CULTURA
MUSEOS 2022

Todo eso que veremos

Tras la zozobra y la incertidumbre desatadas durante la pandemia, los museos y fundaciones artísticas de la Ciudad de Buenos Aires apuestan a un 2022 recargados con programaciones espléndidas que prometen devolverles algo de la vitalidad perdida.

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Este año, la actividad museística en la Ciudad de Buenos Aires tendrá una escena vibrante, compleja, cosmopolita y presencial. En PERFIL brindamos un panorama y anticipamos la programación con lo mejor de todo eso que veremos. | pablo temes

Comienza un año decisivo para la actividad museística porteña. A casi dos años del inicio de la cuarentena dictada por el gobierno nacional, los principales museos de la Ciudad de Buenos Aires probaron distintas alternativas, casi todas virtuales, con la finalidad de sostener su presencia en el ámbito cultural. Y hay que decir que el tiempo no se pasó en vano, entre otras cosas por la creación de RAME (Red Argentina de Museos y Espacios de Arte), la primera red federal de museos del país, surgida de la colaboración entre Fundación Proa, Malba, Museo Nacional de Bellas Artes y Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. RAME se erigió como un espacio de cooperación, en el contexto de la pandemia, para pensar en el reinicio de las actividades y la transición, sobre la cual hubo diversas y convenientes iniciativas. 

Malba es una institución que sin duda supo aprovechar la virtualidad. Ciclos como La historia como rumor –disertaciones para contextualizar performances latinoamericanas–, Hable con ella –en el que se invitó a varios artistas para disertar sobre una obra de la colección– y Manifestación en foco –celebrando el 40° aniversario de la muerte de Berni con el abordaje de Manifestación, una obra emblemática y central del Malba– muestran alternativas para el futuro quehacer museístico. Por su lado, el Museo de Arte Moderno lanzó #MuseoModernoEnCasa, un programa que convocó a más de 14 millones de personas en donde artistas e intelectuales invitan a reflexionar sobre el presente. Su vecino, el Museo de Arte Contemporáneo (Macba), relanzó su página web, produjo videos con el testimonio de artistas de la colección y reemplazó su antigua vereda por una obra de la artista platense Gabriela Boer. Con esta acción pública –sin duda, una de las pocas realizadas en pandemia–, el Macba se convirtió en el único museo que tiene por vereda una obra.

Pero por bien aprovechado que haya sido el tiempo, nada mejor que la “presencialidad”. Durante 2022, el Museo de Arte Moderno abrirá sus puertas en etapas, de marzo a junio, presentando exposiciones en diálogo con su colección, que articulan reflexiones sobre el presente. El recorrido comienza en el subsuelo, con una instalación de la artista colombiana Delcy Morelos (Tierralta, 1967). Reconocida por su trabajo con las texturas de materiales. Morelos, que nació en un territorio disputado por las FARC y grupos parapoliciales, elaboró en este caso la idea de la tierra como un espacio de violencia, al tiempo que esencia de fertilidad, alimento y hábitat. En el centro de la primera sala se verán dibujos donados por Ana Gallardo (Rosario, 1958), con enormes planos de negro profundo que acompañan testimonios de femicidios, abusos y tortura, articulando el espacio junto a obras de colectivos artísticos invitados. También habrá textiles de Lucrecia Lionti –recientemente incorporados al patrimonio– que abordan el racismo estructural de la Argentina, junto a obras históricas de Juan Carlos Romero, Luis Pazos y el registro fotográfico de la creación colectiva Proceso a nuestra libertad (1973, conocida como Ezeiza es Trelew), donada en 2020 por Perla Benveniste. Finalmente, se anuncia una exposición de Mónica Girón (1959) con una serie de pinturas que imaginan el paisaje de los querandíes previo a la conquista, y trabajos de Eduardo Basualdo (1977) y Florencia Rodríguez Giles (1978) que exploran un pasadizo hacia seres y paisajes sobrenaturales.

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En el Malba, el 10 de marzo, se inaugura Yente / Del Prete, una muestra curada por María Amalia García que rescata 180 obras del matrimonio artístico formado por Eugenia Crenovich (Yente) y Juan Del Prete, correspondientes a una producción fechada entre los años 30 y 80. El 8 de abril, con curaduría de Lía Colombino, se presenta Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay, una muestra de obras que recuperan la tradición de textiles y operaciones de bordado, estampado y montaje pertenecientes al país limítrofe. En abril también se verán obras de Ana Teresa Barboza (Lima, 1981), artista peruana que se expresa a través del bordado tanto en grandes instalaciones como en pequeños tapices y fotografías intervenidas. Mediante un trabajo etnográfico, Barboza indaga en los textiles como un testimonio de la tradición, la naturaleza y los orígenes de las comunidades indígenas.

