El director de Políticas Públicas en la Fundación Libertad y Progreso y exsecretario de Hacienda de la Nación, Manuel Solanet, habló esta semana ante empresarios invitado por la Bolsa de Comercio de Córdoba. En ese espacio, además de analizar el estado de la macro economía y criticar algunos aspectos de la actual administración nacional remarcó la necesidad de comenzar a trazar un rumbo económico que implica afrontar un paquete de reformas estructurales. Solanet detalló cómo está operando un actual círculo vicioso que comienza con el déficit fiscal y por qué es necesario romper su lógica de funcionamiento para avanzar hacia otro modelo.
“Los factores del circulo vicioso en los que hay que concentrarse en demoler arrancan en la expansión del gasto público. Durante el primer gobierno kirchnerista el gasto público agregado pasó de 30 puntos del Producto a 46 puntos, esto determinó una elevación de la presión impositivita que no fue suficiente para sostener el déficit fiscal y hubo que financiarlo con deuda o con emisión. Macri lo financió con deuda, este gobierno actual con emisión. Esto deriva en endeudamiento o inflación y genera control de cambios, retraso cambiario, aumento del riesgo país y todo esto confluye, junto con el alto costo laboral a que el riesgo de invertir en Argentina sea alto, hay escasa inversión y escasa generación de empleo privado. Cuando no hay generación de empleo privado es muy difícil reducir el gasto público, el empleo público sigue creciendo y el círculo vicioso sigue girando”, explicó
Según Solanet, para transformarlo en un círculo virtuoso se requiere avanzar en la generación de confianza, lo que a su vez obliga a trazar un plan de gobierno que debe encarar una serie de reformas de fondo.
Las reformas. La serie de reformas que plantea Solanet son las que buena parte del arco liberal viene pregonando desde hace tiempo e incluyen un paquete completo que va desde la reforma laboral, la del aparato Estatal, la previsional, la reforma impositiva y de la Coparticipación, la apertura externa del país, la desregulación y la reforma monetaria.
En su presentación Solanet abordó algunos capítulos con mayor énfasis. Uno fue el referido a la necesidad de una reforma laboral, ya que, según explicó, Argentina mantiene como sistema de organización gremial el unicato sindical copiado en los ´40 de la Carta del Lavoro. “El primer punto de la reforma es privilegiar los acuerdos por empresa, modificar la Ley de Convenciones colectivas. Hay que desregular y disminuir el costo y riesgo de la ruptura del contrato laboral, proponemos ir al modelo de Estados Unidos que en algún sentido se aplica en la construcción, un fondo de desempleo que se tiene para mantener los ingresos de quien es despedido, pero desregular el despido, no circular por el camino opuesto, duplicando el costo de la indemnización o prohibiendo el despido porque eso lo único que logra es que las empresas no se animen a tomar gente. Dicen que tomar un empleado acá es como adoptar a un niño, no es exagerada la referencia”.
Y también se explayó en relación a la necesidad de reducir el tamaño del Estado. “Hay un gigantismo en la administración, proponemos una reingeniería en el Estado donde se pueden suprimir ministerios y estructuras. Hace 100 años, la estructura del gobierno de Irigoyen era presidente, vice, un secretario, un oficial, un auxiliar, mayordomo y siete ordenanzas. Hoy para lo mismo hay 1.400 personas, se multiplicó por 100. Esto se repite donde uno vaya. El presupuesto total eran dos páginas. La mecánica que proponemos es la puesta a disponibilidad de personal público y generar incentivos para que las empresas privadas contraten ese personal, que se exima de aportes y que haya un subsidio para la captación del nuevo. Y para los empleados públicos que no pueden encontrar empleo en el sector privado, la jubilación temprana. Es un sistema que exige algunos cambios legales, pero no muchos, y permitiría una racionalización importantísima en la administración”, dijo.
No obstante, remarcó que hay una condición previa fundamental: robustecer las condiciones para que el mercado laboral pueda incorporar a las personas expulsadas del sector público: “Si no hay creación de empleo privado no hay posibilidad de aplicar una racionalización de este tipo porque esa gente no conseguiría trabajo. Consideramos que en los tres niveles, Nación, provincias y municipios hay un excedente de no menos de 2 millones de empleos públicos en la Argentina. No podemos pensar que eso sea así. Si esto se logra el golpe de confianza sería fenomenal, se dinamiza el crecimiento económico al nivel de poder generar los empleos privados que puedan absorber a esta gente, a los nuevos ingresantes al mercado y a los informales”, aseguró.