CULTURA
ENTREVISTA CON EMANUEL DIEZ

Los secretos detrás de la creación de "El encargado" y "Coppola" en la voz de su guionista

Guión no es adaptar a frases una historia, es estudiar los personajes, los actores que lo interpretarán, un trabajo minucioso para que la obra atraviese la pantalla. Emanuel Diez habló con PERFIL del vínculo con Francella, con la dupla Cohn-Duprat y relativizó el peligro del avance de la Inteligencia Artificial.

Emanuel Diez, guionista de “El encargado”, “Nada” y “Coppola”
Emanuel Diez, guionista de “El encargado”, “Nada” y “Coppola” | Gtlza. Prensa

“Coppola”, “El Encargado” y “Nada” son algunos de las últimas apuestas en las que Emanuel Diez estuvo como guionista. Todas producciones esperadas por el público, exitosas y con el respaldo y la responsabilidad de trabajar con grandes directores y actores que son figuras centrales de Argentina. Cómo se construye la manera en la que dicen los personajes, cómo trabaja un guionista, cómo llegó hasta ahí cómo se adaptan o qué aportan personalidades como Guillermo Francella o Luis Brandoni al trabajo de poner en movimiento la ficción audiovisual, fueron algunos de lemas que Diez reveló a PERFIL.

Amante desde pequeño del mundo de las películas, Diez reivindica el cine a capa y espada: “No hay extinción del cine porque no hay experiencia superadora a ir solo o acompañado a un lugar con una pantalla gigante, hay alternativas, pero no mejores”. 

Sobre el éxito y el crecimiento de las producciones nacionales, Diez explicó que viene de un cambio de paradigma en la creación y la visión de las plataformas de streaming. En un principio se apostaba a historias regionales, que los protagonistas se pudieran ubicar como hispano/latinos, pero se rechazaba lo que reflejara localismos. 

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Sin embargo, esas historias donde se agrupaba a brasileños, mexicanos y argentinos, por ejemplo, perdían la capacidad de identificación del público. Ahora la apuesta es por la identidad local y eso explica el resultado obtenido con “El Encargado”.

“Ahora los proyectos con una identidad local más marcada son lo que se busca, porque se comprobó que a proyectos como ‘El encargado’ donde el protagonista es un porteño de mediana edad, de Belgrano, portero etcétera, le fue excelente en Argentina, le va bien en Estados Unidos, en Francia, en Italia”, señaló. “Los productos pueden viajar justamente si muestran algo más específico y no algo tan general que intente buscar una audiencia que no existe”.

Diez amaba el cine desde siempre, pero dudó sobre la posibilidad de dedicarse a algo con pocas garantías y entonces, cuando tuvo que elegir qué estudiar se anotó en una carrera universitaria de ingeniería electrónica. Al darse cuenta de que estudiar ingeniería le resultaba “deprimente” se pasó a la carrera de Comunicación audiovisual de la Universidad de Palermo. 

Empezó a trabajar diez años atrás para ficciones de televisión, en esa oportunidad fue colaborador para Polka en “Guapas”. El colaborador es quien arma los diálogos a partir de un argumento y un tono planteado por el autor. “Estamos hablando de tiras diarias y un programa por día se filma muy rápido, se escribe muy rápido y eso tiene un correlato en la calidad”, reconoció. “Por eso yo no soy nostálgico de la muerte de la ficción de la tv de aire, porque en las plataformas se trabaja con un estándar de calidad mayor, porque se aspira a la trascendencia”.


“Yo como autor escribo todo, no tengo dialoguista porque no tengo el apuro de crear un capítulo por día y yo escribo el capítulo entero; puedo tener coautores o showruners que supervisan el proyecto en general, pero no necesito colaboradores”, detalló.


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—¿Cómo fue su experiencia con los actores?
— En el caso de “El encargado” yo dirijo también y estoy en el set todos los días, cosa que no es usual de los guionistas. También trabajo en una etapa previa, que es la mesa de lectura. Pero entre la lectura y el rodaje pasa tiempo, entonces también es bueno estar ahí y siempre estar con una mirada sobre cuál es el núcleo argumental de la escena.

—¿Y no le pasa que le discutan lo que escribe?
—No, tuve mucha suerte, trabajé con actores que me respetan muchísimo, etonces me tiende a pasar lo contrario, que si alguno dice algo diferente, los actores defienden más el guión original. Por ejemplo, Guillermo Francella es muy respetuoso del guión y muy estudioso  y tiene una mirada sobre el guión que es muy inteligente y, cuando comparte la escena con otra persona sabe exactamente identificar cuál es el núcleo del conflicto incluso mejor tal vez que la otra persona que lo está leyendo. Además, entiende cuál es el subtexto, al margen de lo que se está diciendo, y eso que no se está diciendo es más importante muchas veces que lo que se dice porque la gente no dice todo lo que piensa. Eso es fundamental porque si alguien se queda mucho en la superficie puede llevar a un lugar banal.

Emanuel Diez, guionista de “El encargado”, “Nada” y “Coppola”

—Es un elegido de los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat, que eligen construir personajes cotidianos muy creíbles.

—Es que son directores que trabajan de modo horizontal y saben construir el equipo de trabajo y confiar en el equipo. Eso se ve en el producto. Y ellos ya de por sí son dos y están obligados a que ninguna decisión se imponga por sobre la del otro, sino que todo lo tienen que debatir todo lo tienen que consensuar. Entonces siempre, entre comillas, gana el mejor argumento. 

