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CóRDOBA
Juan Mario Spiropulos

Mi gran presidente griego

Fue el artífice del Racing de Nueva Italia que fue subcampeón del Nacional 1980 y que jugó ocho temporadas en la Primera División de la AFA. Lleva 33 años lejos del fútbol y vive en Estados Unidos, donde tiene una empresa constructora. Tras una larga ausencia estuvo en Buenos Aires y desde allí habló en exclusiva con PERFIL CÓRDOBA. Entusiasmado con el presente deportivo e institucional de la Academia, asegura: “Entiendo que se vienen épocas lindas para el club”. 

Spiropulos Juan Mario
ESPLENDOR ACADÉMICO. Spiropulos en la redacción del diario 'Tiempo de Córdoba', en sus años como presidente de Racing de Nueva Italia. | Fino Pizarro

Juan Mario Spiropulos no se arriesga a precisar fecha, pero refiere que lleva “bastante tiempo” sin visitar el estadio que bautizó ‘Miguel Sancho’ durante su última gestión en Racing de Nueva Italia. Dice que extraña a Córdoba y que sueña con volver para estar “más cerca del club” y de los amigos que le dejó el fútbol.

“Recuerdo con mucho cariño aquella época”, señala sobre su etapa dirigencial en la Academia y se muestra entusiasmado con el presente de la entidad que gobernó entre 1976 y 1989. “Cuando me fui, Racing no debía un solo peso y no tenía ningún juicio”, subraya.

‘El Griego’ Spiropulos, señor de las ocho décadas, lleva varios años radicado en Staunton, Virginia, donde maneja una empresa constructora. Acaba de volver de Buenos Aires, donde permaneció un par de semanas ocupándose de algunos asuntos de salud.

“Me operaron y pasé un par de días críticos, pero ya estoy pleno; listo para volver a trabajar”, le cuenta a PERFIL CÓRDOBA. Se lo nota feliz, y comparte esa alegría enviando por wathsapp la imagen del certificado más esperado: “otorgo alta médica”.

Juan Mario SpiropulosLEJOS DEL PAGO. El expresidente académico está radicado en Estados Unidos y se ilusiona con volver a Córdoba, su lugar en el mundo. /// FOTO. CEDOC PERFIL

“Hacía dos años que no venía, así que aproveché para ponerme al día con los afectos”, sostiene. “De todos modos, la tecnología hoy me permite estar en permanente contacto con mi gente y también informado de las cosas que pasan en Argentina. Ya no se siente la ausencia como antes”, apunta.

-¿Qué opinión tiene sobre el presente de Racing?

-Me pone contento que haya podido superar una etapa bastante complicada y que de a poco esté volviendo al lugar que le corresponde por sus antecedentes. Creo que al club lo están llevando bien y que están haciendo un buen trabajo en las inferiores. No hay tantas divisiones políticas y eso siempre favorece. Entiendo que se vienen épocas lindas para Racing.

"Córdoba es mi lugar en el mundo, donde estudié, trabajé, armé una familia y también pude hacer una experiencia muy linda como dirigente". 

-¿Le sigue la campaña al equipo en el Torneo Federal A?

-Sigo las noticias y estoy al tanto de lo que pasa. También tengo mucha relación con jugadores de aquella época inolvidable, como ‘el Pato’ Gasparini o ‘la Araña’ Amuchástegui, a quienes me gustaría ver más seguido. Me entusiasma la idea de volver a Córdoba para pasar más tiempo con los muchachos y colaborar con la institución, y creo que los tiempos se van acortando. Espero que la situación de Argentina cambie. Hoy observo que el país está muy comprometido, que la gente tiene que redoblar esfuerzos para poder llevar adelante sus negocios y su vida social.

Racing de Nueva ItaliaEL EQUIPO QUE DIO CÁTEDRA. Racing hizo una gran campaña en el Nacional de 1980, donde fue derrotado en las finales con Rosario Central. /// FOTO: CEDOC PERFIL

Director de Academia

Spiropulos nació en La Carlota, ciudad cabecera del Departamento Juárez Celman ubicada a 270 kilómetros de la capital cordobesa, donde sus padres llegaron desde Grecia en la década del ’30. “Cuando tenía cuatro años me fui a vivir a Córdoba”, apunta el exdirectivo racinguista, que sitúa su infancia y su juventud en los barrios Residencial América y Talleres.

