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ESPERAN AVANCES

Suoem: con cambio de estrategia, van por un acuerdo con Llaryora

En una semana, el gremio de los municipales pasó de las bombas de estruendo, la golpiza a comerciantes a protestar con globos y bengalas.

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CAMBIO. Las protestas del Suoem de esta semana variaron en tono e intensidad. No hubo actos violentos y mantienen buen diálogo con el secretario de Gobierno Miguel Siciliano (a la derecha). | CEDOC PERFIL

Un cambio en el modo y las formas, al menos de manera circunstancial. La transformación se originó por los ‘compañeros’ detenidos y despedidos, pero también a causa de las negociaciones puertas adentro del gremio tratando de calmar a las bases.
El cambio de estrategia, aseguran fuentes del Suoem, está sostenido además en un intento para llevar un mensaje al Palacio 6 de Julio para retomar las negociaciones y que no todo el saldo termine en negativo. Esta modalidad habría tenido un primer resultado con el acercamiento de una nueva propuesta por parte de funcionarios municipales que por estas horas está siendo evaluada, todo bajo un estricto silencio de radio.
Esta aproximación se la reconocen al sector del ala ‘blanda’ y más negociadora de la gestión Llaryora, encabezada por Miguel Siciliano, uno de los funcionarios con quien mantienen mejor diálogo.
De la otra vereda posicionan a Verónica Bruera, la secretaria General del municipio como líder del ala ‘dura’ de la gestión y la de mayor severidad en la relación con el sindicato. Es más, algunos responsabilizan a Bruera por haber desistido de la participación en una mesa de diálogo gestionada por el ministro de Trabajo de la Provincia, Omar Sereno, y que contaba con la aprobación del propio gobernador para intentar acercar las partes. “Quedamos todos en offside”, aseguran quienes estaban dispuestos a sentarse en esa mesa. Por ahora, ese espacio de dialogo quedó en tiempo de espera.

El abogado y el fiscal, claves. Los episodios violentos que involucraron a los municipales y que incluyeron destrozos, pintadas en el mobiliario público y en fachadas de edificios, la golpiza a un comerciante, disparos con morteros a la policía y hasta una bomba de estruendo que le provocó heridas a un pequeño de 4 años, generó un violento combo que provocó no solo reacciones públicas, judiciales, políticas y administrativas, sino también todo un replanteo puertas adentro del gremio. “La batalla con la opinión pública la tenemos perdida. No por eso vamos a dejar de hacer una autocrítica”, admiten desde el Suoem. De todos modos, en el sindicato circula la teoría que desde la Municipalidad tensaron la cuerda durante toda la pandemia, sabiendo que el sector más combatiente iba a terminar generando desbordes. Con ello, el municipio lograría una ganancia política ante la sociedad y además tendría una posición de fortaleza en la negociación.

Teorías al margen. Fueron continuos los intentos para frenar los embates violentos en las manifestaciones. El primer gesto en ese sentido fue el ofrecimiento que hicieron los municipales para reparar los daños causados al patrimonio público y privado durante las movilizaciones.
El escenario de esas negociaciones fue el despacho del fiscal Raúl Garzón, el funcionario judicial encargado del seguimiento de todas las protestas en la ciudad. Todos coinciden en señalar a Garzón y a Carlos Didoni, uno de los abogados del gremio, como piezas claves para pacificar y conciliar. Si bien el fiscal ordenó detenciones e imputaciones de empleados municipales (y en los próximos días se esperan más novedades en ese sentido), lo reconocen como un buen mediador entre las partes.
“La impunidad es una mala consejera para la paz social. Todos debemos ser responsables de nuestros actos”, aseguró a PERFIL CÓRDOBA Garzón. 
El fiscal asegura que su objetivo también es transmitir calma para contribuir a que las personas puedan ejercer su derecho al reclamo, “pero por otra parte tengo que velar por el derecho de los ciudadanos a vivir en tranquilidad.
Las protestas encuentran su límite en los actos de violencia. Este fiscal nunca va a criminalizar una protesta, pero cuando se desborda, los manifestantes criminalizan su propia protesta”.
“ Los trabajadores del Suoem, en su inmensa mayoría, no son violentos. Pero hay una minoría que sí lo son y empañan su propio reclamo. En este punto reconozco al defensor del gremio, Carlos Didoni, quien ha sumado razonabilidad y gestos que evidencian la búsqueda de la paz”, sostuvo Garzón, quien deja en claro su posición: “Nadie sale a cazar trabajadores, pero tenemos que cuidar y asegurar la convivencia de todos. Ya el escenario social que vivimos es de intranquilidad, por lo tanto todos tenemos que hacer nuestro aporte para cuidar y respetar nuestra ciudad. Es nuestro deber”.
Los próximos días serán claves para establecer la evolución del conflicto y hasta dónde el cambio de estrategia del gremio es eventual o de fondo. Por lo pronto, le han solicitado al municipio reconsiderar el despido del empleado acusado de manipular un “mortero casero”, quien se encuentra detenido junto a otro municipal.
Además, esta semana se sabrá si la propuesta que acercaron desde la Municipalidad es aceptada o no, aunque por ahora no trascendieron los detalles. En el marco de este escenario, el Suoem comienza a desandar las elecciones que seguramente se harán el año que viene y allí tendrán que resolver si Beatriz Biolatto quiere renovar su mandato, si Rubén Daniele intenta un épico regreso o aparecen nuevas figuras.
Quienes conocen a fondo las particularidades del sindicato reconocen que “los próximos meses serán conflictivos, adentro y afuera del gremio”.