Quince meses. Más de un año de aquel 6 de agosto en que la mano de Juan, mi hijo mayor, me despertó expresándome que algo había pasado con Blas.
Quince meses de la peor noche de mi vida, a partir de la cual comenzó un camino que nunca hubiese deseado transitar. Conocí los lugares más oscuros que se pueda imaginar.
Un gobierno totalmente ausente, que nunca se hizo cargo de la responsabilidad que le cabe por el asesinato de mi hijo. Sentí y siento la desprotección en su máxima expresión, pero decidí seguir. Mis hijos, mi marido, mi familia, mis amigos y el propio Blas, merecían que así fuera.
Un 25 de octubre me cacheteó nuevamente la vida. Otro inocente muerto en manos de este gobierno que nada había hecho en su momento por Blas. Joaquín Paredes era la siguiente víctima y ese día entendí que si no hacíamos algo, la lista iba a seguir aumentando.
A lo largo de este año conocí personas que jamás hubiese imaginado conocer. Hermosas personas con las que lamentablemente compartimos el dolor, el abandono del gobierno, de la Justicia, del Estado. Podría nombrar a tantos. Pablo Musse; Natalia y Carlos, papás de Sol; la familia Ávila; familiares de Agus y Nano, de Franco Amaya; Viviana Alegre; los papás de Mateo, y tantos más, víctimas de un Estado que no da respuesta en ninguno de sus poderes.
Creo que ese silencio busca nuestro cansancio y quiero contarles que lejos de conseguirlo, nos ha dado más fuerzas para seguir en esta pelea en la que claramente somos los débiles, pero somos muchos lamentablemente. Somos muchos que dijimos “basta”, que decimos “esto se tiene que acabar”, que decimos “Justicia es nunca más”.
Y no vamos a descansar hasta obtener respuestas con decisión de una Córdoba mejor. Respuestas de una Justicia que imparta justicia. Decidimos juntos ir hasta el final, hasta la instancia que sea necesario llegar, porque ellos no vuelven, sin embargo merecen justicia.
Hay muchos que están acá y merecen vivir mejor porque la justicia es “nunca más”. Tengo lo que me quede de vida para seguir luchando.
* Madre de Blas Correas, asesinado por balas policiales el 6 de agosto de 2020.