El presidente de la consultora W, Guillermo Oliveto estará en Córdoba el próximo miércoles para ser parte del Seminario "El Comercio y el Contexto Político Económico 2022, Perspectivas para el comercio de cara al 2030" que organiza la Cámara de Comercio de Córdoba junto a la Cámara Argentina de Comercio y Servicios. Desde las 14.30 en el Pabellón Argentina analizará la macro junto al exministro de Industria Dante Sica y al presidente de la Cámara de Comercio Natalio Grinman.
En la previa, Oliveto dialogó con este medio y dejó reflexiones sobre el momento del consumo, las estrategias que despliegan los consumidores en un contexto de restricciones y lo que se puede esperar hacia adelante.
“Yo dividirá el año en dos partes. Tuvimos una ilusión consciente de consumo, desde la salida de la pandemia hasta el primer semestre de 2022. La gente tomó la decisión de refugiarse en burbujas de bienestar y de algún modo irse de la realidad, lo cual es muy lógico después de dos años nefastos. Anhelábamos sanar. Nos encontramos con un entorno muy opresivo a nivel global con la guerra y a nivel local la pelea con el propio gobierno que generaba muchísima incertidumbre, a lo que hay que agregar el salto de la inflación. Tenemos un 70% de la población que decía que le iba mal y veía un porvenir peor, a la vez se daba vuelta y consumía. ¿Y qué consumía? Bueno, hubo una baja de las expectativas y una reconfiguración en los perfiles de consumo. Entonces lo que era la trilogía del gran deseo, comprarse una casa, un auto 0km o viajar al exterior quedó lejos para mucha gente”, plantea.
Ese corrimiento de las expectativas y caída del poder adquisitivo explica el “veranito” de consumo que se dio hasta julio con ventas de shopping creciendo 41% en unidades interanual, gastronomía y hoteles al 35% o el boom de recitales.
La “revancha de la vida” duró hasta el inicio del segundo semestre. “Y sí. Una cosa es con salarios más o menos acompañando la inflación al 60% y otra es una inflación que todos ven al 90%. Entonces hay que ver cuántos pueden sostener el poder adquisitivo en el segundo semestre. Si uno mira las medidas que acaba de anunciar Massa son medidas de austeridad, suben las tasas, las tarifas, son medidas de ajuste. Si a eso le sumas la brecha tan grande entre la inflación que íbamos y a la que vamos a ir, más un salto del dólar se complica. El dólar libre subió 40% en dos meses. Y no es cierto que no tiene impacto porque todo se mueve como el dólar oficial. Hay muchos precios de la economía real ajustando al blue o a medio camino”, afirma Oliveto.
En esa línea es que considera que la gente reseteó sus expectativas a la baja. “Hay cosas paradójicas. Hay compañías que están vendiendo, que les va bien. El tema es que el valor de esas compañías cayó o han perdido capital porque no han podido invertir. No veo una economía que no anda, veo una economía con millones de trabas”, dice.
-¿Es, en algún sentido y para algunos sectores, una crisis con plata?
-Es interesante el concepto. Es un buen resumen. Hasta hoy plata hay porque el nivel de emisión que hubo fue fenomenal. Hay plata pero también 90% de inflación, entonces son papelitos de colores. A la gente le cuesta, tiene que hacer muchas horas de trabajo para que la plata le rinda, es un fenómeno de una economía cada vez menos productiva. Ni que hablar en dólares. En dólares el salario real formal con Cristina en 2011 eran US$ 1500 al blue, con Macri eran US$1700 en 2017, en este momento estamos en el orden de los US$600. Eso hace que comprar una casa, un auto o viajar queda para pocos.
-¿Cómo definirías entonces el momento del consumo?
-Vamos a un consumo que siente la restricción, vamos a tener que elegir en qué consumir. Obviamente que esas elecciones varían mucho según las clases sociales. Pero era difícil con inflación al 60%, al 90% es inviable.
-¿Ves el típico consumo de crisis de segundas marcas?
-¿Sabes qué no?, Lo contrario. En general las compañías están vendiendo bien los productos premium porque la gente se está premiando. Lo que hay que entender es que hay gente a la que sacaron del juego y busca sentirme bien. No llego al auto, me compro el mejor alfajor.
-Pero para las empresas hay fuertes distorsiones y muchas complicaciones para operar y sostener la oferta.
-Sí claro, hay escases de importaciones, de insumos. Durante el primer semestre, con complicaciones la nave iba, porque con cautelares y dólar planchado se movía. Ahora, en cuanto se cruzaron las curvas y las variables, se complicó. Yo no creo que la nave se clave, pero bajó la velocidad. Las proyecciones hablaban de un consumo masivo creciendo 6% en primer semestre y 0% en el segundo, lo cual da 3%. Pero en primer semestre crecimos 4,4% y ahora la probabilidad de que dé menos de 0% es alta. Vamos a terminar el año creciendo 2%. No es malo. Ahora, es trabajoso, complicado, pero no hay que confundirse, por ahora, mercado hay. Pero para los que están en Argentina, los que entienden como se juega en Argentina. Hoy no entierra plata nadie, salvo excepciones, no invierten ni los que están en el país.
-¿Qué te preocupa en la agenda de los próximos meses?
-El indicador más preocupante es cuántos dólares tiene la Argentina porque eso impacta en dos lugares muy concretos: la posibilidad de seguir creciendo y en una restricción en la oferta que termina generando más inflación. Si se estrangula eso a la larga deberías tener algún salto en el tipo de cambio. Y eso implica más inflación. La preocupación es que, eso que esta crujiendo muy frágil, termine generando más inflación con caída de la economía.
¿Dónde y cómo está hoy la clase media?
“La pirámide no cambio mucho en cantidades, lo que cambia es lo que ocurre hacia el interior. Una porción de la clase media, la clase media baja es la que concentró la mayor cantidad de deterioro que se dio al final de Macri y durante la pandemia. Se comieron los ahorros o el capital que tenían. No cambian el auto, no lo pueden arreglar, se rompe el lavarropas y lavan a mano. El 45% de las familias son clase media, de ahí 17 puntos son clase media alta y 28 clase media baja. Ahí sintieron el golpe, están a la defensiva, su mayor objetivo es no caer. Después hay un 5% de familias que son clase alta y el resto, 50%, son clase baja donde 20 puntos son baja no pobre y 30 puntos son baja pobre”, detalla Oliveto.