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PANORAMA NACIONAL

Malamud: “La gran incógnita de Argentina es saber cómo va a evitar las dos H: hiperinflación y el helicóptero”

“Es la dirección en la que está enfocado el país, pero hay que evitarlo”, dice el politólogo, quien sostiene que la crisis de poder se evidencia en las indecisiones del presidente Alberto Fernández. “Él tiene la lapicera, pero no firma”. Asegura que sin respaldo político Batakis no podrá hacer nada y afirma que a Schiaretti no le queda otra que sumarse a un partido para su proyección nacional: “No hay avenida del medio”.

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OTRO FORMATO. Para el politólogo, el Presidente y la vice deben delegar el poder en un equipo de gestión. “Es lo que están hablando entre ellos”, dice. | CEDOC PERFIL

Andrés Malamud no tiene dudas: la crisis económica y política que atraviesa Argentina tiene salida, pero hay que tomar decisiones (“algo que este gobierno no hace, toma indecisiones”) y animarse a cambiar la “configuración”: “Massa tiene que asumir las funciones diarias del Ejecutivo, es decir la administración cotidiana del gobierno, mientras que el Presidente se mantiene como representante simbólico de la unidad nacional y la vice se recluye en cuarteles de invierno. Los mismos elementos, pero mezclados diferentes. Eso es lo que están hablando entre ellos”, asegura, aclarando que “es todo legal, lo prevé la Constitución”. 

—¿Cómo se puede calificar a la crisis que atraviesa el país?
—Esta crisis tiene dos componentes: uno es cíclico, que es parecido a lo que pasó hace cuatro años, en abril de 2018 para (Mauricio) Macri; y ocho años, febrero de 2014 para Cristina. Cada cuatro años tenemos una crisis cambiaria. Eso en lo estructural, en lo económico. Además, a eso se suma que este es un gobierno débil, no porque carezca de legitimidad de origen, sino porque tiene una división interna que no consigue resolver: el líder del Ejecutivo no es el líder del partido y, por lo tanto, eso potencia la incertidumbre que genera la cuestión económica. Son dos crisis que se potencian y donde cada una multiplica el efecto destructivo de la otra y torna todo mucho más volátil. Yendo un poco más allá, el gran dilema de la Argentina es saber cómo va a hacer para evitar las dos H: la hiperinflación y el helicóptero. No estamos condenados a eso, pero es la dirección en la que nos enfocamos y hay que hacer algo para evitarlo.

—¿Este gobierno está capacitado para resolver o paliar la crisis? Y le pregunto por tres actores clave: Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa.
—No, con esta Constitución no. Mencionaste no solo a los tres líderes del partido de gobierno, sino a las tres cabezas de poder. El presidente del Ejecutivo, la presidenta del Senado y el presidente de Diputados. Con esta Constitución lo que vemos es que el Presidente carece de cimientos. No es que no tenga iniciativa, tiene muchas iniciativas, pero no aplica ninguna. Todas las decisiones de este gobierno son en realidad indecisiones. Son títulos que después no se ejecutan, desde Vicentin en adelante. La vicepresidenta, al revés, tiene un poder efectivo pero no es de tomar iniciativas, sino de bloquear, entonces el Presidente dice que va a hacer algo y no lo hace; la vicepresidenta tiene el poder de evitar que el Presidente haga cosas y Massa es un mediador y ahora estamos viendo cuáles son los límites de su mediación. Massa aniquiló su capacidad de representación, no tiene más votos, lo que todavía podría tener es capacidad de gestión, por eso decía que con esta configuración este gobierno no tiene salida. 

—¿Esa configuración puede cambiar?
—Sí, y eso es de lo que están hablando, porque sabemos que lo están hablando, que Massa asuma las funciones ejecutivas, la administración cotidiana del gobierno, mientras el Presidente se mantiene como representante simbólico de la unidad nacional y la vice se recluye en cuarteles de invierno: no hace falta que renuncie, sino que desaparezca del escenario. No sabemos si será suficiente pero es una de las fórmulas que están buscando. Con los mismos elementos pero mezclados diferente. 

—Y en ese nuevo escenario, ¿qué poder de decisión tendría Alberto?
—Ninguno, porque él no toma decisiones habiendo tenido la competencia, la atribución. Él tiene la lapicera pero no firma. Hace falta alguien que firme y ese alguien debe tener la anuencia de la vice. Si la vice deja pasar a Sergio Massa con un equipo y un programa, existe la posibilidad de que se pueda hacer algo. No estoy diciendo de hacer lo que corresponde, porque no soy quién para decir qué hay que hacer, pero hacer algo, porque en este momento el gobierno no está haciendo nada. Hace falta mantener la legitimidad formal de la Constitución y delegar el poder en un gabinete: esto es constitucional. De lo que se trata es que el Presidente y la vice acepten delegar el poder en un equipo de gestión. Me refiero al poder de administración cotidiano, no al poder de legitimidad que da la Constitución. 

—¿La oposición está a la altura de este momento de crisis?
—La oposición está a la altura porque sabe que no está a la altura. Es muy importante: tiene conciencia de que no está lista. La oposición cree que en diciembre del 2023 va a poder presentar un equipo y un programa, pero todavía no lo tiene y en eso consiste en estar a la altura. No estaría a la altura si pensara que le conviene que el gobierno cayera ahora, si pensara que le conviene asumir inmediatamente.

