El 25 de marzo del 2020 quedaba conformado el Centro de Operaciones de Emergencia, más conocido como el COE. La decisión del gobernador Juan Schiaretti, adoptada un año atrás, apuntó a contar con una estructura para enfrentar la pandemia que por ese entonces recién comenzaba a impactar en la Provincia.
El decreto con fecha del 24 de marzo del 2020 que redactó y publicó el Gobierno provincial establecía: “En virtud de las facultades conferidas, el señor ministro de Salud mediante resolución, crea el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) con el fin de concretar la planificación, organización, dirección, coordinación y control de todas las acciones referidas a los eventos adversos relacionados con a la pandemia coronavirus (Covid-19) a nivel provincial, con una conformación interdisciplinaria, interinstitucional y una descentralización regional”.
Cada uno de los protocolos establecidos para actividades, restricciones, flexibilizaciones, autorizaciones, cordones sanitarios o aislamientos, ha pasado por las manos de este comité.
Con el paso del tiempo, el COE y sus integrantes atravesaron diversos momentos y se realizaron diversas consideraciones. En su origen fue aceptado y respetado por la mayoría, pero después de algunos episodios críticos comenzó a desdibujarse. Sin lugar a dudas el ‘caso Solange’ marcó un quiebre en la relación del COE con la sociedad. Y el episodio del médico ‘trucho’ terminó de esmerilar la credibilidad y confianza.
Juan Ledesma (actual director del Hospital de Niños) fue el coordinador del COE Central. En declaraciones a este medio, en agosto del año pasado, fue categórico respecto al grado de importancia del organismo que por entonces comandaba: “El Gobierno de la Provincia, a través del COE, es quien toma las decisiones epidemiológicas”.
Esa relevancia e importancia que tuvo durante 2020 hoy está diluida. El COE Central y los regionales pasaron de ser lugares de fuerte decisión a un espacio de sugerencia. En su reaparición ante los medios, hace algunos días, el ministro de Salud Diego Cardozo desmintió la disolución del Comando de Operaciones. “Yo no sé de dónde salieron esos rumores: el COE está trabajando, todos los días, con estrategias en cuanto a la atención de la patología del coronavirus y ahora con el diagrama de la vacunación”.
Francisco Fortuna, uno de los integrantes y asesores científicos en el Centro de Operaciones de Emergencias y actual presidente del bloque de Hacemos por Córdoba, hizo su evaluación respecto al funcionamiento de la entidad: “El COE provincial surge como una necesidad, como una herramienta del Poder Ejecutivo provincial. Considero que ha sido muy positivo y que su verdadero rol va a ser ponderado luego, cuando se puedan evaluar con más evidencias los resultados efectivos de su accionar. Córdoba ha tenido un buen desempeño en el manejo de la pandemia”.
Fortuna divide la actuación del COE en dos momentos. “En una primera etapa, el COE Central abordó directamente los brotes en Capital e interior, en las siete regionales en las ciudades más importantes del interior provincial y sirvieron para descentralizar las acciones en el territorio y actuar sobre los sucesivos brotes de la primera ola. En un momento de la evolución de la pandemia, el COE Central establecía medidas en orden a un marco general de aislamiento dispuesto a nivel nacional, después de distanciamiento y desde el territorio se estableció una suerte de intermediación entre las aspiraciones de las comunidades de avanzar en mayores flexibilizaciones y lo que correspondía según criterios sanitarios y epidemiológicos”.
Y agrega: “Más tarde, cuando cada gobierno abordó localmente sus brotes, se comprendió con más precisión cada rol y se logró una síntesis más armónica entre lo general y lo particular, asumiendo cada uno su responsabilidad frente a los vecinos. La definición del Poder Ejecutivo provincial fue clara en el sentido de preservar las actividades productivas esenciales y después ir abriendo lo más rápido posible el comercio, la industria en general y el resto de las actividades sociales y familiares”.
Según detalla Fortuna, “en esta nueva etapa el COE Central actúa con recomendaciones y coordina el territorio aportando su experiencia y recursos materiales, humanos y capacitación”.