Cuenta que empezó a ir a la cancha de adolescente y que terminó siendo presidente casi por casualidad. “En 1976 me llamaron de una lista para que fuera de segundo y acepté porque desde ahí podía acompañar sin descuidar mucho mi trabajo. El día antes de la elección nuestro candidato tuvo un inconveniente y ahí me enteré de que no iba a presentarse”, destaca.

“Yo era un joven empresario del barrio e hincha, pero no era muy conocido y alguna gente tenía dudas. Gané las elecciones y lo primero que dije es ‘de acá no se va nadie’ y sume a miembros de todos los sectores”, añade. Fue en las gestiones de Spiropulos cuando Racing disputó por primera vez un Campeonato Nacional y llegó a formar parte del cuerpo estable de la Primera División de la AFA, donde permaneció durante ocho temporadas.

-¿Cómo recuerda la histórica campaña del Nacional 1980?

-Fue algo inolvidable. Aquella vez se conjugaron varias cosas: un plantel de chicos del club que tenían una gran vocación, y un DT como Alfio Basile que los ayudó a terminar de formarse. Estuvimos muy cerca de alcanzar un logro histórico para el fútbol del interior, yo creo que mucho más que Talleres en el ’78, porque Racing tenía más equipo que Rosario Central. Les ganábamos siempre, pero en esa final nos faltó suerte en el primer partido (1-5 en el Gigante de Arroyito) y que el referí dirigiera más o menos bien en la revancha (2-0 en el Estadio Córdoba). Lástima que en esa época los segundos no clasificaban para la Copa Libertadores de América. Eso nos hubiera dado un prestigio único como institución.

“Me quedó la impotencia, la bronca, de no haber podido ganar la final del Nacional ‘80”.

-¿Qué le faltó a Racing para ganar aquel campeonato?

-En la semifinal contra Independiente, (Osvaldo) Coloccini hizo un foul en mitad de cancha y lo expulsaron, y eso nos desarmó la defensa. Basile tuvo la mala idea de ponerlo a (Miguel) Obed, un muchacho santiagueño que no sabíamos cómo jugaba y que creíamos que ‘el Coco’ lo tenía por cábala, y de correrlo a (Pascual) Noriega como segundo central, y esa fue la debacle. Si los hubiera puesto a ‘Quique’ Vivanco o ‘la Polla’ Maldonado, las cosas hubieran sido totalmente distintas en Rosario. Y en el Chateau, el arbitraje de (Teodoro) Nitti no fue parcial.

Amuchástegui y SpiropulosCON “LA ARAÑA”. Luis Amuchástegui y Juan Mario Spiropulos mantienen la amistad desde los tiempos gloriosos de Racing. /// FOTO: CEDOC PERFIL

-¿Se refiere a aquella mano de Ghielmetti en el primer tiempo?

-No fue penal, ¡fue ‘penalón’! Eso nos condicionó todo el partido. Era evidente que el tipo nos estaba entregando. Después me enteré de cosas que se hablaron en Buenos Aires… Hasta en la AFA me dijeron que esa final no había sido bien dirigida. Me quedó la impotencia, la bronca. Aquel Racing jugaba muy bien, pero tampoco nos sobraba nada. Y no se nos dio.   

-¿Es cierto que le ofrecieron el título a cambio de la recaudación?

-Para nada. En aquellos tiempos un título valía más que cualquier dinero. Por reglamento, la plata de las entradas quedaba toda para los locales, así que la repartimos entre el club, los futbolistas y el cuerpo técnico.

-¿Qué significó Basile para aquel Racing?

-Muchísimo. ‘El Coco’ nos ayudó a entender cómo era el fútbol a nivel profesional. Su contratación fue el acierto más grande que tuve como dirigente, lo mejor que me pudo haber ocurrido. Disfruté mucho de la amistad de Basile, y la sigo disfrutando.

