En 2020 se cumplieron, respectivamente, 250 años del nacimiento de Manuel Belgrano (el 3 de junio) y 200 de su muerte (el 20). El Centro Cultural Kirchner, junto con el Archivo General de la Nación y la Secretaría de Patrimonio, organizó la serie Instantáneas ilustradas, una galería virtual de microexhibiciones que se puede seguir en la página web del centro cultural. Seis artistas visuales de distintas provincias del país retratan momentos históricos protagonizados por uno de los “padres de la patria” a través de estilos diversos, que van del cómic a la cartografía, pasando por las viñetas y el arte digital. Ellos son Azul Blaseotto, Ezequiel García, Ignacio de Lucca, Lux Lindner, Lucas di Pascuale y María Luque. A la manera de capturas fotográficas, los seis ilustran episodios recopilados y narrados por el historiador Javier Trímboli, asesor del Centro Cultural Kirchner. El protagonista de esta antología de imágenes y palabras es uno solo: Manuel Belgrano.
Manuel Belgrano, un imprescindible
Un regreso aleatorio al héroe
A inicios de junio, se empezaron a publicar las ilustraciones y los textos de Trímboli. “Si las efemérides constituyen prácticamente un género, un género patrio, la impresión es que tienden a poner muy por delante la interpretación, entonces la ideología, a los que fueron hombres y mujeres de carne y hueso, acontecimientos mucho más polvorosos que nítidos –señala el historiador convocado para esta iniciativa-. La intención con las Instantáneas ilustradas que hicimos desde el Centro Cultural Kirchner fue volver a anécdotas y detalles de la vida política de Belgrano, la mayor parte de los cuales en una época no tan lejana fueron bastante conocidos porque en la escuela se hablaba de ellos”. Sin embargo, en opinión de Trímboli, estos hechos de la vida de los próceres fueron postergados de un tiempo a esta parte. “Ya sea porque el ‘postheroísmo’ se desinteresó de ellos y sus vidas, ya sea porque se prefirieron las explicaciones procesuales, sesudas. Poco o nada la rugosidad de vidas difíciles, ásperas. De alguna manera lo que hicimos fue volver a una aproximación a Belgrano que era propia de la escuela y de los manuales, pero hacerlo con una escritura que no ensalza ni es prolija y con ilustraciones desviadas, aleatorias a veces, otras accidentadas”.
En sus dibujos, el historietista y artista gráfico Ezequiel García ilustra dos aspectos de Belgrano: el militar (que cae con su caballo en la batalla de Tucumán) y el joven abogado que posa ante el pintor francés François Casimir Carbonnier, en Londres. El artista misionero Ignacio de Lucca pone en imágenes una de las propuestas políticas de Belgrano. “El proyecto más radical que estuvo en danza fue el de crear una monarquía que, aunque temperada y constitucional, tuviera al frente a un Inca”, escribe Trímboli sobre esa idea que luego fue abandonada por los independentistas de 1816. La segunda obra de De Lucca ilustra el reconocimiento del héroe a la valentía de Juana Azurduy de Padilla.
200 años de Manuel Belgrano: Por qué está más vigente que nunca
Proteico y documental
También se pueden online ver los trabajos de la santafesina María Luque, que recupera las imágenes de María Remedios del Valle y sus hijas, patriotas que asistieron a las tropas en el norte argentino (motivo por el que fueron apresadas y torturadas por los realistas). Y, en cuatro viñetas, narra el episodio del juramento de españoles y criollos en Salta, en 1813, hecho por el que Bartolomé Mitre criticó a Belgrano. Hasta ahora, las dos ilustraciones más osadas corresponden al proteico Lux Lindner, que ofrece una visión místico-cómica sobre la religiosidad de Belgrano e ilustra un recuerdo vívido del escritor Enrique Medina del bombardeo a la Plaza de Mayo en 1955, en que una “bombita” impacta en la base del monumento al héroe.
“Me convocaron porque hago dibujo documental –dice Azul Blaseotto-. Y este es un proyecto que tiene una base histórica”. A esta artista le asignaron textos sobre la batalla de Vilcapugio y el Éxodo Jujeño, que serán publicados en los próximos días, igual que los trabajos de Lucas di Pascuale. “Para mí fue un desafío, porque no quería ilustrar ni repetir la imagen común que tenemos impregnada sobre Belgrano”. En estos entrecruzamientos entre historia, memoria y arte se actualizan las vivencias del héroe revolucionario.