miles de trabajadores que están asociados a los emprendimientos y no podemos estar jugando con eso. Esto trasciende, y por mucho, el bioetanol. Acá estamos hablando de hasta biofármacos”, enfatizó López.
¿Lobby petrolero? Una de las claves detrás de la prórroga de la ley de Biocombustibles tiene que ver con la transición energética que ya se está aplicando en los países más desarrollados del mundo. En ese sentido, las provincias del Sur que forman parte del corredor petrolero, no ven con buenos ojos el avance del biocombustible y sus derivados. De allí, que legisladores de Córdoba y Santa Fe dejaron trascender en la Cámara de Diputados el “lobby petrolero” para lograr una nueva ley.
“Sería ingenuo pensar que eso no es así. Abandonar una política basada en fuentes fósiles de combustibles, que ha dominado buena parte de la geopolítica del siglo 20 y transitar un camino hacia una economía de fuentes renovables, sin dudas va a tener un impacto. Detrás de esto hay muchos intereses, no solo económicos sino también de poder. Por eso digo que sería ingenuo pensar que detrás de esto no hay gente que quiera mantener estos privilegios. Pero nosotros ni siquiera estamos pensando solo en biocombustibles: estamos hablando de armar una transición ordenada. Lo triste es que los funcionarios públicos se presten a este tipo de lobby”, precisó López.
Contacto cero. Consultado respecto a los canales de comunicación con el Gobierno nacional, o con el propio Massa, uno de los impulsores del proyecto, López fue enfático: “Desde el Ejecutivo provincial no tuvimos ninguna precisión sobre qué rumbo va a seguir este tema, hemos escuchado contradicciones y la verdad es que no estamos tranquilos, que a 59 días estemos tratando de adivinar qué ley va a salir en una apuesta tan grande para una economía regional para Córdoba”.
Un ‘proyecto fantasma’
En la semana, medios de Buenos Aires se hicieron eco de las declaraciones del diputado Alejandro ‘Topo’ Rodríguez (Consenso Federal, el espacio que lidera Roberto Lavagna) quien no dudó en afirmar que tanto el presidente Alberto Fernández como el presidente de la Cámara de Diputados decidieron avanzar en una nueva ley de hidrocarburos y, por lo tanto, no extender la actual ley sobre biocombustibles.
“El Gobierno tiene una clara decisión sobre la prórroga al régimen de promoción de biocombustibles. Decidió no hacer nada y esa es la política pública al respecto. Favorece a las grandes empresas petroleras, perjudica a la producción federal, al agregado de valor y al trabajo”, sostuvo Rodríguez.
“Aunque en el Senado de la Nación se aprobó la prórroga a la ley de biocombustibles por unanimidad y se la festejó como política de estado, ahora el proyecto es un fantasma del cual ningún partidario del Gobierno se atreve a apoyar en público y ya no se discute en el Congreso”, añadió el legislador nacional al diario La Nación.
La ley actual
Sancionada en 2006, se mezcla en un 10% el biodiésel de soja en el gasoil. En tanto, al bioetanol de maíz y caña de azúcar se lo utiliza en un 12% en la nafta. La prórroga de la norma tuvo media sanción en el Senado el año pasado.