CULTURA
Nueva literatura

“Casi Perra”: un libro de amor, erotismo y metamorfosis

“¿Se puede decir el amor si no es con las manos temblando?”, se pregunta la escritora Leila Sucari en su reciente novela. "La ficción me permite llegar a una verdad más profunda", contó la autora a PERFIL.

Leila Sucari
Leila Sucari | Cortesía Leila Sucari

“Así empieza esto, arriba de un tren” anuncia la narradora y protagonista de Casi Perra, la reciente novela de Leila Sucari publicada por Tusquets. “El pasado es un pájaro negro que me picotea”, revela la mujer que emprenderá un viaje en el que se cuestionará el amor, su pasado, el deseo y se transformará poco a poco en otro ser.

Leila Sucari es escritora y docente, estudió artes visuales, filosofía y periodismo. Publicó las novelas Adentro tampoco hay luz (Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes) y Fugaz (finalista Premio Nacional Sara Gallardo); el poemario Baldío, el libro de relatos Te hablaría del viento y el de poesía visual Caballos de mar

A los 6 o 7 años leyó por primera vez una novela infantil y todavía recuerda la impresión que le causó. “Me provocó una especie de quiebre terminar de leer ese libro que me había acompañado un montón y ahí descubrí lo que era la literatura, vivir adentro de un libro. Me acuerdo que era cada día leer y leer y leer y cuando lo terminé, lo guardé adentro de la mesita de luz casi llorando”, contó Leila Sucari a PERFIL.

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Leila Sucari
Leila Sucari (Foto: Adolfo Rozenfeld)

Casi Perra tiene un elemento no demasiado explorado en la literatura que es el de la menopausia. Una realidad que atraviesan gran parte de las personas y que, sin embargo, está borrado del mundo de la ficción. “Me gustaba arriesgar y probar con alguien de más de 50 que se supone que ya más o menos tenés la vida acomodada, pensada, organizada y es más difícil romper, cambiar, ser otra, arriesgar. Bueno, quería mostrar esa posibilidad de juego y de ruptura de límites en cualquier momento de la existencia vital de una persona”, explicó la autora. 

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En ese camino de reconstrucción la protagonista descubre un erotismo completamente nuevo, avanza en el despojo de su humanidad, se vincula con lo animal y abandona gradualmente las convenciones de convivencia con otros. En la novela el placer y la sexualidad aparecen narrados de forma poética, más como sensaciones e imágenes que como hechos:

Nos hicimos agua. Era todo tan suave que parecía irreal. Acabé con la quietud de una planta cuyas raíces provocan un terremoto. Nadie se dio cuenta de que no era la misma. Nadie percibió el estallido que hubo entre mis órganos. ¿Quién iba a verlo si estábamos solas? De afuera todo seguía igual. Por dentro se me habían juntado los párpados, el pelo, la sangre, los dedos, la saliva, los riñones, el sexo, los brazos, el tiempo. Todo era una misma cosa. Una unidad. ¿Estaba, al fin, muerta? De mis hendiduras se desprendieron unos pájaros brillantes y diminutos. Volaron lejos”.

La metamorfosis de la autora y la protagonista

El proceso de escritura de Casi Perra fue largo, de cinco años y atravesado por la cuarentena estricta que influyó a la autora y, en consecuencia, a lo que apareció en el relato. “Fue muy intenso el proceso de escritura y de cerrar la novela durante la pandemia en donde mi propia mirada en relación al mundo, a las cosas y al punto de vista hasta físico cambió, por la soledad, el aislamiento, el encierro”, contó Leila Sucari.

-Escribe textos periodísticos, poesía, novelas y relatos, ¿cuál es el género que más cercano siente?
- No me interesa la cuestión de los géneros, siento que cada cuestión que aparece en la escritura de cada texto pide un formato particular, una voz en particular, un tiempo, un ritmo y después, en qué género se queda clasificado es lo de menos para mí. Me gusta mucho fusionar y mezclar y esa mixtura me parece que es muy rica. De todas maneras, en la novela es donde mejor me siento porque me apasiona entrar a un universo y meterme en una suerte de vida paralela durante un tiempo largo. La ficción me permite llegar a una verdad más profunda.

Leila Sucari

-¿Cuáles son sus próximos pasos? ¿Qué está escribiendo?
- Estoy terminando una novela escrita desde el punto de vista de un adolescente, es una novela  más lúdica y divertida, yo me divertí y me reí mucho escribiéndola. También me permitió reencontrarme con la adolescencia. Tengo después un librito que es una mezcla entre ensayo poético y poesía sobre la danza que es también un trabajo de cruce entre las clases de danza contemporánea de Margarita Molfino y la obra de Eduardo Basualdo que ellos son dos muy amigos míos y que trabajamos el año pasado bastante así en cruce de disciplinas.

-¿Qué libros que leyó últimamente disfrutó mucho o sintió que la impactaron?
-Leí a Annie Ernaux, un libro que se llama Pura pasión que me gustó mucho. Después estuve leyendo sobre traducción hay uno de Corinna Gepner que se llama Traducir o perder pie que también me pareció muy interesante, es un ensayo. Estuve leyendo a Alejandro Zambra también, que no lo había leído, que me está gustando mucho. Ahora estoy por empezar uno de Anne Dufourmantelle a quien amo. El último, soy muy fanática de Elogio del riesgo y ahora estoy por empezar otro y bueno, después en el verano estuve releyendo a Marguerite Duras. Sus libros son a los que siempre me gusta volver.

Leila Sucari
Leila Sucari (Foto: Adolfo Rozenfeld)

La tierra se seca de tanto amor que va quedando enterrado

La protagonista de Casi Perra comienza repasando cómo se inicia el ocaso de una relación amorosa: “A mí, ahora, me enfurecía la falta de ritmo con la que entraba aire a tus pulmones. El silbidito agudo y espasmódico me dio la sensación de estar bajando rapidísimo por un tobogán que terminaba en una cloaca”, narra Leila. “Te desperté de un golpe en el hombro izquierdo. No hagas tanto ruido, te dije, que no me dejás dormir. Abriste los ojos y me diste la espalda. Antes te hubiera abrazado, me hubiera adherido con la pierna al hueco de tu cadera, hubiera metido la nariz en tu cuello hasta quedarme dormida. Pero, en vez de eso, me di vuelta yo también. No pude dormir”.

¿Pero de qué está compuesto el amor? La escritora no casualmente tiene como referencia, que incluso aparece en el texto, a Ovidio, el poeta romano que escribió Arte de amar y La metamorfosis. “¿De qué otra manera se puede decir el amor si no es con las manos temblando?”, se pregunta.

Sobre el final la protagonista enuncia: “Extraño, sobre todo, tu olor. Tu olor cuando todavía me gustabas. En un momento dejé de sentirte, ya no olías a nada”. “El amor es una cuestión de olfato”, concluye la narradora.

CP