A 21 días de las legislativas, desde Hacemos Por Córdoba apuntalan la campaña en la ciudad con el objetivo de superar en “dos o tres puntos” la performance de las PASO y alcanzar los tres diputados. Esto implica no solamente buscar a quienes no votaron en las Primarias (en aquellas seccionales con menos del 65% de participación la fuerza schiarettista tuvo su mejor elección), sino también rasguñarle sufragios a un Frente de Todos debilitado por una mala elección en la provincia.
Ante esto y frente al resurgimiento de Luis Juez dentro de Juntos Por el Cambio, PERFIL CÓRDOBA entrevistó a Daniel Passerini.
El viceintendente capitalino, junto al intendente Martín Llaryora, es uno de los que “se puso la campaña al hombro” con el objetivo de despegar a la alianza pejotista tanto del kirchnerismo como de la ex-Cambiemos, negando un “puente” con los primeros y un “pacto” con los segundos. Más precisamente, un acuerdo entre Juan Schiaretti y Mauricio Macri, quienes mantienen (o mantenían) un diálogo fluido.
—¿Qué se rompió entre Schiaretti y Macri?
—Creo que nada, porque no había por qué romper. Simplemente, cuando nos tocó gobernar la provincia y el presidente era Mauricio Macri tuvimos una relación de respeto institucional, sobrefacturada por lo que era Cambiemos, vendiendo que habían hecho mucho por Córdoba. Cuando uno hace el balance en tiempo real, el respeto que el gobernador tuvo (como tiene también ahora) se compara con que Macri no le dejó ninguna obra terminada. Le dejó una deuda de 11.000 millones de pesos si se ve lo que costó terminar la Ruta 19, tampoco inauguró ninguno de los jardines de infantes que prometió y el famoso tema de la Caja de Jubilaciones no fue ningún gesto bondadoso hacia Córdoba. Cuando gobernaba José Manuel De la Sota, nosotros hicimos una demanda ante la Corte Suprema en la que yo mismo lo acompañé como ministro de Desarrollo Social. De la Sota se plantó a la Nación y en ese tiempo vino a representar a Nación Amado Boudou, el gran amado de Luis Juez. Con Macri no tenemos nada que ver y nada en común.
—Entonces, ¿nunca hubo un pacto?
—No. Hay conjeturas y opiniones políticas que se caen de maduro, porque no hay nada. Acompañamos como en otros gobiernos nacionales con aquellas decisiones que garantizan la gobernabilidad y le traen algún beneficio a Córdoba. Eso no implica que nos hayamos casado con nadie. Obviamente, una buena parte incluye al peronismo, que hace tiempo acá tiene identidad propia. Quizá los vínculos con el kirchnerismo, mirá que paradoja, los tenés que buscar en Juez, que tiene más contradicciones que partidos políticos y fue socio de Boudou porque le facilitó el quórum cuando era senador. O sea, votó la expropiación de Ciccone. También fijate en Rodrigo de Loredo, cuyo padrino político es Martín Lousteau, el padre de la 125 y exministro de Cristina.
—Cambio de protagonista, ¿qué se rompió entre el gobernador y Alberto Fernández?
—Podemos poner el mismo ejemplo: nunca tuvimos relación de dependencia con su espacio. Es el Presidente y en la pandemia siempre se acompañaron las decisiones que buscaban resguardar la salud. Pero Córdoba no hizo especulaciones políticas con respecto al Covid como sí las hizo el Gobierno y sí las hizo Cambiemos. Quizá esa sea nuestra mayor diferencia con ambos.
—¿Pero hay diálogo entre Schiaretti y el Presidente?
—No tengo conocimiento. Pero es evidente que tenemos una clara posición que en muchos puntos está encontrada con el Gobierno nacional. Lo primero que tenemos que discutir es cómo terminar esta situación patológica en relación con los subsidios, que solamente benefician a la Capital. Hay que romper esa lógica perversa y el único espacio político que lo hace con claridad es Hacemos Por Córdoba.
—El tema de subsidios lo sufrieron varios intendentes en la ciudad, no solo Llaryora. ¿Por qué todavía no se avanzó en una federalización?
—Porque es una discusión que se tiene que dar en el Congreso. Lamentablemente, los exintendentes hoy coinciden casi todos en el mismo espacio político, con Juez junto a Germán Kammerath y Ramón Mestre. Ellos nunca hicieron una manifestación para que Córdoba tenga un beneficio y nosotros planteamos desde hace años esa discusión. Nosotros entendemos el federalismo de verdad y tanto Cambiemos como el kirchnerismo lo único que tienen de federal es que sus jefes están en Capital Federal.
—Viniendo a la ciudad, ¿se coló en la campaña la situación de los vecinos de Villa Páez con las cloacas?
—La terrible situación de los vecinos se contaminó con el carancheo de la política. Muchos están viendo una oportunidad para salir a hacer algo, porque yo siempre digo que los que opinan y se sacan fotos arriba de un auto antes de pedirnos explicaciones, deberían pedirle disculpas a la gente por el desastre que hicieron cuando gobernaron. Sobre todo por lo que no hicieron, porque ni los planos correctos dejaron.