Mientras en el país ya comienzan las reuniones para reglamentar la nueva ley de trasplantes que profundiza la estrategia de donante presunto, los registros oficiales de los inscriptos como no donantes deparan algunas sorpresas. Y es que según los datos del Incucai, Córdoba es la segunda jurisdicción de la Argentina con mayor cantidad de no donantes de órganos después de la provincia de Buenos Aires. Córdoba tiene 169.164 inscriptos en forma expresa para no donar sus órganos, cifra que representa el 5,1 % de la población (3.304.825, censo 2010). El número, además, casi duplica al de Santa Fe (tercera en ese ránking), donde los no donantes ascienden a 89.486. En la Capital Federal, a su vez, son menos de un tercio que los cordobeses: 55.047. En contraposición, San Juan es la provincia con menor número (3.299), seguida por La Rioja (6.352) y Tierra del Fuego (8.082). En el país en total hay 1.058.667 personas registradas para no donar órganos, de los cuales el 53,5 % son varones y el 46,5 % mujeres. El 92 % de ellos lo hizo a partir de trámites en el Registro Civil. ¿Por qué es tan relevante que no exista negativa? Porque muy pocas personas mueren en condiciones de ser donantes de órganos, ya que menos del 5 % tienen muerte encefálica. Y en cambio, son cada vez más quienes necesitan un trasplante.
Validez absoluta de la decisión. “Hay que tener en cuenta que sólo un 10 % de la población registró su voluntad ya sea por sí o por no, y que son expresiones manifestadas en los últimos años”, advirtió el responsable del Ecodaic, Marcial Angos. “Es importante ver qué pasa de ahora en más”, señaló. “Este año sólo 77 cordobeses se inscribieron como no donantes”, dijo. “No me parece un dato tan relevante. Creo que no va a haber mucha gente que se anote para no donar”, consideró. Y agregó que sondeos recientes muestran que más del 70% de la población está a favor de la donación. También informó que ante la situación concreta de donar los órganos de un familiar fallecido, la negativa sólo asciende este año en Córdoba al 30 %. No obstante, el titular del Ecodaic alertó que en el caso de los inscriptos como no donantes, “aunque sean datos registrados con anterioridad, son expresiones legales de voluntad que están vigentes”.
“Tienen validez absoluta, salvo que sean revocadas en vida”, subrayó, y destacó que la decisión se puede modificar todas las veces que la persona quiera. “Es muy sencillo hacerlo, e incluso se puede hacer on line, pero en cambio es un trámite legal muy complejo si la persona fallece y es potencial donante”, dijo. Y explicó que cuando alguien muere en condiciones de ser donante, el organismo jurisdiccional chequea los datos, y si está registrado como no donante, el propio Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante (Sintra) del Incucai impide avanzar en la procuración de órganos, bloqueando esa alternativa. “Los cambios se pueden hacer por Internet, y de hecho ahora se está modificando la web del Incucai para facilitar la expresión de voluntad ya sea por sí o por no”, informó Angos, quien señaló que el registro también puede hacerse en el Registro Civil. No tiene validez legal, en cambio, lo que figura en el carné de conductor.
Sobre el número de no donantes registrados en Córdoba, Edgar Lacombe, pionero en este ámbito en la provincia y ex titular del ente coordinador entre 1980 y 1996, señaló que “es difícil de explicar”. “Córdoba siempre ha tenido un alto porcentaje de donantes de órganos, con muy buenos índices, a diferencia de otras provincias”, señaló. Para Cristina Gómez, directora del Hospital de Urgencias –el centro con más donantes del interior del país- podría explicarse “porque Córdoba es muy conservadora”. “Se estima que en el país se van a inscribir unas 800 mil personas como no donantes, pero eso es esperable”, consideró Roque Córdoba, jefe de trasplante cardíaco del Sanatorio Allende, que dijo que en otros países con donante presunto se niega alrededor de un 10 %. “Entiendo que la gente se niega por convicciones religiosas, como los Testigos de Jehová, o por desconocimiento”, finalizó.
Que cambia con la nueva ley
Hace pocos días el Congreso de la Nación sancionó una nueva ley de trasplantes de órganos, (la ley “Justina”) que avanza en la estrategia de donante presunto, que ya estaba incluido en la norma anterior vigente en el país desde diciembre de 2005 (N° 26.066, modificatoria de la ley 24.193), aunque con algunas diferencias. Para Marcial Angos, esta ley es superadora de la anterior, ya que es integral, actualiza aspectos que necesitaban ser revisados y agrega otros como capacitación y concientización. “En el caso puntual de la donación, al igual que la norma anterior, prevé que toda persona mayor de 18 años que no se haya manifestado de forma negativa, es donante de órganos”, precisó. “Así, antes de 2006 se pedía el consentimiento de la familia; y después del cambio de la ley y hasta ahora, se consultaba a los familiares la voluntad del fallecido. Ahora, cuando empiece a regir la nueva norma, el personal interviniente deberá verificar como disponga la reglamentación, si el fallecido no se expresó de manera negativa. Y si no está registrado como no donante, se le informará a la familia que es donante”, explicó Angos. “Esto le saca a los familiares la carga de tener que decidir por su ser querido”, dijo el médico, quien aseguró que, en cualquier caso, seguirá existiendo la comunicación con la familia. Para Cristina Gómez, con más de 20 años de experiencia en procuración en el Urgencias, “la intención es buenísima y ya poner el tema en debate ayuda a que prenda”. “Pero la solidaridad no se impone”, advirtió. “Y es que en terreno, cuando nos enfrentamos con el dolor de los familiares, puede ser complicado solo informar, porque las emociones existen y ellos demandan tener participación en la decisión”, dijo. “Por eso creo vamos a seguir explicando todo con mucha paciencia y contención. Y si se niegan, habrá que ver qué herramientas nos da la reglamentación, quizá la intervención de la Justicia, porque los médicos no podemos enfrentarnos con los familiares”, señaló.