A un mes y medio de las elecciones PASO el dólar blue volvió a recalentarse y cerró esta semana en torno a los $185, muy cerca de la cifra récord que alcanzó a tener en octubre de 2020. Las expectativas devaluatorias volvieron a empujar la cotización del paralelo y muchos ven en esos valores un síntoma de lo que pasa en la economía doméstica: desconfianza en una moneda cada vez más débil, escasez de divisas o, en todo caso, un esquema estatal que, aunque capte agrodólares, le cuesta volcarlos al resto del sistema productivo. En concreto, al país le sigue costando retener y reproducir inversión privada para proyectos de mediano y largo plazo.
El documento “Declaraciones sobre el clima para las inversiones” que elaboró el Departamento de Estado de los Estados Unidos donde “sondea” la situación de 170 soberanos fue tajante en ese sentido. En clave de consejo para los inversores norteamericanos detalló los pros y los contras de anclar dólares en Argentina y planteó que hay “incertidumbre económica, políticas intervencionistas, alta inflación y estancamiento”, un combo que condiciona la llegada de inversiones al país. Además, apuntó críticamente sobre algunas políticas oficiales como los controles de capital, las restricciones comerciales y los controles de precios advirtiendo que esas medidas “aumentan la distorsión económica”, al tiempo que señaló que hoy el gobierno nacional no mantiene una mesa de diálogo con inversionistas internacionales. La cara positiva fue la ponderación del nivel de los recursos humanos del país, la solidez del sistema bancario y las oportunidades en sectores como agricultura, energía, salud, infraestructura, tecnología de la información y minería.
Las apreciaciones que llegaron desde el exterior sobre el clima de negocios en el país fueron recogidas y replicadas por dirigentes del G6 de Córdoba, el espacio que reúne a las principales cámaras empresariales locales y que dialogaron con PERFIL CORDOBA.
“El documento del departamento de Estado norteamericano decía dos cosas, que Argentina ofrecía oportunidades para hacer negocios, pero que tenía mal clima. La Argentina sigue siendo un lugar donde se pueden hacer negocios. Sin ir más lejos, un comerciante me confesaba que le mejoró mucho la situación en el último mes y que tenía la sensación de una mejora y que a partir de esa sensación estaba pensando en proyectos de expansión. Es decir que cuando hay algunos elementos que generan confianza el capital va atrás de hacer la inversión. Hay que tratar de que cesen los mensajes controversiales que llegan desde el gobierno. Si hay confianza el capital no se queda estático”, planteó José Viale, de la Cámara de Comercio de Córdoba.
Para Luis Lumello, de la Cámara de la Construcción una falla grave en la organización del gobierno es la falta de una concepción holística sobre las distintas políticas: “mientras que un sector está pensando en incentivar la inversión, en exteriorizar capitales para que haya mayor empleo no encontramos políticas estatales que vayan de la mano para movilizar positivamente a los sectores. Entonces evidentemente, por más atractiva que sea una ley, después llega un funcionario de turno que define sobre la renta y la inversión. El gobierno no tiene una política sustentable e integral, es un gobierno compartimendado”.
Desde la Unión Industrial de Córdoba, Marcelo Uribarren planteó la necesidad de atacar la raíz de muchos de los problemas actuales: “estamos convencidos de que Argentina atraviesa el flagelo de la inflación que es el reflejo del fracaso de la política pública y venimos arrastrando desde hace décadas. Todo lo que pasa después son consecuencias de esta causa que no hemos podido solucionar nunca. El flagelo que tenemos con la inflación es lo que después genera la inestabilidad cambiaria, el déficit habitacional, el aumento de la pobreza. Detrás de ese fracaso se encoluman todas las consecuencias que son las que permanentemente hablamos. El nuestro es un país que dejó de pensar en el largo plazo porque la inflación te quita ese horizonte”.
Para cerrar esas definiciones, otro documento, en este caso del área Trade Markets del Banco Santander destaca lo que ya señalaba el informe Doing Business 2020, del Banco Mundial, sobre Argentina. Allí, el país ocupó el lugar 126 entre 190 países, con una caída de 7 puestos con respecto a 2019. Ese informe subrayaba que, en 2020, los flujos hacia Argentina cayeron en 47%, ya que la crisis de COVID-19 agravó una situación ya difícil en el país y que diferentes empresas extranjeras decidieron dejar Argentina, como Glovo, Falabella, Latam Airlines, Qatar Airways, Emirates, Air New Zeland, PIerre Fabre, Saint Gobain Sekurit, Basf y Axalta. “Entre las razones citadas por las empresas para dejar el país, fuera de las relacionadas con la pandemia, se mencionan las formas complicadas de hacer negocios, la presencia de sindicatos poderosos, el intervencionismo estatal, las políticas anticomerciales, la política cambiante, y el precio y el control monetario”, remarca ese documento.