CULTURA
Libros

María Luque: "No sé cómo se puede medir la popularidad y lo masivo en el arte"

La artista rosarina, ganadora del Premio Internacional de Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas, ofrece en su último libro un recorrido íntimo por la historia de grandes pintores.

María Luque
En Noticias de pintores, María Luque rescata las biografías de 101 pintores. | Mariano Sanjiao

Contar historias no es sencillo, mucho menos si se tratan de anécdotas breves. Para ello, se necesita una cuota de carisma y síntesis que no se consigue en cualquier lugar. María Luque (Rosario, 1983) ofrece en Noticias de pintores (Sigilo, 2019una clara muestra de esa mezcla exitosa. Con curiosidad y ternura, la dibujante argentina logra meterse en la intimidad personal y estilística de decenas de artistas.

Este libro, que le llevó a Luque más de un año de investigación y realización, ofrece al lector información en muchos casos alternativa sobre la vida y obra de los grandes artistas de la historia. ¿Por qué Rembrandt se especializó en el autorretrato?; ¿Qué método seguía Kandinsky para pintar?; ¿Cuánto tiempo estuvo tirado el bloque de mármol en el que Miguel Ángel realizó el “David”?; ¿Cómo se hicieron amigas Norah Borges y Victoria Ocampo?; todas esas historias, por suerte, se cuentan con la precisión de un ojo acostumbrado a ver más allá de las formas simples.

Rozenblum: "La creatividad tiene que ver con construir nuestra mirada del mundo"

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Si siguiéramos el planteo del italiano Giorgio de Chirico, recuperado en Noticias de pintores, que afirma que “Las creaciones me parecen más misteriosas que los creadores”, quizás este libro de Luque no tuviera demasiado sentido. Pero la autora sabe combinar ambos factores -intimidad y obra- para que el resultado final sea esta suerte de enciclopedia personal y universal sobre el arte. "Empecé a recopilar esa información y me di cuenta de que las historias cortas generan una especie de voracidad", cuenta Luque en diálogo con PERFIL.

No tuve un plan muy definido, las noticias iban apareciendo. Muchos de los pintores que aparecen los iba descubriendo porque sus colegas los mencionaban en cartas, entonces una noticia me iba llevando a la próxima. Fui descubriendo una gran cantidad de artistas, especialmente mujeres.

De esta manera, a lo largo de las más de 150 páginas del libro, el trazo de Luque nos guía para un tejido diverso de historias que se interconectan con el fin de mostrar lo que los cuadros y los museos muchas veces no logran exponer; pequeños detalles que decoran una obra y que sin lugar a dudas captan el interés de toda persona propensa a lo sensible.

— ¿Qué te inspiró a hacer este libro? ¿Cuánto hubo de capricho personal a la hora de elegir las "noticias"?
— Siempre me gustó la historia del arte, me encantaba enterarme sobretodo de los detalles más insignificantes de las vidas privadas de los pintores. Los datos que a lo mejor no tienen tanta relevancia y quedan olvidados en sus biografías. Empecé a recopilar esa información y me di cuenta de que las historias cortas generan una especie de voracidad, te dan ganas de saber más y más. No tuve un plan muy definido, las noticias iban apareciendo. Muchos de los pintores que aparecen los iba descubriendo porque sus colegas los mencionaban en cartas, entonces una noticia me iba llevando a la próxima. Fui descubriendo una gran cantidad de artistas, especialmente mujeres. Muchas de las mujeres que aparecen en el libro eran desconocidas para mí. Algunas solo las había escuchado nombrar como "la mujer de" pero nunca había visto sus pinturas. 

Fernanda García Lao: "Sin deseo no hay palabra"

— ¿Qué dato de los y las artistas que aparecen en libro te impactó más?
— Algunos me resultaban muy curiosos y cuando trato de imaginarme esas escenas me da risa. Como Soutine, que no abrió por años las ventanas de su estudio para que no entrara polvo, o Mondrian dejando de lado la pintura para dedicarse solo a bailar boogie-woogie. En una de las noticias Eileen Agar conversa con sus amigas y les cuenta que los surrealistas pensaban en las mujeres solo como musas. Aunque había en el grupo muchas mujeres talentosas que producían al mismo nivel, ellos las seguían viendo así, como algo quieto y sumiso. Eileen cuenta que ellas no querían ser musas de nadie, solo querían pintar. 

¿Te apropiaste de alguno de los métodos o ideas que aparecen en Noticias de pintores?
— ¡Sí! Hace un tiempo que me apropié de una costumbre de Emile Bernard de pintar un autorretrato por año. Trato de hacerlo cerca de la fecha de mi cumpleaños. Él siguió ese ritual durante 55 años y es hermoso verlo envejecer en las pinturas. En mis autorretratos siempre parezco joven, voy a tener que aprender a dibujar mejor las arrugas y las canas. También me gusta la forma en la que Agnes Martin describe las caminatas en soledad, que le ayudan a visualizar las pinturas en su mente. Basquiat hablaba mucho del privilegio que es poder ir caminando a lugares, destinarle tiempo a eso. En los últimos años caminar se volvió de mis actividades favoritas y creo que tiene mucha relación con escucharlos a ellos describiendo sus paseos. 

