La pelea por ganar porciones de mercado en medio de una economía que comenzó a transitar una larga recesión ya comenzó. En esa lucha, en la que hay que redoblar los esfuerzos para comercializar, aumentar los servicios y aceitar las líneas de financiamiento para hacer caja, se libran muchas batallas a la vez. Una de ellas es la del financiamiento o la del costo del dinero que permite apalancar las ventas. En especial cuando se trata de productos y servicios a los que resulta imposible acceder sin asistencia crediticia. En ese marco ya comenzaron a escucharse los primeros argumentos que plantean industriales nacionales para que el Gobierno nacional les otorgue un trato diferenciado de peso para hacer frente a la competencia que llega desde el exterior. En concreto, lo que piden es que si no se pone un coto al ingreso de productos importados, al menos se dejen de usar fondos públicos para subsidiar la compra de productos fabricados fuera del país.
Los primeros en plantear este tema fueron los industriales cordobeses vinculados a la producción de maquinaria agrícola y también los metalúrgicos y autopartistas, que sienten que tienen que competir con equipos importados que cuentan, al igual que ellos, con crédito subsidiado para ser adquiridos.
Freno al crédito. Los espacios que más están alzando la voz en este sentido están vinculados con el gremialismo empresario nucleado en torno a la maquinaria agrícola. Tanto la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) como la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola de Córdoba (Afamac) ya pusieron el tema sobre la mesa. “Es algo básico, no inventamos nada, así se mueve el mundo. Estamos pidiendo ser inteligentes con el manejo de los fondos públicos. No puede ser que se pongan a disposición líneas de créditos subsidiadas para la compra de maquinaria importada, estamos reventados (sic) como estamos, es parte de eso”, planteó Lisandro Tron, titular de Afamac.
Según Tron, el 70% de los créditos que se están otorgando se utilizan para canalizar la compra de maquinaria agrícola importada. Esa es una de las razones para que, según el tipo de producto, la incidencia de la maquinaria agrícola importada frente a la nacional sea muy grande. En el caso de los tractores, por ejemplo, se estima que de cada 10 tractores que se venden nueve son importados. Otro referente del sector, Eduardo Borri, presidente de Metalfor y de la Cámara de Metalúrgicos, detalló que hoy la distancia entre las líneas subsidiadas para la compra de equipos nacionales frente a los importados es muy escasa: “Tenemos tasas del 25% para maquinaria nacional y unos puntos más para importada. Lo que decimos es que el importado se financie en el mercado, donde hay tasas del 50%. Es lo que hace Brasil para proteger su industria. Le hicimos esos pedidos al Gobierno. Estamos siendo duros, aunque nos ganemos algunos enemigos importantes”.
En la mesa. La pelea por el cese al financiamiento para la maquinaria importada ingresó a espacios oficiales como la Mesa de Competitividad Sectorial, de la que ha participado el propio presidente Mauricio Macri. “Hay que ser analítico a la hora de ayudar. De fondo está el trabajo de la gente. Si nosotros vamos a financiar máquinas brasileñas, que el banco de Brasil financie máquinas argentinas. Brasil cuida lo suyo, nosotros tenemos que cuidar lo nuestro”, apuntó Borri.
Qué es nacional. Una discusión de fondo es definir cuándo un equipo es nacional y cuándo no. Para los empresarios del sector no basta con que haya fábricas en el país. Y piden que se fije un porcentaje mínimo de integración de piezas del 60%. A partir de allí, los insumos, equipos y productos nacionales podrían recibir beneficios por el sello local. “Hay muchos casos de firmas extranjeras con plantas acá pero que no integran nada. Solo ensamblan. En Córdoba hay fábricas que traen tractores enteros desde Brasil. Hasta el aire de las gomas viene de Brasil. Y encima se llevan financiamiento nacional, eso no puede seguir así”, señalan los empresarios.
Llamado de asistencia a los bancos
Al margen de los pedidos al Gobierno para una redeterminación de las líneas oficiales de crédito subsidiadas también se busca otro rol para la banca privada. Los referentes de la maquinaria agrícola y de otras industrias vienen solicitando hace tiempo que los bancos vuelvan a destinar un porcentaje de sus depósitos para asistir crediticiamente proyectos productivos. “Les pedimos a los bancos una ayuda. Que destinen un porcentaje de encajes o de depósitos a la vista para financiar la compra productiva. Cada punto de encaje son $26 mil millones. Antes teníamos esas líneas pero dejaron de existir y son una gran apoyo”, apuntó Tron.