-¿Y ‘el Pato’ Gasparini?

-Un fenómeno. A mí siempre me gustaron los habilidosos, como ´la Wanora’ Romero o ‘el Daniel’ Willington, pero ‘el Pato’ fue el más completo de todos. Estaba un segundo adelantado a los demás jugadores y se entendía a la perfección con Amuchástegui. Hoy es el ídolo histórico de Racing y lo tiene más que merecido, ya que reúne todas las cualidades, como jugador y como persona. Fue un privilegio haberlo tenido conmigo.

-¿Y la famosa gira por Corea del Sur de 1981?

-Eso fue muy lindo. Ganamos la Copa Presidente, un torneo que jugaron Danubio de Uruguay, Vitoria de Brasil, un equipo francés muy bueno (Chateauroux), otro alemán (FC Saarbrücken) y los seleccionado de Corea del Sur, Japón y Malasia, que fue el más flojito de todos. Aquel logro nos permitió curar la herida de no haber podido ganar el Nacional ’80.

Basile y SpiropulosDEL COCO. "La contratación de Basile fue el acierto más grande que tuve como dirigente", afirma Spiropulos sobre el DT del Racing de Nueva Italia subcampeón del Nacional '80. /// FOTO CEDOC PERFIL.

Un lugar en el mundo

Spiropulos define como “muy gratificantes” sus experiencias como presidente de Racing y como miembro del Comité Ejecutivo de la AFA. Reconoce que muchas veces el trabajo le complicó las cosas, pero que siempre se las ingenió para cumplir “con mucho cariño” el rol de dirigente.

“El fútbol te apasiona tanto que muchas veces te hace olvidar todo lo demás”, asegura. Recuerda las décadas del ’70 y del ’80 como “una época linda e inigualable” del deporte más popular de nuestro país. “Después los políticos, los negocios y las barras bravas cambiaron todo”, enfatiza.

“La Primera Nacional puede ser un lugar bueno e interesante para Racing”.

-¿Le quedó alguna cuenta pendiente en el fútbol?

-Quizá tendría que haber puesto más énfasis en una idea que tenía y que era la creación de una escuela de dirigentes, para formar a las nuevas generaciones y darles más herramientas a muchos pibes que venían trabajando con entusiasmo en los clubes. Esa puede ser la única asignatura pendiente. Después dejé al club sin deudas, sin juicios y con un predio de 16 hectáreas en Villa Esquiú, y con un estadio remodelado al que le pusimos el nombre de ‘Miguel Sancho’ para homenajear en vida a un gran dirigente y muy buena persona, cuya familia es muy fana de Racing.

-¿Cómo se llevó con Julio Grondona?

-Tuvimos una relación muy cercana. Compartimos el Mundial de Italia ’90 y también la gira previa a ese torneo. Tengo un muy buen recuerdo de jugadores como (Jorge) Valdano y (Julio) Olarticoechea, que eran unos señores. Y más allá de que siempre amé el estilo de juego de (César) Menotti, le reconozco a (Carlos) Bilardo haber sido un ejemplo como responsable de un plantel. Era un técnico obsesivo y apasionado, que después de haber ganado la Copa en México ’86 sentía la obligación de mantener a nuestro seleccionado en el podio del fútbol internacional.

-¿Se extraña mucho a Córdoba?

-Por supuesto. No hay como la idiosincrasia del argentino, y del cordobés en particular. Por el fútbol y los negocios me tocó recorrer muchos lugares y siempre me pregunté dónde me hubiera gustado nacer, y la verdad es que a mi país no lo cambio por nada, aun con los quilombazos que tiene. Córdoba es mi lugar en el mundo, donde estudié, trabajé, armé una familia y también pude hacer una experiencia muy linda como dirigente deportivo.

-¿Cuáles son las cosas buenas que avizora para Racing?

-Se vienen haciendo bien las cosas y pienso que están dadas la condiciones para que Racing pueda reubicarse en el mapa del fútbol argentino. Creo que la Primera Nacional puede ser un lugar bueno e interesante para el club.