CULTURA
Trilogía de geografías sudamericanas

Soldados abandonados a su suerte en el altiplano imaginario de "Roca Pelada", de Eduardo Fernando Varela

El escritor cordobés, ganador del Premio Novela 2019 de Casa de las Américas, cuenta la dificultad de un comandante por mantener su misión, mientras que todo cambia cuando una mujer asume el mando del puesto enemigo, en un libro que publica editorial Planeta.

Eduardo Fernando Varela 20230718
Eduardo Fernando Varela | Planeta

En un desértico altiplano a más de 5.000 metros de altitud, un comandante lucha por servir a su país y mantener a raya a sus hombres en la frontera de un paso de montaña. A pesar de su misión, los soldados están abandonados a su suerte en un lugar gobernado por fuerzas muy diferentes a las que están acostumbrados y que da a paso a situaciones de tono surreal. Sin embargo, la monotonía se rompe con la llegada de la capitana Brower, quien sustituye al militar a cargo de custodiar la zona del Estado vecino.

Con esa premisa comienza "Roca Pelada", la novela de Eduardo Fernando Varela que publica editorial Planeta y forma parte de una trilogía en marcha sobre geografías sudamericanas. El autor, que también ha estudiado fotografía y periodismo, actualmente escribe ficción, relatos de viaje y guiones, y esta publicación confirma su imaginación a la hora de narrar y su humor único, el cual considera una "tendencia" en sus relatos como una forma de "evitar y reírse de la realidad".  

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Por cuestiones laborales y familiares, el escritor oriundo de Córdoba vive hoy en día entre Venecia y Buenos Aires. Su primera novela, "La Marca del Viento" (también conocida como "La Ruta"), ganó el Premio Novela 2019 de Casa de las Américas, fue publicada en Francia y aún no llegó a nuestro país. La historia se desarrolla en un escenario muy similar a nuestra Patagonia, parecido a lo que ocurre en "Roca Pelada", donde los personajes se hallan en una cordillera de Los Andes ficcional, entre dos países imaginarios.

En diálogo con PERFIL, Varela expresó que para él estas regiones son de las más representativas de esta zona de Sudamérica y adelanta que su próxima historia tendrá lugar en La Pampa, como tercera parte de la trilogía. En ese sentido, reveló que estos relatos comenzaron como guiones de cine que posteriormente decidió convertir en novelas.

Lugares reconocibles pero imaginarios

- ¿Cómo surgió "Roca Pelada" y el resto de las obras de las "Geografías Sudamericanas"?

“La marca del viento” o “La ruta” fue Premio Novela 2019 de Casa de las Américas y fue publicado en Francia con el nombre de “Patagonia ruta 203”. Va a salir en agosto traducida al inglés y es la primera parte de la trilogía. Está ambientada en la Patagonia, que toma el nombre de "Patagonia", pero es una reinvención.

Las motivaciones del premio fueron un poco esas, la reinvención de lugares con una toponimia particular, pero no una reproducción real. Es una historia bastante surreal, ambientada en una Patagonia. Después, la segunda parte, “Roca Pelada”, está situada en una cordillera imaginaria porque lo que busco es despegarme un poco de lo que es la realidad.

- En la historia se ven varias referencias a los carabineros. Si bien es ficción, da a entender que ese podría ser "el lado chileno". 

La descripción es de dos países imaginarios, por eso no hablo de Argentina y de Chile. Claro, aparecen los "carabineros" que no necesariamente están de un lado o de otro, pero me gustaba la palabra. Me gustaban los juegos de palabras que se pueden hacer, como "carabobos". Hay una tendencia a pensar -justificada- en Argentina y Chile. Pero no son esos dos países que están de cada lado de la frontera de “Roca Pelada”.

Eduardo Fernando Varela 20230718

- Bueno, el Arma de Carabineros también se encuentra en Italia. Pero por algunas referencias, como el hecho de que los personajes mascan coca, remite a las montañas en Sudamérica y no en Europa.

Me gusta colocar a los personajes desamparados en estas geografías maravillosas que hay en Sudamérica y, sobre todo, en Argentina. Nuestro país es riquísimo en geografía y muchas veces no tenemos ni idea, pero su riqueza es increíble. Los personajes de algún modo están sometidos a los caprichos de la naturaleza y yo apunto más a eso que a la descripción psicológica.

