Julia Ballario tiene una profesión y un hobby: trabaja como diseñadora gráfica y, cuando los tiempos se lo permiten, hace sushi para vender. Pero hay otra faceta en su vida, que ella define como “una pasión”: el automovilismo. “Es lo que me encanta hacer”, sostiene la piloto de Marcos Juárez, de 26 años, quien acaba de debutar en el Turismo Carretera, la categoría más popular del ámbito “tuerca” nacional.
En la red social Twitter, donde tiene una activa participación, “Juli” muestra una foto de su infancia, tirada en el piso con sus juguetes, y escribe: “Cuando yo era chica la pista era el living de mi casa y los autitos eran los que me venían en los huevitos Kinder. ¡Pasión intacta!”. La conjunción de imagen y texto la pintan de cuerpo entero. “Mi papá corría, y siempre digo que en cierto modo es ‘culpable’, pero igual las ganas surgieron de mí. Insistí mucho en casa, hasta que me hicieron caso. A los 7 años subí a un karting y desde ahí no bajé más de las pistas”. refiere.
“Era una oportunidad que no quería dejar pasar y estoy muy contenta y agradecida”, dice Ballario en alusión a su reciente participación en Los Mil Kilómetros de Buenos Aires, la carrera con más repercusión del calendario del TC, en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez. Allí corrió como invitada formando equipo con Camilo Echeverría y Sebastián Abella, a bordo del Chevrolet número “33” de Alifraco Sport, que terminó en la 23º posición. “Estoy súper feliz. Para mí fue un sueño cumplido, otro objetivo, un pasito más en mi carrera deportiva. Ser la única mujer y representar al género en una categoría tan importante también fue muy significativo”. añade.
Una carrera “movidita”
A pesar de su juventud, Julia ya es una experta en las pistas. En 2007, después de ocho años en el karting, debutó con los autos en la Fórmula Renault Plus, y luego compitió en Turismo Nacional Clase 2, TC Pista Mouras, TC2000, Top Race V6 y Top Race Series, donde obtuvo dos victorias: en Resistencia y en Río Cuarto. También hizo una experiencia en Estados Unidos, en el Pro Mazda. “Un poquito movidita mi carrera, pero es lo que me ayudó a ir adaptándome rápido a diferentes autos”, comenta.
“Mi familia siempre acompañó mi crecimiento en las pistas”, destaca Ballario. Menciona a papá Gustavo, mamá Susana y los hermanos Lucía y Agustín, y cuenta que “hace un par de meses” se sumó a ese entorno íntimo Hernán López, su novio. “También es súper apasionado con los autos. Me acompaña en todo y además es sponsor, ya que la empresa ‘Waterplast’ es de él”, precisa, sin olvidar tampoco a sus fans en Instagram y Facebook (“me encanta y me hace sentir bien que se preocupen por mí y me acompañen”).
Dice que no tiene ídolos o referentes en el deporte, que siempre trató de hacer su propio camino, y reflexiona: “Empecé en karting como un juego; nunca me imaginé correr en autos y mucho menos llegar al Turismo Carretera. Jamás me imaginé lo que estoy viviendo hoy”.
Sobre cómo es ser mujer en un ambiente de hombres, Julia refiere: “Se me hizo difícil, sobre todo en los comienzos. Porque mucha gente no confía en vos por el sólo hecho de ser mujer y pareciera que siempre tenés que hacer buenas carreras y no cometer errores, porque es más fácil que te ‘peguen’. Con los años y la experiencia pude ir demostrando que arriba del auto no importa el género, sino el trabajo y el sacrificio que le pone uno. La mayoría de los pilotos del país me conocen desde chica y afortunadamente hoy puedo decir que cada vez que piso un autódromo me siento una más”.
Y habla de sus objetivos: “La repercusión que tuvo mi participación en los Mil Kilómetros, y el apoyo de mis seguidores, me hacen soñar con llegar a ser piloto titular en TC. Sería una gran meta para dentro de un par de años. Obviamente que es muy difícil, sobre todo por el tema económico, ya que la situación del país complica a todos. Pero haremos todo lo posible”.
Embajadora del Inadi
El 15 de mayo de 2016, la cordobesa Julia Ballario se convirtió en la primera mujer en ganar una carrera de la categoría Top Race Series. Lo hizo en el Autódromo de Resistencia, de punta a punta, y a bordo de un Mercedes Benz. “Fue como una descarga. Me sentí liberada. Ahí pude terminar de demostrar que no importaba el género. Aparte fue una carrera difícil, porque había estado lloviendo”, reflexiona.
Luego de aquella victoria, el INADI la nombró Embajadora de Buena Voluntad. “Estoy súper feliz por esa mención y por poder luchar por la igualdad de género en un deporte que se ve muy para hombres”, sostiene. Y añade: “Mucha gente me escribe para contarme que la pasión y el esfuerzo que le pongo a mi carrera deportiva los alienta, y eso me encanta. Bienvenido sea si puedo ayudar a abrir un poco más el camino a las chicas que vienen detrás de mí o las que están a la par”.
