Planear vacaciones en alguna playa de México, lleva invariablemente a pensar en uno de los destinos top, Cancún, a la que se conoce como “la Miami mejicana”, con todo lo que eso implica. Pero, si además de mar y playas se busca descanso, estar alejados del mundanal ruido, aventuras y contacto con la naturaleza y la cultura local, a 30 km de Cancún, sobre el cálido y claro Caribe, el lugar es Costa Mujeres.
Algunos lo conocen como Playa Mujeres, pero se levantó allí un condominio de alta gama que tomó ese nombre, entonces los inversores de las cadenas hoteleras en el nuevo destino optaron por Costa Mujeres. Es el caso del Riu Dunamar, en el que nos alojamos una semana para conocer el nuevo enclave.
Naturaleza y cultura
Con el paso de los días, la necesidad de descanso es colmada y llega el momento de adentrarse en la historia y geografía del entorno. Una sugerencia es participar del tour en catamarán a Isla Mujeres, con práctica de snorkel a mitad de camino en las aguas turquesas.
Arribados a playa Norte de la isla, cabe recorrer las pintorescas callecitas, con numerosos y tentadores comercios, preludio del almuerzo en el Club de Playa para luego, después de disfrutar un rato de la playa, emprender el regreso. (La excursión, con ScubaCaribe, con almuerzo incluido, US$ 92 por persona).
El México profundo
La excursión “Cobá cultural” ofrece adentrarse en las raíces de la historia del país, al visitar la pirámide más alta del mundo maya mejicano; lagos y cenotes (estanques de agua dulce de ríos subterráneos, al que los mayas otorgaban un uso sagrado), y explorar los santuarios de fauna y flora de un pueblo local.
La cultura de los pueblos mayas se mantiene viva en esos pueblos y aldeas, donde se pueden conocer desde las maravillas de un cenote a paladear las tortillas ancestrales.
Para entrar a la aldea es necesario que un chamán “limpie” al visitante, en una breve e intensa ceremonia, en la que el humo del incienso “purifica”. Tras ello, se ingresa al cenote Boca de Sapo; se baja por una escalera que permite observar, en esas oquedades, una importante comunidad de murciélagos. Abajo, el agua fresca y transparente invita a nadar, con una profundidad máxima de cuatro metros.
Tras el almuerzo típico en otra pequeña comunidad maya, Tres Reyes, se retoma la marcha hacia Cobá, sitio arqueológico donde se encuentra la pirámide de 123 escalones que no pocos excursionistas se animan a trepar, pese a su verticalidad. Desde la entrada al centro arqueológico a la pirámide separan dos kilómetros y medio, distancia que se puede hacer a pie, en bicicleta o en lo que llaman “limousina”, triciclo impulsado por un “conductor”. (Excursión completa, con almuerzo incluido, US$ 129 por persona).