En el marco de la recuperación de textos inéditos de Roberto Fontanarrosa, se publicó hace pocas semanas una recopilación de historietas de Inodoro Pereyra.
Presentamos un fragmento del prólogo, ¿El negro Fontanarrosa es nuestro Cervantes? ¿Inodoro Pereyra es nuestro Quijote?, escrito por el dibujante Miguel Rep, donde compara a Fontanarrosa con Miguel de Cervantes Saavedra y a Inodoro Pereyra y Mendieta con Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza.
“Sabido es que Miguel de Cervantes realizó una parodia de las novelas de caballería, y soltó con letras la locura del hidalgo de la Mancha. Una parodia. Fontanarrosa, nuestro gran parodista, advirtió la secuencia final de la gauchesca, llegada hasta su generación por medio de versos de la proyección folclórica, y su oído sagaz supo rasgar de esa impostura un canto humorístico, crepuscular, pero también de coyuntura.
Inodoro Pereyra como parodia de Fierro, de Moreira, de Vega, de Fausto, de Armando Tejada Gómez y de César Isella. Y de Juan Carlos Castagnino, de Carlos Alonso y de Florencio Molina Campos.
Un flaco desgarbado y un gordito caricaturesco en la Mancha. Una locura provocada por decenas de libros engullidos.
A miles de kilómetros y a una gran distancia de tiempo, un gaucho inútil, vago y grotesco, y un perro locuaz y reflexivo. El vértigo horizontal de La Pampa, literatura gauchesca apolillándose y cantidades de páginas de historietas leídas.
Roberto Fontanarrosa nació en Rosario y su historieta triunfó en Córdoba. Inodoro Pereyra se hizo nacional a partir de la mediterránea Hortensia, al igual que su otro cómic paródico, su cínico Boogie, el aceitoso.
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Inodoro Pereyra tiene, al menos, tres épocas. La primera, con un dibujo deudor de Hugo Pratt, Roy Crane y Carlos Alonso, está llena de secuencias con tiempos de cine, línea sintética y manchas negras. Lo que empieza como parodia, porque el dibujo de Fontanarrosa no daba realista, deviene en la historieta más cómica del siglo. En la tercera etapa, la final, lo que eran cuadritos de pausas, de silencios narrativos, pasarán a ser mosaicos llenos de chascarrillos autoconclusivos. Así se transforma en las páginas con mayor generosidad de chistes por centímetro cuadrado.
En el medio, la segunda etapa es más narrativa, con una trama que conduce al remate, pero sin exigencia de ser gracioso en cada cuadro. Historietas de una o dos páginas. Con leves “continuará”.
El Inodoro Pereyra más reconocido es una maratón de chistes.
El Negro aprende de contadores orales como Luis Landriscina o Don Verídico a que lo importante no es tanto el remate sino el desarrollo gracioso. Es curioso cómo el grupo Les Luthiers, conchabando al Negro, lo utiliza para que su ingenio produzca los chistes del medio de la trama, pero sin descuidar nunca los remates. El Fon es un buen rematador. Basta leer sus cuentos, y muchos de sus chistes de cuadros únicos.
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CP