CORONAVIRUS
Entrevista

Coronavirus: cómo sobrellevar bien la cuarentena en soledad

Autora de Soy Sola, la periodista y escritora Teresita Ferrari defiende la soledad como elección y explica cómo evitar que el confinamiento abrume a quienes están solos.

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Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, casi cuatro de cada diez hogares son unipersonales. | Cedoc

Son muchas las personas que afrontan el confinamiento impuesto por la cuarentena en soledad. Tan sólo en Buenos Aires, la urbe más habitada del país, un 35, 4 por ciento de los hogares son unipersonales, según datos de la Encuesta Anual de Hogares (EAH). Para hablar sobre este fenómeno social que afecta cada vez a más personas, PERFIL dialogó con a la escritora Teresita Ferrari, autora del libro Soy Sola, quien ofrece una mirada profunda del tema y da algunos tips para hacer más llevadero el confinamiento.

-¿Qué es la soledad?

-Soledad quiere decir "Con el sol adentro", luminosidad tan lejana del lugar común que le otorgan a la soledad, sin embargo, la visten con el ropaje de la tristeza y el oprobio y a los solos llegan a decirles: ahí va el solo como loco malo. Es un estado que te pide intimidad, cierta lejanía de otras personas o episodios, más de la que el común de las personas necesita. Pero también representa la ausencia de miedo ante el vacío existencial que a muchos abruma y al solo lo llena de plenitud, o tranquilidad, como lo prefieras. Con el tiempo, le vas dando tu forma, tu manera de llevarla a cuestas. Tampoco es un suéter que te sacas o te pones según la temperatura. Es como tu piel o tu color de pelo, venga lo que venga el solo es un solo y eso no quiere decir que lleve un cartel en la frente.

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-¿Cada vez hay más solos y solas?

-Yo diría que cada vez hay más gente que elige tener más tiempo para sí, ya sea para leer, escuchar música, comer solas, viajar solas y que escuchan más y hablan lo necesario. Lo cierto es que la diversidad forma parte de este grupo humano de los solos y solas. Tampoco es que el solo esté recluido, con las persianas de casa bajas, con la piel gris, fuera de moda y eligiendo los lugares más sórdidos para aparecer en público. Ser solitario, es una cualidad que, a muchos, les puede parecer negativa, pero es intrínseca y debe ser respetada. Puedo asegurarte que tenemos muchos amigos y amigas que son solos o solas y no lo sabemos. Nadie proclama esta manera de enfrentar la vida porque es privada, y me atrevo a decir que muchos no saben que están solos, aunque vivan en soledad.

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-¿Antes éramos más reticentes a reconocer que estábamos solas?

-Sí, claro. Cuando mi libro salió a la venta, muchos se quedaron helados y me dijeron que era un atrevimiento de mi parte haber escrito sobre la soledad, era como confesar públicamente algo vergonzante. Pero la mayoría confesó que no quería admitirlo, y que se sentía cómodo y feliz en soledad. Por supuesto, que no siempre el solo está solo de toda soledad, muchas veces se casa, arma una familia y sigue disfrutando, con acuerdos o sin ellos ese trozo de intimidad que necesita. Yo misma estuve casada dos veces y mis matrimonios fueron felices y edificantes, nos separamos por cuestiones que nada tenían que ver con mis costumbres solitarias. Ellos también disfrutaban de esos momentos teniendo sus propios programas. Mi última pareja murió y aún hoy, después de seis años, estoy dolorida y lo extraño. El siempre me decía que adoraba que no hiciera demasiadas preguntas y que respetara la intimidad por encima de todo.

-Un hecho de tan increíble magnitud, como esta pandemia que pareciera cernirse sobre los humanos como si fuera de ciencia ficción, ¿nos hace sentir más solos e insignificantes?

-Siempre estamos solos en la vida, con o sin pandemia. La soledad nos habita. Quienes nos rodean son circunstancias elegidas que nos llenan de amor, pero son personas independientes de nosotros. Esta regla solo se rompe con los hijos que durante toda la vida serán amados y nos necesitarán, aunque ya estén casados y tengan su propia prole. Si miramos los diarios sabemos que somos insignificantes. Un día te enfrenta un ladrón y te da un tiro en la frente por tu celular. Al menos en estas tierras. La pandemia te pone en alerta por tu salud, por tus seres queridos, las consecuencias económicas, los proyectos que se frustran... Creo que los que no tienen a la soledad como amiga sí sufren mucho, sienten el vértigo de no tener programas sociales, de mirar televisión hasta aburrirse y de agotar el teléfono, por no tener a alguien cerca. 

Creo que aquellos que eligen la soledad, al final se sentirán desintoxicados de muchas conversaciones vacías y descubrirán que caerse hacia adentro es una gran cosa. Hay muchas cualidades y deseos desconocidos por nosotros mismos que cuando afloran nos completan. Pero para encontrarlos, se necesita de tiempo con uno mismo y este puede ser un buen momento, para tener tiempo con y para nosotros mismos.