 

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—La inteligencia artificial es el tema que viene creciendo desde el año pasado, ¿la ve como una herramienta o como una amenaza?

—Es una herramienta accesoria, hoy es un motor de búsqueda un poco más sofisticado. Por ejemplo si estoy escribiendo un personaje que es un médico y necesito saber datos concretos de alguna enfermedad y lo googleo en vez de buscarlo con inteligencia artificial, Google es un poco esquemático, busca las palabras exactas que yo puse en el buscador y me da una definición más esquemática y la inteligencia artificial tiene como la capacidad de abstraerse un poco y entender qué estás pidiendo, algo más específico. Pero también comete muchos errores, entonces no es fiable, entonces siempre es mejor consultar a un médico. 
En cuanto al miedo a que la IA reemplace lo que es el trabajo de un creador no tengo ninguna preocupación. Si en el futuro la inteligencia artificial puede hacer ser guiones, eso no me quita a mí la potestad de hacer los míos, lo que va a diferenciar los míos de los de la inteligencia artificial es mi voz, es lo que yo le aporto, que no le puede aportar otro.

—¿Qué piensa sobre el rol de arte y la creación?
—Yo no concibo  un mundo donde no haya cine, teatro, libros, creo que son las cosas que más responden a interrogantes de la naturaleza humana, que tal vez me parece más interesante para responder que "qué comemos hoy", como por qué  ante esta situación me siento determinada manera, por qué ante determinada persona soy de x manera… Hay cosas de la naturaleza humana que también nos tenemos que plantear como humanos, hay algo que transitamos todos juntos,  que es una experiencia en común que tenemos, que nos podemos llevar algo si queremos, no solamente comer y dormir, podemos meternos en otros mundos y eso sí me parece fundamental. 

Coppola real versus Coppola personaje

—Cuál es la dificultad o la facilidad de haber hecho Coppola que se basa en un personaje que existe.

—En este caso hubo mucha investigación, pero igual el Coppola de la serie es una creación, porque yo no soy un perito, mi intención no es reflejar con rigor judicial las características de Guillermo Coppola. Creé el personaje para una ficción que tiene ciertas intenciones, una de ellas era mostrar los noventa, para nosotros era importante contar esa sensación, esa efervescencia. Eso era incluso más importante que contar los vericuetos de lo que había sido o no la vida de una persona, de hecho, no es una biografía tradicional y fue una decisión no empezar con la típica biografía cronológica. 
Por otro lado, no hay que explicar a los personajes, eso es una pulsión de creador mediocre, los personajes son lo que son y son el resultado de las acciones que toman en el presente. Querer explicar al personaje es un error provocado por el miedo que da pensar, “no sé si la gente va a entender que él es así”. Además, está  asociado a una discusión muy antigua en la narrativa, que es si vos tenés que empatizar o no con el personaje, si el personaje tiene que ser bueno, tiene que ser malo. La verdad que no tiene que ser bueno ni tiene que ser malo, tiene que ser interesante, o mejor, fascinante. Incluso  la gente no es idiota, no es que le tenés que mostrar un chico pobre y que por eso cuando es grande, le gustan mucho las corbatas, la gente no es idiota, o sea, puede construir lo que vos no le estás mostrando.

—¿Y no le generó un poco de vértigo meterse con este personaje?

—No, nos pareció muy divertido. Yo tuve solo una pequeña etapa en la que estaba escribiendo al mismo tiempo “Coppola”, “El encargado” y “Nada” y una serie para afuera. Entonces en un momento sentí que era mucho, y cuando recién empezaba el proyecto propuse dejarlo y me pidieron por favor que la hiciera. Y cuando empecé a escribirla me gustó mucho. Pero nunca mientras lo estaba haciendo estaba pensando en el impacto o en la repercusión. Recién cuando empezaron a salir las promos de la serie y me di cuenta de que “Intrusos” la levantaba, empecé a ser más consciente. 
Después me dio muchísima culpa la escena donde Yuyito González le va a contar a Coppola que está embarazada y él de alguna manera le sugiere que aborte, porque cuando se estrena la serie vi en un programa a Yuyito González pidiéndole a Guillermo Coppola que por favor le dijera a su hija mirando a cámara que eso no había ocurrido. En ese momento me di cuenta, que no había pensado que esa nena que estaba en la panza iba a verla.
Sé que relatar esa época fue como patear un hormiguero porque Coppola era una criatura de los medios. Y nosotros no solo reconstruimos esa época y esa característica de él, si no que tenemos una mirada sobre eso porque, por ejemplo, él en la serie cuenta anécdotas y cuando cuenta anécdotas las deforma, esa era una manera de contar algo de nosotros. Para nosotros la serie, más que de los episodios de la vida del personaje, habla de un tipo de persona, un tipo de personalidad y una época.

—También aparece una relectura compasiva del personaje.
—Sí, porque si hago un personaje no busco ni que sea un monumento ni que sea un sicariato. Me parece una cosa pueril para hacer agarrar un tipo que tuvo una vida controversial o polémica y destrozarlo, eso es un poco tonto porque detrás de eso hay alguien que se comporta de una manera u otra por características propias de esa persona que a mí me parece interesante más allá de si yo las apruebe o no.  


—El final es muy contundente.
—Sí, pero existe la idea de que va a continuar.