El cómic actúa como puente desde siempre. Me gustan esos cruces de mundos y las cosas que pasan en las intersecciones. Siempre en esas combinaciones extrañas entre el arte más formal, el dibujo y las historietas se generan cosas inesperadas.

— Siempre existe el debate entre qué tan masivo puede ser el arte. Tu libro puede verse como una suerte de puente entre las posturas extremas, ¿te parece?
— Creo que el cómic actúa como puente desde siempre. Me gustan esos cruces de mundos y las cosas que pasan en las intersecciones. Siempre en esas combinaciones extrañas entre el arte más formal, el dibujo y las historietas se generan cosas inesperadas. Me parece alentador que se vayan borrando las fronteras y no sepamos dónde empieza una disciplina y termina la otra. No sé cómo se puede medir la popularidad y lo masivo en el arte. Me imagino que los puntos que se marcan como "imperdibles" en los grandes museos pueden ser una vara. Las personas corriendo por los pasillos del Prado solo para ver las Meninas y pasando por al lado de un montón de otros Velázquez sin siquiera mirarlos. Hay una especie de guía de lo que se supone que nos tiene que conmover, incluso ya viene remarcado en los mapas de algunos museos para que no se pierda tiempo en el resto de las obras. Creo que las obras olvidadas de los grandes artistas pueden sorprender a los que se arriesguen a pasar un rato adelante de ellas, sin mirar sus teléfonos ni leer los epígrafes. 

La poesía reunida de Roberto Bolaño: la obsesión por los malditos

— Durante el tiempo de producción de Noticias de pintores, fuiste viviendo de manera fragmentaria en distintos lugares. En tu caso, ¿ayuda el despojo a la creación?
— Sí, hace varios años que estoy viviendo así. Temporadas cortas y trasladando todo en una valija cada vez que cambio de ciudad. Me gusta no poder acumular cosas. Empecé a ir mucho a bibliotecas a leer ahí, a trabajar también. Como no tengo un espacio de trabajo fijo lo voy inventando, donde sea que haya una ventana cerca y una mesa. Noticias... lo empecé en Buenos Aires y lo terminé de dibujar en Roma. Muchas páginas las hice en la biblioteca del Bellas Artes o en mi mesa preferida de Varela Varelita. A veces las cosas que pasan alrededor se van infiltrando en los dibujos y disfruto mucho que sea así. Cuando me tocó dibujar la historia de Donatello y Brunelleschi que transcurre en Roma busqué la piedra más cómoda que había enfrente del arco de Constantino y la usé de asiento. Ese día había viento y el papel quedó lleno de polvo. Después me tocó borrar con photoshop esas manchas, pero me alegra saber que estuvieron ahí.

— La novela gráfica, así como la ilustración en general y las viñetas están viviendo un muy buen momento, ¿cómo lo percibís? ¿A qué factores le adjudicarías eso?
— Pienso que las imágenes en general están pasando por un buen momento. Estamos todo el día mirando imágenes, a veces sin pestañear y parece que nunca es suficiente el scroll. También creo que los dibujantes jóvenes, los que están empezando, cada vez están haciendo cosas más increíbles. Seguramente tiene que ver con lo accesibles que son ahora las imágenes y con el estímulo permanente que recibimos. Me acuerdo cuando yo empecé a dibujar y no existía internet, había artistas que eran difíciles de conocer, que quizás solo un amigo tenía un libro que nos podía prestar y todo se volvía lento y los procesos eran larguísimos. Eso ya no pasa y ahora además de tener al alcance el trabajo de cualquier artista podes ver también lo que está haciendo tu vecino que dibuja, alguien que vive en el pueblo de al lado o en la otra punta del mundo. 

Creo que cada vez hay más interés en conocer el trabajo de las mujeres que quedaron escondidas en el pasado y sobretodo hay interés por conocer lo que las mujeres están haciendo ahora. No solo en el arte, también en la música, la literatura o el cine. 

—  En distintas ocasiones, señalaste que hacer este libro te permitió conocer a pintoras que antes no conocías. A partir de la lucha de los distintos feminismos, ¿se está revirtiendo esa desigualdad?
— Pienso que sí. Hay enciclopedias del siglo XX donde con suerte aparecen Frida Kahlo y Georgia O'Keeffe, eso ya no pasa. Todavía se nota mucho la desigualdad en la colección de algunos museos, donde podes recorrer salas y salas y no encontrar obras de ninguna mujer. Pero creo que cada vez hay más interés en conocer el trabajo de las mujeres que quedaron escondidas en el pasado y sobretodo hay interés por conocer lo que las mujeres están haciendo ahora. No solo en el arte, también en la música, la literatura o el cine. 

Van Gogh: en la puerta de la eternidad

—  Por último, ¿qué cuadro de los artistas que aparecen en Noticias de pintores mirarías todos los días si pudieras?
—  Voy a copiarle a Van Gogh, que dijo en una carta a su hermano que podría pasar semanas enteras mirando un retrato de Rembrandt si tuviera un asiento cómodo donde sentarse y alguien de vez en cuando le alcanzara costras de pan.