En la constante evolución que ha experimentado el movimiento justicialista desde 1945 hasta la actualidad, quizás vaya siendo hora de reformar algunas cuestiones dogmáticas, como por ejemplo ciertas frases doctrinarias atribuidas a Juan Domingo Perón. “La única verdad es la realidad”, dijo alguna vez el General, citando a Aristóteles, aunque hoy esa afirmación debería ser reemplazada por: “La única verdad es la posverdad”. Sobre todo después de los últimos comicios, en los que solo hubo vencedores, si tomamos en cuenta las interpretaciones de los resultados, muchas de ellas más forzadas que puerta trasera de taxi.
Haber perdido por menos de lo esperado o haber sobrepasado el piso que se vaticinaba en el marco de una derrota humillante, fue celebrado en varias unidades básicas con descorches de champán, lanzamiento de chasquibum y versiones cuarteteras del haka de los maoríes. Rostros demudados por el magro porcentaje obtenido, se ocultaban detrás de caretas de Smiley, en tanto de fondo se escuchaban grabaciones de la risa de Marcela Feudale y los dirigentes partidarios hacían malabares con la retórica para explicar que “lo importante no es ganar, sino competir”, que “la lucha es de igual a igual contra uno mismo” o que “los éxitos se construyen a partir de los fracasos”.
En Juntos por el Cambio, después de la victoria electoral, se estarían estudiando las variantes para lograr que Luis Juez no meta la pata de acá a 2023 y consiga sostener las chances de arribar a la gobernación. Fuentes de dudosa reputación me juraron que hasta se habría barajado la opción de contratar dobles del titular del Frente Cívico, para que lo reemplacen en público y mantengan una conducta intachable, pero que se habría descartado la idea porque si no se acordaban de meter una puteada cada tanto, la gente podía empezar a desconfiar. En caso de dar de baja esa opción, tal vez prueben con cyborgs, avatares o un robot bastante similar al R2-D2 de Star Wars.
Sin embargo el panorama es tan cambiante, que la jornada de votación parece muy lejana, ahora que diciembre se nos viene encima con sus tradicionales productos como la garrapiñada, el pan dulce, la sidra y el descontento social. Piqueteros realizaron cortes todos los días en el centro de la ciudad, lo que potenció el habitual caos de tránsito e inscribió en el Libro Guinness de los Récords el nombre de un taxista que emitió una puteada continua de 45 minutos de duración, a cuya finalización el trabajador del volante fue ovacionado y llevado en andas por la multitud, como reconocimiento a semejante proeza discursiva.
Provincia y Municipio debatían cómo resolver ese problema, detrás del cual sospechaban alguna injerencia del Gobierno nacional. “Seguro que los manda Duhalde”, me dijo un contacto que tengo en la Rosada. Y se quejó: “Es muy difícil entender a la oposición. Nos critican por los planes y nos critican porque no tenemos un plan. ¿Quién los entiende?”. Aludido en ese señalamiento, el ministro de Economía Martín Guzmán volvió a explicar que no se puede planificar nada sin antes acordar con el FMI, organismo que a su vez pone como condición que Argentina presente un plan, para recién después discutir los términos del acuerdo.
Lejos de esas negociaciones, asistimos a una nueva escalada en el valor de la carne, cuya cotización es tan alta que ya se estarían por empezar a fabricar freezers que funcionen como cajas de seguridad. También me comentaron sobre carnicerías donde las pizarras no consignan el precio del matambre de ternera en pesos si no en lingotes de oro. Y las medias reses comenzarían a ser distribuidas en camiones blindados, como medida de seguridad.
Investigadores especiales, por su parte, estarían tras la pista de la Banda de la Molida Especial, una pandilla criminal que sería la responsable de varios atracos en carnicerías de barrio, donde vaciaban las heladeras y no tocaban la caja. Y hasta supe de un vecino que, luego de comprar cinco kilos de asado para celebrar un cumpleaños, pidió custodia policial al momento de regresar a su casa. Como en los supermercados se establecieron precios máximos para algunos cortes, no descartan la aparición de arbolitos que compren bifes de cuadril en esas grandes superficies y los revendan a los transeúntes en la calle Rivadavia.
Lic. Clementi Rosso, sommelier de la política