—¿Se puede esperar algo diferente de la ministra Batakis o va a seguir la línea económica del kirchnerismo, que usted calificó de tosca?
—Ella es una profesional eficiente, nadie le quita el mérito, pero no está claro que tenga los atributos que hacen falta para una crisis de esta magnitud. La impresión que da es que es una ministra débil, no por inepta, técnicamente no lo es, es apta, sino porque no tiene espalda política de apoyo. Todos los programas económicos en Argentina tuvieron dos componentes: conocimiento técnico y respaldo político, y lo que le falta a este gobierno es respaldo político: ni Mandrake podría resolver los problemas con este Presidente tomando indecisiones. Pase lo que pase, que seguramente va a empeorar en vez de mejorar, no va a ser culpa de Batakis, va a ser culpa de los que la pusieron.

—En abril usted dijo que había que cuidar la paz social. ¿Qué puede pasar ahora, inclusive con los dichos de Juan Grabois? 
—Lo veo mal, porque el peronismo está demostrando que está mal. ¿Cómo lo demuestra? Peleándose por las organizaciones sociales, por el control de la calle, lo que demuestra que el control de la calle va a ser importante en los tiempos que vienen y eso es fundamental, porque no hay ningún actor institucional que quiera derribar a Alberto antes de tiempo: no lo quiere el FMI, que le firmó un acuerdo en el que no cree; no lo quiere la vice, porque si quisiera ya lo hubiera echado, y no lo quiere la oposición porque sabe que no está lista. La única manera de que el gobierno termine antes su mandato es que se origine una pueblada, que la gente salga a la calle a romper todo. 

—¿Eso puede pasar?
—No es imposible ni inevitable. Lo que provoca las puebladas es el desabastecimiento, entonces la gente sale a tomar supermercados. El desabastecimiento suele ser producto de una inflación descontrolada, que es consecuencia de las crisis cambiarias, por eso es fundamental calmar el dólar y no lo están consiguiendo. 

—En diciembre sostuvo que 2022 iba a ser un año trágico para la clase media. Algo que está sucediendo, pero también esta situación pega en los sectores más bajos, que es la base electoral de este gobierno, y eso no estaba en los planes.
—No, eso fue potenciado por la guerra. Lo que yo calculaba era inflación, lo que no preveía era la magnitud de la escasez. No solo los precios aumentan sino que los productos no están y eso es lo que más perjudica a los sectores más pobres. A la clase media le desespera la inflación, tanto económica como psicológicamente. A las clases bajas, la falta de alimentos. Y faltan los aumentos en las tarifas y ahí se van a juntar todas las cosas de las que estamos hablando: escasez, inflación y tarifazos. Es necesario que la casta se haga el harakiri si no quiere que se lo haga el pueblo. 

“No hay avenida del medio: Schiaretti no tiene esa opción” 

—¿Lo ve a Schiaretti jugando a nivel nacional?
—Lo veo participando pero no en la avenida del medio. Las gestiones que está llevando adelante con (Facundo) Manes no son para hacer lo que hicieron Massa o (Francisco) De Narváez para jugar por el medio, son para jugar frente al gobierno. La estrategia de Schiaretti no busca el poder nacional, busca retener el poder en la Provincia y en Córdoba Capital y para eso necesita alianzas nacionales. No hay en Argentina un espacio para la vía del medio: Argentina es un cementerio de terceras fuerzas y Schiaretti a esto lo debe entender bastante bien, por lo tanto de lo que se trata es de ampliar Cambiemos, si es necesario alterando su naturaleza. No hay camino por el medio, porque el medio está bloqueado. 

—En el entorno de Schiaretti hablan de alguien que no esté en la grieta.
—Sí, se entiende. Pero no tiene una cantidad importante de diputados, tiene un senador y hay que fijarse que Manes, con todo lo crítico que es del PRO, está en el radicalismo y la UCR está dentro de JxC. Por lo tanto, de lo que se trata es de ampliar eso y de ganarle al establishment dentro de JxC, no de romperlo ni de abandonarlo: no hay terceras vías en Argentina, hay dos fuerzas. 

—Las fuerzas políticas tal vez no lleguen a 2023 tal como están constituidas hoy.
—Es muy improbable que surjan terceras fuerzas porque el sistema argentino es muy restrictivo. No te permite candidaturas independientes, a diferencia de Chile, ni te permite cambiar fácilmente de partido, a diferencia de Brasil. En Brasil tenemos a un presidente itinerante, que pasó por nueve partidos antes de ser presidente. En Chile, tenés un Congreso con mayoría independiente. En Argentina eso es inconcebible porque la ley no lo permite. Los partidos son los patovicas de las fiestas: si querés entrar al baile, tenés que hacerlo con los partidos que existen y eso lo entendieron Reutemann, Palito Ortega y Scioli, en otra época, y hoy Carolina Losada, Manes y (Martín) Tetaz: hay que jugar con los partidos que hay, el FdT de un lado y JxC del otro. Schiaretti tiene que definir si está con el gobierno o con la oposición. En la oposición hay una coalición mayoritaria, el resto son centavos. (Javier) Milei tiene dos diputados. No se cambia el país con dos diputados.