Por su parte, el Museo Nacional de Bellas Artes tiene una variedad de iniciativas que arrancan con dos muestras realizadas en papel. Por un lado, el museo exhibirá una colección de dibujos antiguos pertenecientes a su acervo, con obras de, entre otros, Pieter Rubens, Guido Reni, Federico Barocci y Giorgio Vasari; y en un tenor similar, hasta el 27 de febrero se exhibirá la muestra Dante x Alonso, una selección de 47 dibujos, collages, grabados, acuarelas y tintas del maestro Carlos Alonso (Mendoza, 1929), inspirados en la obra del gran poeta florentino, en el 700 aniversario de su fallecimiento. Para el segundo semestre, el museo retomará esta línea de interés “histórico” al presentar piezas del Museo Arqueológico de Tarento (Italia), con hallazgos que van desde la Prehistoria a la fundación de dicha ciudad, pasando por la conquista romana y la Edad Media hasta la colección Ricciardi. 

Entre abril y agosto, Bellas Artes inaugura una muestra de esculturas del maestro Juan Carlos Distéfano (Buenos Aires, 1933), en homenaje a pintores argentinos como Spilimbergo, Policastro y Lacámera. Entre agosto y noviembre, la exhibición Carmelo Arden Quin y la trama del arte constructivo abordará las transformaciones y vínculos del artista uruguayo (1913-2010) en relación con artistas constructivos sudamericanos. Finalmente, octubre cierra el año con un ciclo sobre la producción de arte contemporáneo de Raquel Forner (Buenos Aires, 1902-1988), con series como La luna, Grandes mutantes, Astronautas y Apocalipsis en el planeta Tierra, con la inclusión de dibujos, pinturas y grabados.

Fundación Proa tiene una serie de atractivas e innovadoras propuestas interactivas para el corriente año. Acute Art es una plataforma que ofrece experiencias de realidad aumentada, y se llevará a cabo en el espacio público de La Boca durante este verano. La propuesta tiene que ver con experimentar piezas de artistas internacionales a través de dispositivos digitales; son obras interactivas, algunas de carácter inmersivo, otras con movimiento e incluso sonido, que intervienen espacios emblemáticos como Caminito, el Riachuelo y el puente transbordador Nicolás Avellaneda. Otra muestra que explora lo lúdico es Arte en juego, que se mantendrá hasta marzo y comienza con una obra creada por Daniel Joglar (Mar del Plata, 1966) a partir del universo infantil. La exhibición pone de relieve la influencia de los juegos, juguetes y deportes en el imaginario de los artistas, y presentará obras de ochenta personalidades del ámbito nacional. Sin fecha de inicio, simultáneamente Proa elabora –junto a Americas Society y el Museo Amparo en Puebla, México– una exposición itinerante sobre El Dorado, como mito fundacional de América y metáfora de la identidad del continente en permanente cambio.

En el marco de su décimo aniversario, el Macba inaugura la programación con una exhibición del artista francés Claude Viallat (Nimes, 1936), cuya obra llega por primera vez a la Argentina. Con curaduría de Marie Sophie Lemoine, el 4 de marzo se verá Liberté des couleurs, una retrospectiva que incluirá una selección exhaustiva de sus cien obras más representativas, caracterizadas por el uso de soportes flexibles (redes, lonas, tejidos) que, al estilo de Jackson Pollock, Viallat realiza sobre el suelo. En junio se exhibirán obras de Patrick Hamilton (Lovaina, 1974), artista chileno que actualmente cuenta con una gran instalación en el Museo Reina Sofía. Finalmente, con curaduría de Santiago Villanueva, la Colección Fortabat presentará obras del destacado escultor, dibujante y pintor Miguel Harte (Buenos Aires, 1961), mientras prepara una muestra de arte argentino realizado en los 90 para la segunda mitad del año.

Ciudades y destinos artísticos

De especial interés para los aficionados al arte figurativo es la muestra retrospectiva de Pablo Temes, dibujante, ilustrador y pintor (jefe de Arte de Editorial Perfil) que desarrolló una amplia obra paralela a su trabajo en medios gráficos. La exhibición, titulada Crónicas urbanas, rescata treinta producciones realizadas en los últimos diez años, con foco en el cotidiano trajinar de dos grandes metrópolis: Buenos Aires y Nueva York. El ciudadano y su hábitat son los ejes fundamentales, con trazos cromáticos que contrastan la fuerza del dibujo y cierta melancolía que remite a Edward Hopper, ícono del realismo americano. El devenir urbano tiene su raíz en el origen portuario de ambas ciudades, y quizá no sea azaroso que las obras vayan a exhibirse en la sala Eduardo Sívori del Museo Quinquela Martín (Av. Don Pedro de Mendoza 1835, CABA), del 14 de mayo al 26 de junio.