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CóRDOBA
A 42 años del Mundial 78

Luis Galván, el maestro de la final

El marcador central llegó desde Santiago del Estero a Córdoba para seguir con sus estudios terciarios y terminó haciendo docencia en la final de un Mundial.

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LEYENDA. El central dio cátedra en la final Argentina-Holanda. | CEDOC PERFIL

En la casa de Luis Galván hay una sala que es una maravilla para cualquier futbolero. Cuadros de su época de jugador, premios, homenajes, muchos trofeos, en la que se destaca una réplica de la Copa del mundo. Y entre esas copas, están los dibujitos de sus más preciados galardones: sus nietos.

Recuerdos abundan en el hogar de esta leyenda del fútbol argentino que está radicado en Córdoba, pero jamás olvida su Santiago del Estero natal. “Diez hermanos tuve, algunos hoy ya no están. Mis viejos tampoco están. Mi viejo trabajaba en Vialidad nacional, hacia perforaciones donde no había agua. Nos teníamos que trasladar a donde ellos armaban campamentos. Como se podía íbamos al colegio, mis hermanos más grandes ayudaban y trabajaban y con eso comíamos. No nos cagamos (sic) de hambre, pero era una lucha. Calculá, criar once hijos”, recuerda, y agrega: “Y todos salimos buenos jugadores de fútbol. La diferencia es que yo me pude mostrar... Nosotros jugábamos al fútbol todo el día, pero escuchábamos lo que decían nuestros padres, que había que estudiar y todos terminamos el primario y otros pudimos también hacer el secundario”, narra.

Luis Galván no sólo estudió sino que fue docente antes de ser futbolista. Dio clases en una escuela del interior de Santiago del Estero, donde para llegar tenía que trasladarse en gran parte en un ‘sulqui’.

Y por esa dedicación al estudio es que se vino a la ciudad de Córdoba. Un señor le propuso llevarlo a jugar a la Docta. “Yo no tenía ni idea lo que era el fútbol de Córdoba, pero como me dijo de que había Terciarios para estudiar, me vine. En realidad, vine a Córdoba con la idea de hacer un profesorado. Me anoté, pero en ese momento hice las pruebas. Me llevaron a Belgrano y no me dieron ni cinco de bola, en Instituto lo mismo, y al último me llevaron a Talleres, y apenas me vio el técnico me hizo quedar. El técnico era Miguel Ponce. Y ahí empecé y hoy soy el jugador que más veces vistió la camiseta de Talleres”, rememora”.

Galván deslumbró con su juego como central y César Menotti, DT de la Selección en esa época, fue seducido. Se la jugó por él a pesar de que los medios porteños pedían por el defensa de Boca Roberto Mouzo. El “Flaco” bancó al santiagueño de la “T” y éste se transformó en pilar fundamental de la defensa junto a Daniel Passarella. Tan es así que fue la figura de la final de Argentina ’78 ante Holanda, con una clase maestra de cómo marcar sin hacer faltas. Y esos mismos medios que pedían por el defensor ‘xeneize’ terminaron elogiando a Galván y calificándolo con 10 puntos a su actuación en el Monumental.

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