Los más de 500 festivales que se realizan en toda la provincia de Córdoba a lo largo de todo el año son un atractivo perfecto para la clase política. Más aún en el último tiempo, cuando la temporada estival en el territorio mediterráneo sirvió como el puntapié inicial de años cargados de agenda política. En 2015, en plena carrera a las Presidenciales, Mauricio Macri comenzó a desplegar sus fuerzas en la que luego sería Tierra Prometida para Cambiemos en el Festival de Jesús María, a partir de la buena relación entre el líder del PRO y el por entonces intendente hoy diputado nacional por Cambiemos, Gabriel Frizza. Ese mismo año, Sergio Massa, máximo exponente del Frente Renovador y también aspirante a Casa Rosada pasó por Carlos Paz donde sedujo a humoristas locales y hasta se reunió con Olga Riutort, quien sería la referente de su espacio en Córdoba, en una relación que duró menos que un suspiro.
Ahora, la temporada 2018 sin año electoral a la vista parece no tener ingredientes menores a los que hubiese con un ciclo de parada en las urnas. Es decir, como coinciden dirigentes de todos los partidos, el 2018 será la gran previa de las elecciones generales 2019 y se vivirá con la misma intensidad que si hubiese elecciones. Lo que implica, recorrida, ocupación del territorio y si se trata de un escenario en el que los ánimos pueden ser más relajados como el de las vacaciones, el combo es perfecto.
De acuerdo a lo pudo conocer PERFIL CORDOBA, el próximo miércoles el gobernador Juan Schiaretti estará en Jesús María en lo que será la previa de las noches del “color y del coraje”. De la misma manera que ocurrió el año pasado, el titular del Ejecutivo provincial le ganará de mano a un Macri que aún no confirmó si hará o no pie este año en una fiesta que tiene un contexto de clima favorable para él. Desde hace años, se viene tratando de instalar que Jesús María es un fiesta PRO y Cosquín es territorio K, conclusión a la que algunos llegaron sobre todo cuando en Casa Rosada el kirchnerismo ocupaba los despachos. Por caso, en la organización de Jesús María varios recuerdan cuando en 2009, y tras el “no positivo” que lo catapultó al centro de la escena de la opinión pública en 2008, el por entonces vicepresidente Julio Cobos fue ovacionado. Acá; porque en Buenos Aires y en la transmisión que tuvo a cargo la TV Pública, alguien dio la orden al director de cámaras que “no ponchara” al mendocino y el propio Cobos no tuvo ni un segundo de cámara. Menos a partir de la ovación con la que había llegado. A pocos kilómetros de Jesús María, en Sinsacate, se había radicado uno de los piquetes más duros del campo contra el Gobierno.
Más cercano en el tiempo, este año el propio Macri arribó a Jesús María el mismo día de la foto con Schiaretti en La Calera por los gasoductos. En el norte provincial, el presidente calificó al festival como “algo único” y fue noticia por haber comido choripán. En la arena política, la nota fue lo lejos que quedaron de la foto los socios cordobeses de Cambiemos, ya que el líder del Ejecutivo nacional volvió a reparar en la relación con el gobernador, de quien se mostró cerca todo el día. De los cordobeses integrantes de la coalición, Ramón Mestre y Héctor Baldassi fueron los más cercanos a Macri.
Macri, sin confirmar. El máximo exponente del PRO aún no confirmó si estará o no en Jesús María en esta edición, pero nadie se anima a descartarlo del todo. Hasta el momento, referentes del espacio amarillo en la provincia destacan que está llevando la misma agenda de los años anteriores: descanso en Córdoba el feriado del 8 de diciembre y vacaciones para las fiestas de fin de año en el sur; y la gestión se suele retomar con Jesús María en los primeros días del año.
Sin embargo, en el norte de Córdoba se encargaron de recordar que también pasó la vicepresidenta Gabriela Michetti en alguna ocasión y que si bien tampoco está en los planes, la presencia del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, podría ser otra. “Hasta el momento, no hay ningún top nacional” reconocieron a este diario desde el entorno de la organización.
En Cosquín, en tanto, la competencia podría reactivarse como así también en Villa María, donde con motivo del Festival de Peñas, el schiarettismo fue haciendo pie en los últimos años y fidelizando el vínculo con el intendente Martín Gill, de pasado kirchnerista pero muy cercano a Schiaretti en el último tiempo.
Desde la Provincia se ocuparon de destacar que “los festivales tienen un mérito y una identidad que están más allá de las coyunturas políticas”. “Siempre, en Villa María por ejemplo, se estuvo en sintonía con la Provincia, la Nación y por supuesto, el municipio”, se ocuparon de señalar al tiempo que recordaron que la organización en ese festival del sudeste está a cargo del Ente de Turismo y Deporte. Por lo pronto, el año pasado por la Nación estuvo, el titular de la cartera de Turismo, Gustavo Santos; y por la Provincia, estuvo Carlos Massei, ministro de Gobierno.
Siempre, el clima festivalero es propicio para que la política haga lo suyo: promocionar gestión, entregar subsidios, sacarse la foto con el artista de turno o hasta empezar a dibujar el primer boceto del año que comienza.