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Abuso sexual en el trabajo

Un nuevo protocolo indica cómo actuar en casos de violencia laboral

El caso Paluch generó repudio y dudas sobre qué hacer en situaciones similares. El Ministerio de Trabajo de Córdoba presentará el 7 de noviembre el reglamento de actuación.

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El caso Paluch disparó la polémica sobre abuso sexual en el trabajo. | Cedoc Perfil

Tal como lo adelantó PERFIL Córdoba, el protocolo de actuación se propone trabajar sobre las denuncias de violencia laboral en general, entre las cuales se encuentran las de acoso o abuso sexual en el marco de una relación laboral, tal como se considera lo sucedido entre Ari Paluch y la microfonista del Canal A24, Ariana Charrúa, quien denunció que el conductor le tocó la cola sin su consentimiento. 
El protocolo se aprobó en el marco de la CTIO, Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades, de la que participan el Estado provincial, el sector empresario y el sindical. Esta mesa diseñó y consensuó una serie de pasos a seguir, donde está vigente el llamado “Protocolo de Actuación del Ministerio de Trabajo de la Provincia para la Tramitación de Denuncias de Violencia Laboral: Oficina de asesoramiento y registro”. 
El próximo 7 de noviembre, representantes de la comisión lo presentarán públicamente y firmarán un acta compromiso para involucrarse en la difusión e implementación del protocolo en el ámbito privado. No incluye al público. Consultados tanto la cartera laboral provincial como nacional, dan cuenta que aún no hay estadísticas oficiales sobre este asunto. 

Qué hacer. Los pasos que se desprenden del texto consensuado, y ya puesto en funcionamiento, son los siguientes:

-Denuncia: con patrocinio letrado en mesa de entradas del Ministerio de manera directa o por derivación. No es anónima y debe presentarse todo el material probatorio con el que se cuente. 

- Admisión: el Ministerio hace una valoración técnica y jurídica para ver si admite la denuncia como violencia laboral. 

- Audiencia: una vez admitida, se fija una fecha de audiencia entre las partes y se cita también a un representante de la asociación gremial de la actividad del denunciante. Además, se dispone de un gabinete de apoyo interdisciplinario para asistirlo. La audiencia es privada y confidencial. El objetivo es que el denunciado ejerza su defensa. Puede derivar en un acuerdo o no. En caso negativo, y una vez finalizada la audiencia y la etapa investigativa, el Ministerio emite un dictamen sobre la existencia o no de violencia laboral con recomendaciones a las partes sobre qué hacer. 

Qué es violencia laboral y qué no. De acuerdo con la misma resolución 099 con fecha del 22 de agosto donde se detalla el protocolo, se describe a la violencia laboral como “toda conducta activa u omisiva, ejercida en el ámbito laboral, destinada a provocar, directa o indirectamente, daño físico, psicológico o moral a un trabajador o trabajadora, sea como amenaza u acción consumada. La misma incluye violencia de género, acoso psicológico, moral y sexual en el trabajo, y puede provenir de niveles jerárquicos superiores, del mismo rango o  inferiores. Puede presentarse tanto en sentido vertical (ascendente o descendente) como entre pares. Afecta a la salud y el bienestar de las personas que trabajan y configura una violación a los derechos humanos y laborales”. Quedan excluidos, entre otros, los conflictos laborales derivados de condiciones de trabajo, las exigencias organizacionales, el estrés laboral y el síndrome de agotamiento profesional, también conocido como “burn out”.

Opinión: “Todo lo que una persona no quiere que suceda es violencia”

Para la directora de Políticas de Género del Ministerio de Defensa de la Nación, Carolina Urtea, son imprescindibles los protocolos de actuación, más allá del ámbito de trabajo del que se trate, y la recomendación es que además de lo interno-administrativo, se impulsa que las víctimas denuncien en la Justicia: “Hay falta y hay delito. Muchas veces, tenemos los mismos problemas que la Justicia. El abuso suele ocurrir en espacios donde solo estuvieron esas dos personas o los agresores o violentos muchas veces mantienen una fachada: con la mayoría de la gente son muy amables y extremadamente sociables y con las víctimas tienen otro comportamiento. Dificulta mucho llegar a una penalización". 
Urtea es especialista en género y sus consideraciones trascienden los casos dentro de las propias Fuerzas Armadas. Entiende que lo más probable es que el agresor venga mostrando indicios y que “cuando llega el hecho culminante, como la tocada de cola, hubo muchas faltas de respeto sucesivas y ante gente”. Además, entiende que el acoso sexual "involucra todo lo que una persona no quiere que pase. Por ejemplo, si tuve relaciones consentidas con mi jefe y en otra circunstancia yo no quiero que vuelva a suceder, también es una vulneración de derechos".  Urtea distingue entre acoso y abuso sexual: "Cambió en Argentina hace muy poco tiempo con la conceptualización de abuso de algunas circunstancias que no son estrictamente la penetración. En el caso de Paluch con la microfonista, es abuso porque hubo un contacto físico no solicitado ni consentido. Acoso sería si la persona te invita a salir en reiteradas oportunidades y, ante el no, no lo entiende o hace comentarios fuera de lugar". 
Sobre la reacción de Paluch de denunciar a la denunciante porque “buscaba fama”, Urtea marca que es un procedimiento cada vez más generalizado y habitual entre los violentos, la contradenuncia: “Tenemos un problema gravísimo porque generalmente son más poderosos y tienen más recursos. En este marco, es importante destacar que la comprobación de la falsa denuncia tiene un índice bajísimo. No hay datos estadísticos que avalen que no le debo creer a la víctima”, concluye.


Donde asesorarse y denunciar: Ministerio de Trabajo de la Provincia de Córdoba: Rivadavia 646. Teléfonos: (0351) 4341528 /30/31/36; (0351) 4332697/98 -Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral del Ministerio de Trabajo de la Nación: 0800-666- 4100