A pocos días de que se cumplan los plazos para presentar las listas para las elecciones internas de la Unión Cívica Radical, el concejal Rodrigo De Loredo lanzó el martes su candidatura para presidir el Comité Provincia, acompañado de la intendenta de Monte Cristo, Verónica Gazzoni, quien se postula como primera vicepresidenta.
El dirigente estuvo acompañado por sus socios políticos, los intendentes Marcos Ferrer (Río Tercero), Luis Picat (Jesús María) y José Bria (Morteros), el legislador Orlando Arduh y Javier Bee Sellares, el nombre puesto para pelear el Comité Capital frente a Diego Mestre, entre otros.
En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, De Loredo resalta que no es una tarea nada fácil enfrentarse a Mestre y a Negri, “porque son dirigentes de una dilatada trayectoria, que vienen alternando los nombres y las conducciones de las listas y del partido”, y agrega: “De alguna manera, se han corporativizado en un proceso similar al de los gremios y conforman fuertes burocracias”.
“No los subestimamos, es como ganarle el gremio a (Hugo) Moyano”, sostiene el dirigente.
—¿Cómo ve hoy al radicalismo?
—Es un dato de la realidad que el radicalismo involucionó en diferentes perspectivas. Hace 21 años que pierde las elecciones provinciales en manos del peronismo cordobés, perdió una gran cantidad de gobiernos locales, pierde la representatividad legislativa, pero lo más grave es que no tiene un problema de unidad o dispersión; es un problema de representatividad. Hace tiempo que no conforma agendas, propuestas, que solucionen los principales problemas de Córdoba. No nos advierte la ciudadanía como un partido que le esté diciendo cómo va a resolver los problemas cotidianos, cómo va a hacer de Córdoba una provincia que se proyecte en el desarrollo, a partir de descomprimir la presión tributaria y apuntalar su actividad productiva. La propuesta que hay desde la otra parcialidad del radicalismo es de continuidad y resulta que hay una gran cantidad de dirigentes, que son los que venimos sumando en este espacio, que entienden que la continuidad no nos lleva a ningún lado.
—¿Por qué esta división con Ramón Mestre, teniendo en cuenta que fue su candidato a intendente en las elecciones de 2019?
—Nunca se unió ni se rompió nada, yo tengo 20 años de trayectoria y militancia en el partido y sin tener ningún inconveniente en lo personal con Mestre siempre tuve diferencias políticas con él. Nunca fuimos juntos, me parece que es un error plantear que fui con Mestre, yo fui candidato de la UCR y mi partido eligió a Ramón Mestre como candidato a gobernador. Nunca me sentí su compañero. Yo no lo escogí a Mestre ni Mestre tampoco a mí. Fuimos candidatos por un partido que es la Unión Cívica Radical. Pero son Mestre y Negri quienes deberán explicar por qué la UCR tuvo la peor elección de la historia del partido en 2019.
—¿Cuál es su opinión sobre la unidad entre ellos?
—Tenemos un discurso de unidad sustentable, no una unidad de cartón para patear los problemas para adelante, basada en “antes me peleé, partí un partido por la mitad y ahora me pongo de acuerdo por una especulación de coyuntura del corto plazo para el armado de una lista”.
—En este contexto por la pandemia, ¿ve realmente posible que se realice la elección el 14 de marzo?
—Está más que claro que sobran los ejemplos de una gran cantidad de participaciones democráticas que se pudieron realizar, aún en momentos más críticos: votaron en Río Cuarto, Despeñaderos, San Javier, la colectividad boliviana, ahora va a votar el Club Atlético Belgrano, se votó en Estados Unidos. Hay claras demostraciones de que en una forma ordenada, responsable y prudente se puede dar participación democrática y normal funcionamiento de la vida de las instituciones.
—En caso de lograr una victoria, ¿cuál es el desafío de Sumar?
—Vamos a transitar este proceso desde una perspectiva positiva en cuanto a lo que representamos y creemos que el radicalismo tiene que ser. No se trata de personificar en nombres propios el diagnóstico que tenemos, porque necesitamos poner al radicalismo de pie como freno al kirchnerismo que dijo que iba a venir más suave, aprendiendo de sus errores, más equilibrado, y nos encontramos con un Gobierno nacional más violento y con más énfasis en cómo atropella lo que se le cruza por el camino. A eso le agregamos un Hacemos por Córdoba que, por los condicionantes que tiene con el kirchnerismo, ha resuelto no defender más los intereses de esta provincia. En ese contexto, al margen de las responsabilidades del pasado, creemos que tenemos que activar el radicalismo desde todo punto de vista para asumir el rol que no está cumpliendo nadie, que es defender los intereses de Córdoba y ponerle un freno al kirchnerismo.
Soledad Romero García