Cada 25 de mayo, Argentina celebra la Revolución de Mayo con locro y relatos escolares que evocan los días fundacionales de 1810. En aquel 25 de mayo de 1810, una multitud liderada por Domingo French y Antonio Beruti se reunió en la Plaza de la Victoria — hoy la Plaza de Mayo— para pedir la convocatoria a un Cabildo Abierto y la renuncia del virrey español Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien en ese entonces, estaba en Buenos Aires.
Sin embargo, muchas personas se preguntan si para esta fecha patria: ¿Estaba el pueblo en la plaza?, ¿se repartieron escarapelas celestes y blancas?, ¿se produjeron los hechos en un día de lluvia?.
¿Qué dicen los expertos sobre la Revolución de Mayo de 1810?
Paraguas frente al cabildo
Nunca se supo si llovía o no, pero se sabe que el pueblo estuvo presente en la plaza y era menor de lo que se muestra en los cuadros. Los documentos históricos señalan que los accesos a la Plaza de Mayo estaban limitados para que accedieran al lugar solo unos 400 invitados de la elite y solo asistieron 200 personas, entre las que había españoles y criollos de diferentes jerarquías.
French y Beruti no repartieron escarapelas
Mientras se esperaban noticias sobre la Primera Junta, French y Beruti no dieron escarapelas, sino cintas blancas, símbolos que representaban a aquellos que querían un cambio, especialmente el grupo formado por criollos e hijos de españoles. En ese entonces, la plaza se llamaba Plaza de la Victoria.
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Alejando Agüero, historiador del derecho e investigador del CONICET en el Centro de Investigaciones Jurídicas y Sociales señaló que “lo que se aprende en las escuelas tiene su propia historia, es el relato que se estandarizó en la década de 1930, cuando se creó la Academia Nacional de la Historia, con una versión de la Revolución de Mayo -inspirada en la obra de Bartolomé Mitre- orientada por un deseo de construir la Nación y de crear un sentimiento de pertenencia común”.
Para el investigador del Conicet, la Revolución de Mayo es “un proceso más, muy parecido a otros que ocurren en ese período en España y en América, como consecuencia de las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en 1808”.
Al mismo tiempo, el investigador aseguró que “con el tiempo esa narrativa fue objeto de revisionismos de diversa índole dado que en las últimas décadas del siglo pasado se impuso una mirada que se encuentra estos acontecimientos en la perspectiva de la Historia Atlántica”.
“Desde este punto de vista, con el contexto imperial de fondo, la Revolución de Mayo es un proceso más, muy parecido a otros que ocurren en ese período en España y en América, como consecuencia de las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en 1808”, indicó el historiador.
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