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450 Aniversario

Testigos de la historia: las actas fundacionales de Córdoba

En la Municipalidad de Córdoba se encuentra el acta fundacional firmada de puño y letra por Jerónimo Luis de Cabrera. Junto a ésta, hay 40 actas que dan cuenta de aquella época y son un testimonio histórico de ese momento. En la antesala del 450 aniversario de la ciudad, historiadores explican su importancia.

Jerónimo Luis de Cabrera 2-7
JERÓNIMO. Para Esteban Dómina, pocas ciudades como Córdoba guardan tanta empatía con su fundador. | Cedoc Perfil

El indio comechingón, dueño y señor de las sierras, no sabe que han de llegar hombres de lejanas tierras. El aire huele a poleo, a suave menta y tomillo, mientras desgranan sus trinos los zorzales y cuclillos… Bajando del Tucumán, cruzaron por Quimilí, llegan a Quisquisacate, los hombres que trae Jerónimo Luís. Desenvainando su espada, ramas de sauce cortó, en nombre del Rey de España, por obra y gracia de Dios. Así nació mi ciudad, la Córdoba soñada de la Nueva Andalucía, una mañana invernal, a la orilla del cauce majestuoso del Suquía (Cantata de la Fundación)

 

El próximo 6 de Julio se cumplirán 450 años desde el momento en el que Jerónimo Luis de Cabrera decidió fundar, a orillas del Suquía, la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía, como forma de homenajear a su ciudad natal y, según otras opiniones, la ciudad de origen familiar de su compañera Luisa Martel de los Ríos.

Una de las particularidades de este trascendental episodio de la historia, es que el acta fundacional, registrado todo de manera legal por el escribano del Rey de España, Francisco de Torres, y firmada obviamente por puño y letra de Jerónimo Luis de Cabrera, es un documento que aún existe y se encuentra en el interior del Palacio 6 de Julio, al resguardo de la Asesoría Letrada de la Municipalidad.

En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios ve dadero y en el asiento que en la lengua originaria se llama Quisquisacate, en presencia del escribano de su majestad, Francisco de Torres, su secretario y testigos, se funda esta nueva ciudad, en este asiento cerca del río que los indios llaman de Suquia”, indica el histórico documento.

Sin embargo, éste no es el único registro de aquéllos primeros días que aún se conserva, sino que también están las actas fundacionales de la ciudad, las cuales brindan un detalle de lo que ocurría en esa etapa histórica incipiente de la ciudad de Córdoba. Especialistas en historia dialogaron con PERFIL CÓRDOBA y explicaron la importancia cultural de contar con este tipo de documentos.

Actas

Esteban Dómina señaló que “es una crónica fantástica, de tallada, es poder escuchar la voz de Cabrera. La burocracia española era muy adepta a las formas y a la solemnidad. Entonces esta acta cuenta de qué se trata, describe el lugar, habla sobre el escudo de Córdoba original, el cual fue diseñado por el propio Jerónimo. Todo eso consta allí”, indicó. Y agregó: “Jerónimo le cambia el nombre al Suquía por Río San Juan. Córdoba de la Nueva Andalucía fue un nombre en homenaje a su compañera Luisa Martel de los Ríos que era americana, pero la familia de ella era de Córdoba, España. Él llegó con un centenar de acompañantes y no hubo grandes conflictos. Los hermanos comechingones eran más bien pacíficos, no hubo enfrentamientos, salvo un episodio en Ongamira. Ese día del acta no hubo problemas. Imagino a los comechingones mirando esta escena, mirando a esta gente con armaduras, yelmos, caballos que acá no había, vacas”.

Dómina destaca que el acta fundacional de Córdoba es “muy puntillosa” porque va describiendo todo lo que sucede y, además, considera que el vínculo empático y de cercanía que tienen los cordobeses con su fundador es algo poco común. “El acta es como una crónica periodística, es muy valiosa para Córdoba porque es un tesoro, una reliquia que ha subsistido y buena parte de ese momento fundacional tiene la particularidad que a partir de allí se desarrolló una relación empática con sus fundadores, algo que no se ve en otro lado. Esa imagen de Jerónimo es muy entrañable, muy amigable y los cordobeses se la apropiaron. Se le llama Don Jero, Jero, algo que no pasa en otras ciudades”.

Más visiones. Ana Inés Punta, escritora y doctora en historia considera que es muy importante contar con los originales de las actas. “Son como 40 y pico las actas. Las primeras transcriben la llegada de Jerónimo Luis”. “Cuando se fundaba una ciudad, no era lo que es ahora. Se ponía el palo fundacional, se creaba un cabildo que era el gobierno de ese espacio y se llevaban actas de todo lo que se actuaba. El cabildo era el gobierno, la municipalidad y también la justicia. Al principio llegan 70 personas y allí se reúnen, hacen actas y esas actas dan cuenta de lo que es la vida de la ciudad. Administración, abasto, sequías, ejercicio de la justicia son algunos de los temas que allí se cuentan”, explicó la historiadora.

“Jerónimo Luis de Cabrera llega con recursos económicos desde Charcas, donde lo nombraron gobernador interino, hasta que la corona lo designa realmente. Y él tiene que fundar ciudades en el norte y sigue hasta la zona de comechingones e inventa esto de Córdoba de la Nueva Andalucía, que no estaba dentro de los primeros planes. Luego busca fundar un puerto y termina siendo ajusticiado por no haber cumplido las órdenes”, especificó.

Para Punta, a las actas hay que leerlas como documentos públicos y remarcó que “reflejan la visión de los conquistadores”.

Digitalización. Fuentes oficiales confirmaron a este medio que en los próximos meses se concretará un proyecto para digitalizar todas las actas. Para llevarlo adelante van a ser convocados todos los sectores vinculados a la historia y al resguardo de documentos.