Me gusta ver de qué modo interactúan el paisaje y los personajes. La intención es colocarlos en estas en estas zonas hostiles, en una situación que puede generar un alto potencial narrativo.

- ¿Por qué elegiste el altiplano para esta segunda historia?¿Podemos adelantar algo de la tercera parte de la trilogía?

He viajado mucho por el Norte argentino, también por Bolivia y Perú. Conozco bien la zona y para mí las geografías más importantes, las que yo considero representativas de este lugar de Sudamérica son La Patagonia, el Altiplano y La Pampa. Justamente en la Pampa ocurre esta tercera parte en la que estoy trabajando. 

En el límite entre Argentina y Chile tuve una experiencia que me enfrentó a lo que es estar a 5.000 metros de altura. Nosotros pensamos que las fronteras dividen pero también unen a la gente.

En Francia, donde el libro tuvo mucha aceptación, hacen una referencia al "Desierto de Los Tártaros", de Dino Buzzatti, que escribió una cosa parecida. Escribió la vida en una fortaleza con una frontera en la que del otro lado no hay nada, pero que es una metáfora de la espera, de la vida que se nos pasa. En la frontera que yo escribí no hay una espera, simplemente es un espejo. Un espejo que enfrenta a los integrantes de los puestos de guardia pero que del otro lado ven lo que hay y no hay, lo distinto, lo que les falta.

- ¿Cómo fue tu experiencia en las montañas de Los Andes?

Hice el servicio militar obligatorio en la Patagonia y pude realizar con grupos varias expediciones en la cordillera. Una de ellas fue subir al volcán Lanín. Yo era un simple soldado y me acuerdo que el trato que había en el cuartel era realmente degradante. Pero me di cuenta que cuando estábamos todos ahí arriba, en un refugio, donde estábamos todos sometidos al hambre y el frío, cambiaba el trato.

Nos permitíamos salir de esos rangos y hacer chistes, sin llegar al extremo de “Roca Pelada” porque te hubieran fusilado si decías cosas así. En este caso, me gustó darle esta clave surrealista, absurda y grotesca. Sobre todo transportando personajes que pertenecen a las zonas tropicales de Sudamérica hasta unos 5.000 metros de altura. 

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La irrupción de una mujer

- Al leer la novela parece que transcurre en un tiempo difícil de precisar pero no tan lejano en el tiempo. Siendo poco común, ¿por qué decidiste que haya una mujer capitana del ejército? 

Las guardias de frontera de Gendarmería forman parte de un universo masculino. En "Roca Pelada" está este universo que domina, como por ejemplo los personajes de los tropicales, los generales y los mineros. La irrupción de una mujer, que además es pelirroja y le da una nota de color al altiplano amarillo y gris, altera y erotiza este universo. Los hombres cambian con solo pensar que del otro lado hay una mujer.

Cuando hablamos de erotizar, lo digo de la forma más básica del término: a algunos se les ocurre por vestirse mejor o dedicarse a cantar. Esta erotización pone en marcha una cantidad de elementos que luego afectan las relaciones que hay en esa frontera. Por otro lado, en todas las partes de esta trilogía. mantengo una temporalidad que no quede bien definida.

La corrección política

- El recurso del humor está muy presente en tu manera de escribir y quería preguntarte cuál es tu postura sobre este recurso. ¿Dónde está límite a la hora de pensar un chiste?

Creo que todo lo que vivimos queda impreso en alguna parte de nosotros. Eso se reprime y en algún tiempo regresa y así es como se forman las historias, se encajan y vuelven de otro modo. Asociar eso con una clave de humor es una tendencia que yo tengo, como una forma de evitar la realidad. 

El humor como recurso bien administrado tiene una gran potencia narrativa. Una cosa muy interesante es el tema de lo políticamente correcto. Yo personalmente soy enemigo. No es tanto por el término correcto, sino por el término político, que habla de un acuerdo, una convención de leyes que respetar. ¿Por qué nosotros no podemos bromear sobre ciertas situaciones? Creo que no hay límite para eso, obviamente la ofensa personal y grupal es otra cosa.

La censura a la larga es negativa. Me parece que hay un falso progresismo que se contenta con ser muy riguroso en cuanto a la terminología que se utiliza pero no en otros aspectos. Yo creo que se puede ser correcto sin caer los extremos.

FP / Gi