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María Florencia Quiñones

"Vamos a ver si es cierto que La Bombonera late"

La futbolista cordobesa será protagonista del histórico debut de "Las Gladiadoras", el equipo femenino de Boca, en el mítico estadio xeneize. "Ojalá sea un primer paso hacia la profesionalización", dice.

María Florencia Quiñones
Gladiadora. Florencia Quiñones es la única cordobesa que integra el plantel de fútbol femenino de Boca. | CEDOC PERFIL

El 9 de marzo de 2019 será una fecha histórica para el fútbol argentino. Ese día, “Las Gladiadoras”, el equipo femenino de Boca Juniors que compite en el torneo de la AFA, jugará por primera vez un partido oficial en La Bombonera, el mítico estadio de la Ribera porteña. 

El duelo ante las chicas de Lanús, por la quinta fecha y en un contexto marcado por la celebración de “La Semana de la Mujer”, será el preliminar del encuentro que el Xeneize y San Lorenzo animarán por la Superliga.

“La espera se hace difícil. Saber que jugaremos ahí y que no es un amistoso nos genera mucha ansiedad, y la verdad es que no pasan los días”, afirma María Florencia Quiñones, la cordobesa que será protagonista del evento.

“Somos 30 jugadoras las que integramos el plantel y esta vez les tocará a 18, pero el resto seguramente tendrá su oportunidad. Nos dijeron que iba a ser la primera vez y que la experiencia se iba a repetir. Ojalá que los otros clubes la imiten y que sea un primer paso para la profesionalización”, sostiene la mediocampista de Oncativo.

“Empezamos perdiendo el clásico con River (1-3) y después mejoramos ante Huracán (7-0) y UBA (6-0), pero todavía nos falta”, cuenta Florencia sobre la campaña de su equipo en el torneo, que este fin de semana tiene receso por la participación del seleccionado argentino en la Copa de las Naciones en Australia. 

Un avance lento

Quiñones, de 32 años, es una de las pioneras del fútbol femenino en la Argentina, con una destacada trayectoria que incluye pasos por San Lorenzo, Barcelona de España (ganó cinco títulos con el club catalán entre 2011 y 2013) y el representativo nacional. Palabra más que autorizada para hablar de una disciplina que sigue reclamando un trato más equitativo respecto a sus colegas varones. 


“El fútbol femenino cambió un montón. Antes era juntar 15 jugadoras para entrar a la cancha y entrenar en cualquier lado. Hoy está visto como algo más normal y los clubes lo han incorporado. Hay muchos equipos, se ha mejorado el nivel de competencia y se trabaja en inferiores, algo que es muy importante”, destaca. 

“De todos modos, todavía estamos 10 años atrás de países como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra o Brasil. Aquí el avance es más lento pero no hay que dejar de reconocer que se dieron algunos pasos hacia adelante y eso hace que nuestra selección hoy vaya al Mundial no digo como candidata pero sí con chances de dar pelea”, añade.

Florencia está dedicada full time al fútbol: además de jugar en Boca integra el equipo de futsal de All Boys (en ambos casos sólo cobra viáticos) y da clases en una escuela y en el Club Parque. “Ahí les enseño a las nenas más chiquitas”, cuenta. Además es DT recibida: “Me gustó el curso y por eso lo hice, pero no sé si me voy a dedicar a eso. Falta mucho todavía”, aclara.

A pocos días de jugar en la cancha de Boca, Quiñones se ilusiona con la posibilidad de tener en las tribunas a su papá Marcelo (“el Colorado”, ex defensor de Racing de Nueva Italia), su mamá Graciela y su hermana Jimena, quienes la vieron patear sus primeros tiros en Unión y Flor de Ceibo, los clubes de su ciudad. “Vamos a ver si es cierto que La Bombonera late”, afirma con una sonrisa pícara. Y enseguida marca la cancha: “Hay que ganar los tres puntos, para que la fiesta sea completa”.

La pelea desde afuera


Florencia Quiñones fue jugadora y capitana del seleccionado argentino. Su experiencia con la camiseta albiceleste incluye el Mundial Sub 20 de Rusia 2006, el Mundial de China 2007 y los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. También dos Sudamericanos (Sub 20 de Chile y Mayores de Argentina, ambos en 2006), tres Panamericanos (Río de Janeiro 2007, Guadalajara 2011 y Toronto 2015) y los Odesur de Santiago de Chile 2014. ¿Una etapa concluida? “Ya casi sí”, afirma.

 
“En su momento no estaba de acuerdo con el proyecto en un montón de cosas y por eso decidí irme. Una es grande, analiza ciertas cuestiones y trata de hacerse valer, y desde afuera es más fácil luchar”, asegura.

“Ahora cambió el presidente pero algunos temas siguen igual. Veo dirigentes que quieren que nuestro deporte crezca y otros que se acercan para figurar. Hay de todo. La clasificación al Mundial quizá tape muchas cosas”, concluye.