Oposición y sector médico. Desde la oposición, Orlando Arduh, presidente del bloque de Juntos por el Cambio en la Unicameral, hace una clara diferencia entre el arranque del COE y luego hace foco en los errores y falencias que tuvo en su evolución.
“Al inicio, todavía con un miembro de la oposición dentro del comité, su función fue clave para llevar cierto grado de previsibilidad en cuanto a las medidas sanitarias tomadas en el contexto de pandemia. Sin embargo, con el paso del tiempo, fue absorbiendo funciones y roles que debía cumplir el gobernador. De esta manera, el COE se atribuyó determinaciones que excedían largamente sus funciones: las restricciones a la movilidad favorecieron al uso de la violencia institucional y así dieron paso, por ejemplo, a casos aberrantes como el asesinato de Blas Correa. Y el caso Solange fue el punto de inflexión en cuanto a lo irracional de la aplicación de sus medidas”.
Arduh pone hincapié en que el COE “suplantó la autoridad del gobernador y de ser un comité asesor pasó a decidir sobre el derecho y la vida de todos los cordobeses. Pero los problemas no terminaron allí, sino que se agravaron con la increíble noticia de que un pseudosimulador había sido designado médico coordinador de la estrategia sanitaria para el Sur de la provincia. Creemos que el COE debió funcionar de manera más transparente, expeditiva, responsable y de cara a todos los cordobeses. Ojalá el Gobierno sepa capitalizar lo aprendido y corregir errores”.
Desde el sector médico científico también tienen su opinión y balance del COE.
Andrés De León, presidente del Consejo de Médicos, consideró que “desde el inicio nos pareció interesante y atinada la formación de un organismo especifico para trabajar la pandemia. Como todas las cosas, al ser algo nuevo tuvo sus grandes virtudes y algunos defectos. La acción multidisciplinaria fue una de las mayores ventajas y aciertos. Fue actuando de acuerdo a la experiencia que se fue adquiriendo: hoy sabemos que hubo demasiadas restricciones en lugares donde no había necesidad de tenerlas y después cuando se quisieron volver a establecer esas limitaciones porque hacían falta, las condiciones sociales no lo permitieron. Allí creo que tanto el COE local como a nivel nacional faltaron opiniones de especialistas de la sociología o de la psicología, que son necesarias para prever los comportamientos de la sociedad después de tanto tiempo de aislamiento. Esa tal vez fue la principal equivocación. Y desde el punto de vista médico faltó atender con más dedicación el recurso humano de los profesionales de la salud”.
Por su parte, Hugo Pizzi, infectólogo y uno de los principales asesores del Gobierno provincial durante la pandemia, ponderó como muy favorable la disposición y actuación del COE. “Se estableció la conformación de un grupo de personas muy formadas e informadas que actuaron coherentemente. Tengo la sensación de que el aporte de todo este grupo fue sumamente criterioso. Ha sido una muy buena decisión la creación del COE y a ojos vista está claro que su aporte fue de una gran utilidad para enfrentar la pandemia”, sostuvo.
Una pata judicial. La Justicia también tuvo resoluciones y consideraciones respecto al COE. El juez federal Hugo Vaca Narvaja emitió varios dictámenes en favor de personas que reclamaron y denunciaron las restricciones del COE. En sus diferentes fallos, el juez consideró que debían prevalecer los valores elementales de las personas, los derechos humanos básicos, el respeto a la integración familiar y el derecho a despedir un familiar.
Con una vivencia personal irreparable, Pablo Musse el papá de Solange no duda un segundo en expresar sus sensaciones respecto al COE: “Aún siento bronca e indignación. Nunca obtuve respuesta de nadie. Lo que hicieron con nosotros no tiene nombre, alguien inhumano solamente lo pudo haber hecho. A mí no solo que no me dejaron pasar para ver a mi hija, sino que me escoltaron para que me volviera. Yo pienso que si el COE no hubiese existido la historia sería diferente”.
Ante la inminente llegada e impacto de la segunda ola, los interrogantes surgen para saber si el COE retomará el poder de decisión e injerencia alcanzado en 2020 o si mantendrá su función actual de comité de sugerencia.