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-¿El confinamiento profundiza la soledad, incluso la de aquel al que le gusta o prefiere estar solo?

-Puedo contestar por mí. Me siento más compenetrada con la soledad, dándome cuenta que hay montones de cosas que hacía y sobraban. Como ir a fiestas por compromiso, de esas a las que te invita una amiga que hace mil que no ves. No miro televisión y creo que me quedo con la costumbre para siempre. Salvo un noticiero para no estar colgada de noticias, aunque escucho muchísimo la radio.  Esta cuarentena me permite pensar proyectos de esos a los que jamás me hubiese atrevido a llevar adelante como ser actriz, escribir ficción y cocinar más. Esta cuarentena vista desde Instagram será la de los cocineros. Todo el mundo descubrió que quiere aprender a cocinar. También puede pasar que aquellos a los que nos les gusta estar solos, en esta etapa de confinamiento forzada, estén prisioneros de la ansiedad.

-¿Cómo podemos gestionar la soledad durante la cuarentena?

-Soy pésima dando consejos, pero creo que dejarse llevar es una buena medida siempre y cuando no te hagas daño y por sentirte acompañada hagas videoconferencia con un ex que te hizo mucho daño. Llamar a la familia y los amigos forma parte de lo diario y obligatorio en estos días y no siempre te deja bien parada porque los demás están buscando una oreja en la que dejar sus miedos y su tedio. Se trata de hacer el aguante hasta que tus nervios estén en el borde. Los grupos de WhatsApp me aburren poderosamente, pero hay quienes los aman y aprovechan para hacer girar videos de todo tenor. En el menú de cosas gratis online hay mucho y muy bueno. Yo vi algunas series buenísimas en Netflix, visité museos, escuché conciertos y revisé las recetas de cocina de algunos genios. Como estoy viviendo en un pueblo rural, casi en el campo, estoy mucho en el jardín con mis rosales y preparando algunas plantas para que el invierno no las maltrate tanto. Lo mío es un privilegio, muy otra es la realidad de quienes están en departamentos pequeños y sin balcón.

-Y las personas mayores, que están literalmente solas y no se dan maña con el manejo de las tecnologías, ¿qué pueden hacer para no sentirse aisladas?

-En estos casos, entiendo que dependen de los familiares más cercanos que tengan y de la colaboración de otras personas como el sistema de voluntarios que se organizó en varios países del mundo para ayudarles a hacer las compras o para llamarles por teléfono y charlar un rato con ellos.

 -¿La soledad y la amistad son compatibles?

-La soledad no implica que no tengas una buena cantidad de amigos con quienes salís a comer, al cine, a caminar, a conversar, con quienes sos confidente. El idioma castellano tiene la suerte de contener el verbo ser y estar. Se puede ser solo y no estar solo. Cuando se acepta la soledad como un bien, como una manera de vivir, no tenemos nada que revertir. Repito que la soledad no es estar en un rincón sórdido sin hablar con nadie, eso es ser ermitaño. La soledad no impide construir relaciones y cuidarlas, llevarlas adelante y eso si lleva tiempo, confianza y tacto. Los amigos son un valor infinito y la vida te los va entregando en la escuela, en la universidad, en los trabajos. Si no los cuidás es un problema, y grave, pero no achacable a la soledad.

-El confinamiento ha impuesto la prohibición del contacto físico con otras personas ¿Las relaciones sociales post-pandemia serán revalorizadas?

-Sí, esta es la parte más dura de la cuarentena, no tener contacto con las personas cercanas. Yo extraño muchísimo a mi personal trainer y todos los amigos y amigas que vamos a entrenar a los bosques de Palermo con quienes charlo y me rio mucho. Por suerte sigo tomando clases por video conferencia, pero a los demás no los veo. Tengo muchas ganas de ver a mis hermanos y sobrinos y amigas miles, verlos en la pantalla de mi tablet me resulta un buen consuelo y me gusta. Respecto de los cambios tras la pandemia soy pesimista, no va a cambiar mucho. Nunca los dolores y presiones como el que impone no poder salir de casa y encima tener miedo dejan un residuo positivo. Seremos igual de egoístas y tal vez peores. ¿Acaso no ven como persiguen a los trabajadores de salud por el temor a los contagios en lugar de hacerles la vida más fácil? Estas situaciones extremas tienden a sacar miseria y vileza.

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Finalmente, Teresita da algunos tips sacarle provecho a esta soledad obligada:

*“Respetar a rajatabla la rutina. Levantarse a la misma hora, ducharse, vestirse como si fueras a salir. El pijama te tira mal”.

*”Hacer una lista de tareas para el día y cumplirla. Que incluya un poco de gimnasia, y si te aburrís poner música y bailar un buen rato”.

*”Comunicarse con los parientes y amigos”.

*”Cambiar de lugar aquellas cosas que le den otro carácter a algún rincón de tu casa.

*”Leer, aunque sea un rato”.

*”Cada día ponerse al sol, aunque sea diez minutos. En el patio, balcón o ventana.

*No saturarse de información, porque roba energías”.